❄️¿Prólogo?❄️ (re escrito)

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Un pequeño planeta, Mictlán, giraba en la órbita de un gigante gaseoso, entretenido con un asteroide y unas lunas cercanas. Todo parecía tranquilo hasta que el coloso gaseoso se acercó. Era Thot, quien, con un libro en la mano, parecía envuelto en pensamientos.

-¡Hola, papá! -exclamó Mictlán con inocencia-. ¿Por qué estuviste fuera de tu órbita tanto tiempo?

Thot cerró su libro, observando a su pequeño planeta con una sonrisa calculada.

-Nada importante, Mictlán... -respondió, ocultando algo detrás de sus ojos cansados.

Las lunas, que orbitaban cerca, parecían inquietas, sus luces temblaban. No era miedo palpable, sino una tensión invisible, como si intentaran esconderse bajo la superficie.

-¿Cómo te la pasaste con mis lunas? -preguntó Thot con voz suave, aunque su tono dejaba poco espacio para respuestas sinceras-. ¿Se divierten mucho contigo?

-Un poco... -respondió Mictlán, sin notar el nerviosismo a su alrededor-. Jugamos con asteroides, pero se volvió aburrido.

Thot sonrió, pero sus ojos brillaban con una luz fría y calculadora. Las lunas, sin esperar más, se alejaron rápidamente cuando él ordenó.

-Pueden retirarse, -dijo, sin dejar de mirar a Mictlán-. Quiero estar a solas con mi pequeño.

Las lunas huyeron como si algo más oscuro acechara entre ellas. Mictlán lo observó, pero no hizo preguntas.

-Oye, Thot... -dijo el planeta pequeño-. ¿Podemos ir con el tío Jack? Él me prometió que jugaríamos "Adivina la estrella".

La sonrisa de Thot se desvaneció. Aunque seguía mirando a Mictlán con dulzura, una sombra oscura cruzó su semblante al escuchar el nombre de Jack. Thot sabía que ese gélido gigante no tenía derecho a estar cerca de su pequeño.

-Jack está ocupado, -respondió con voz cortante-.
Pero ¿por qué no mejor te cuento una historia en su lugar?

Antes de que Mictlán pudiera protestar, Thot lo envolvió en un abrazo. La gravedad del coloso lo sujetó contra su pecho, acunándolo, como una prisión disimulada.

-Es hora de una siesta, -dijo Thot,acarició el diminuto cuerpo de Mictlán mientras tarareaba la inquietante canción de cuna que resonaba en el vacío, como un eco apagado por siglos.

Mictlán cerró los ojos y se acomodó,cediendo al cansancio, y poco a poco se dejó llevar al sueño.
Haciendo que Thot lo mantenga bajo su poder.

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Mientras tanto, en los rincones gélidos del sistema, Jack observaba las estrellas con inquietud. Algo lo molestaba, y no era solo la impaciencia por la tardanza de Mictlán. Su corazón de hielo llevaba siglos soportando el control de Thot, y aunque su paciencia parecía infinita, ese día algo lo alteraba.

-¿Qué te pasa, Jack? -preguntó Miranda, la luna más grande de su órbita, notando la tensión en su tono.

Jack, con su mirada fría como su atmósfera, se giró hacia ella.

-Mictlán debería haber llegado hace rato, -murmuró-. Le prometí que pasaríamos tiempo juntos, pero algo no está bien. Siento que Thot está... interviniendo.

Solarballs:con que aquí pertenezco (Pausada/Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora