Capítulo 23: Yo no lo llamaría así

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Aylen

Entro a la habitación de Ellie sin tocar y casi me arrepiento de hacerlo cuando veo la tremenda besuqueada que se da con mi hermano.

—Que asco —les doy la espalda y miro la pared frente a mí, los escucho mal decir en voz baja —. ¿Son suicidas ustedes dos?

—¿Por qué no tocas la puerta antes de entrar, Aylen? —me pregunta mi hermano, escucho sus pasos mientras se viste y solo cuando me aseguro de que está cambiado volteo a verlos a ambos de brazos cruzados.

—Porque no se suponía que iba a encontrarlos... aquí, juntos. Díganme, ¿qué hubiera pasado si entra alguien más? Ni siquiera le pusieron pestillo a la puerta.

Aidan se acerca a mí mientras Ellie solo sonríe como tonta enamorada sobre su cama.

—Tienes razón, piojosa. La próxima vez le pondremos seguro.

—¿Próxima vez? —me exalto.

Él solo aumenta su sonrisas y me toma del rostro para besar mi frente y pegarme a su pecho en un abrazo.

—¡Quítate, idiota! —lo empujo lejos de mí, él y la traicionera de Ellie se carcajean — No sé qué demonios hacían anoche, aunque me lo puedo imaginar. Así que antes de tocarme date una ducha.

—¿Me estás rechazando?

—Idiota.

Sacude la cabeza y solo para molestarme más, devuelve sus pasos hasta donde la pelirroja y la besa ante mis narices. Tomo lo primero que encuentro y resuelta ser el bolso de mi amiga, logro que choque contra su espalda antes de que cierre la puerta y se escabulla a su habitación.

Suspiro y entonces me giro hacia una Ellie que se tapa con las sábanas hasta la mitad del rostro, por sus ojos achinados sé que está sonriendo.

—Lo siento, Aylen.

Pongo mis manos a cada lado de mi cadera.

—¿Lo sientes? ¿En serio? ¿Sabes lo que ocasionarían ustedes dos si los encuentran como yo lo acabo de hacer?

—Sí, pero...

Levanto mi dedo y me acerco a ella, hago el amago de sentarme en la cama, pero al saber que no solo estaban durmiendo desisto de la idea y solo me quedo de pie a su lado.

—No me molesta que ustedes dos estén juntos, Ellie. Al contrario, me alegra que al fin se hayan dejado de disparates y se dieron cuenta que están mejor juntos, pero no creo que sea buena idea que mis padres y los tuyos se enteren de esta manera, no así. Sabes que no lo tomarán muy bien.

Cierra los ojos y se sienta en la cama, tapando su desnudez con la sábanas.

—Mierda, sé que no es una excusa, pero es que Aidan me roba la noción del tiempo —me mira con las mejillas sonrojadas —. Anoche me llevó a un lugar muy bonito alejado del pueblo, se comportó muy bien conmigo. Luego... bueno, lo dejo a tu imaginación.

Ruedo los ojos, pero sin poder evitar sonreír al verla tan feliz.

—Bueno, al menos se portó bien contigo porque se me puede olvidar que es mi hermano si no lo hace.

—¿Y tú? Espero que no te hayas aburrido sin mí anoche.

Una sonrisa pícara se extiende por mi rostro sin siquiera poder controlarla. Anoche... anoche pasaron demasiadas cosas, una mejor que la otra, esa que lleva el nombre de Adrien por todas partes.

—Me aburrí un poco —me encojo de hombros.

Abre la boca, asombrada.

—¡Mentirosa! Dime ya mismo qué pasó con Adrien anoche.

Conquistándolo [Libro 1 & 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora