Thot y Murray se encontraban a una distancia considerable de la Tierra y de los demás planetas, un espacio vacío que parecía reflejar la creciente tensión entre ellos. En el vasto silencio del espacio, la ira de Murray pulsaba como una estrella a punto de explotar.
—No puedo creer que haya tenido la audacia de hablarme así, como si no supiera lo que es mejor para él —masculló Murray, sus ojos centelleando de furia mientras apretaba los puños. Su deseo de venganza se enredaba con la desesperación. La imagen de la Tierra riendo y jugando con Luna, Eufrósine y Higea se le presentaba como una burla cruel.
Thot, en cambio, se mantenía impasible, contemplando la escena con una mirada fría y calculadora. Su mente trabajaba incansablemente, buscando una solución que no solo devolviera a su hijo a su lado, sino que también le recordara quién era realmente, y quién era su familia.
—Murray —dijo finalmente, su voz calmada como un río que fluye, aunque por dentro ardía como un volcán—. No podemos dejarnos llevar por la rabia. Debemos ser más astutos.
Murray se detuvo, frunciendo el ceño al escuchar la determinación en la voz de Thot. —¿Qué estás sugiriendo? ¿Que hablemos con ellos? ¡Nunca! Quiero que paguen por esto.
Thot, con un movimiento suave, sacó un reloj de su abrigo. Era un objeto antiguo, con una esfera dorada y un mecanismo que brillaba con un leve destello en la penumbra del espacio.
—No se trata de hablar. Se trata de recuperar lo que es nuestro —respondió Thot, moviendo el reloj de un lado a otro, como un péndulo hipnotizador. Sus ojos se encontraron con los de Murray, que observaba con creciente interés.
—¿Qué piensas hacer con eso? —preguntó Murray, la confusión reflejada en su rostro.
—Este reloj tiene un propósito —dijo Thot, su voz grave y autoritaria—. Voy a manipular la mente de la Tierra, hacer que comprenda su lugar y su lealtad. Solo necesito que mire fijamente el reloj mientras pronuncio unas palabras clave. Lo que le diga, se grabará en su mente como una verdad.
Murray se quedó en silencio, su mente procesando las implicaciones de lo que estaba escuchando. —¿De verdad crees que funcionará? —dijo, su voz una mezcla de escepticismo y esperanza.
—Debemos intentarlo —replicó Thot, mientras mantenía el reloj frente a él, su pulso calmado—. Si lo hacemos bien, la Tierra volverá a ser como antes, nuestro hijo obediente y leal. Podrá olvidar las palabras de Júpiter y Saturno y recordará quién es realmente.
Mientras hablaban, ambos planetas observaban a la distancia cómo la Tierra jugaba alegremente con Luna y los demás planetas rocosos. Las risas y los juegos parecían burlarse de ellos, una tormenta en calma que solo avivaba su frustración.
—Mira cómo se divierte —murmuró Murray, los celos y la ira volviendo a brotar en su interior—. ¡No podemos dejar que esto continúe!
Thot mantuvo la mirada fija en la Tierra, un destello de determinación cruzó su rostro. —No lo haremos. Solo necesitamos un momento adecuado. Cuando la Tierra esté distraída, será nuestro.
—¿Y si se da cuenta de lo que estamos haciendo? —preguntó Murray, un hilo de duda atravesando su mente.
—No lo hará. Una vez que termine la manipulación, la mente de la Tierra estará tan entrenada para aceptar lo que le digamos que será como si nunca hubiera habido dudas en su corazón. Solo debemos ser pacientes.
Con cada palabra que salía de los labios de Thot, la ira y el deseo de venganza de Murray se transformaban en una extraña mezcla de anticipación. La idea de recuperar a su hijo, de regresar a los días en que todo era más sencillo, lo impulsaba.
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Solarballs:con que aquí pertenezco (Pausada/Editando)
FanfictionHace más de 4.567 millones de años,cuando nuestro Sistema Solar aún se encontraba en formación... En nuestra galaxia vecina llamada Andromeda, específicamente en un lugar llamado: Sistema Aquamarina,se encontraba un pequeño planeta llamado Mictlán,q...