Capítulo 16: Poco discreta

230 28 1
                                    

Aylen

—Entonces... ¿te llevó a tu casa?

Audrey se sonroja a más no poder, pero no baja la cabeza y me mantiene la mirada. Poco a poco la chica tímida se esfuma, al menos cuando está conmigo.

—Ya te dije que sí —responde rodando los ojos.

Ambas acabamos nuestro turno y ahora estamos en la parte de atrás en donde nos podemos cambiar. Cada quien tiene su casillero para dejar sus cosas, así se nos hace más fácil.

—Uhmm... ¿no pasó nada más? ¿No hablaron, conocieron o...?

Dejo la pregunta en el aire mientras tomo mi mochila.

—¿Qué va a pasar entre Cameron y yo? Simplemente me llevó a mi casa y luego se despidió con un beso en la mejilla.

—¡Un beso! —chillo.

—En la mejilla.

Hago un gesto con la mano y empezamos a caminar hacia afuera. Después de la pequeña reunión por así decirlo en casa de Nick, luego de que todos nos fuéramos a casa, mi mejor amigo se encargó de llevar a Audrey a su casa para que no tomara un taxi. Y yo, como que al parecer en mi otra vida fui cupido, no puedo evitar emocionarme. Aunque ella me lo niegue sé que le gusta Cameron, pero no la presiono.

—Bueno, es un gesto muy lindo de su parte, ¿no crees?

Mira sobre su hombro y yo también, el susodicho de quién hablamos nos observa y nosotras simplemente nos despedimos de él con un saludo de mano.

—Sí, aunque cualquiera lo hubiera hecho. No es una cosa del otro mundo tampoco.

—Si tú lo dices.

Como Audrey aceptó acompañarme a mí y a Ellie a la tienda las dos caminamos hasta la biblioteca en la que trabaja la pelirroja.

En el camino vamos hablando, empiezo a conocerla un poco más. Sé que tiene un hermano que es menor que ella por casi un año, Charlie se llama, es el mismo que la viene a buscar cuando su turno termina en la cafetería. Sus padres son médicos y es entonces cuando nos damos cuenta que ellos trabajan en el hospital de mi madre.

También le cuento cosas mías, hasta la invito a la pijamada que tendremos en mi casa este fin de semana.

Al llegar a nuestro destino ya Ellie está saliendo. Nos abraza a las dos con un efusivo ánimo, Audrey se muestra un poco tímida ya que no está acostumbrada a esto.

Subimos a mi auto, ese que mamá me compró hace tres meses atrás. Solo lo he conducido dos veces y terminé dándome cuenta que no sirvo para estar detrás de un volante, por eso no tengo ningún problema en que Ellie lo conduzca mientras yo me siento en el copiloto y Audrey atrás.

—¿Por qué no te gusta conducir?

Ellie se ríe ante la pregunta de una Audrey asomada entre los dos asientos delanteros.

—La última vez que lo hizo terminó discutiendo con una señora —se burla.

La pelinegra se ríe también y me mira esperando que sea mentira, pero no lo es.

—No me gusta estar bajo presión, siempre lo he dicho. Entonces aparece esta señora tocando el claxon detrás de mí —ambas siguen carcajeándose —, o sea, le di el camino libre para que pasara. ¡La muy burra se orilló solo para gritarme que no debería conducir y no sé cuánta mierda más! ¿Entenderás que no me quede callada, verdad?

Se acomoda en su asiento sin cesar la risa.

—Me lo puedo imaginar. No eres de las que se amedrenta ante nadie. ¿Qué pasó después?

Conquistándolo [Libro 1 & 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora