La Tierra permanecía en silencio, su mirada perdida y vacía mientras dibujaba trazos irregulares y sin sentido sobre hojas de papel. Las recientes grietas marcaban su piel con líneas irregulares, como heridas abiertas que jamás sanarían del todo. Desde una distancia corta, Thot y Murray observaban con detenimiento y "empatía". Para ellos, aquel silencio y aquella docilidad eran exactamente el resultado que esperaban.
-Se ve... perfecto -murmuró Murray, con una sonrisa satisfecha, cruzando sus brazos mientras giraba levemente para ver a Thot.
Thot asintió lentamente, sus ojos brillando con una mezcla oscura de posesión y orgullo. Aquella era la versión de la Tierra que deseaba: sumisa, silenciosa, desprovista de voluntad, y hermoso. Era, para él, un hijo completamente moldeado a su imagen y semejanza, un reflejo de su poder.
-Ahora no podrá alejarse de nosotros y causar más problemas -respondió Thot, con una sonrisa de satisfacción-. Lo hemos hecho bien, Murray.
Sin embargo, en el borde de aquella escena de control y frialdad, alguien observaba desde las sombras. Luna, quien había estado esperando una oportunidad para acercarse a su hermano, decidió finalmente dar el paso. Al ver a la Tierra en aquel estado, una mezcla de horror y enojo comenzó a crecer en su interior. El brillo en sus propios ojos se apagó por un momento, reemplazado por un dolor profundo al ver lo que le habían hecho.
La Tierra se movía lentamente, sus manos temblorosas y desorientadas extendiéndose hacia su hermano cuando lo vió, como si a través de aquel simple gesto intentara aferrarse a algo familiar. Los brazos de la Tierra se alzaban con torpeza en dirección a Luna, en un intento que parecía un abrazo, un último lazo de calidez. Sus ojos vacíos reflejaban fragmentos de un recuerdo que, aunque borroso y roto, parecía sobrevivir bajo el peso de la opresión que le habían impuesto.
-Luna... -la voz de la Tierra era un susurro entrecortado, apenas audible en el vasto vacío.
Pero justo cuando Luna dio un paso hacia adelante, sintiendo una chispa de esperanza al ver el gesto de su hermano, Thot se movió con una precisión implacable. Su sombra cubrió a la Tierra, y con una rapidez fría y calculada, rodeó sus brazos en torno al planeta, deteniendo su gesto de reconciliación.
-Es suficiente, Mictlan -murmuró Thot en un tono bajo y posesivo-.
Luna, al presenciar cómo Thot envolvía a su hermano con aquella oscura ternura que lo mantenía prisionero, sintió una mezcla de horror y rabia encenderse en su interior. Observó a la Tierra, cuya mirada parecía más perdida que nunca, mientras sus brazos caían, vencidos, de regreso al silencio forzado de su prisión.
-¡Déjalo, Thot! -clamó Luna, su voz vibrando con una indignación creciente-. ¡No tienes derecho a tratarlo así! ¡Él... él es mi hermano, no tu juguete!
Thot giró su mirada hacia Luna, una chispa de desprecio en sus ojos. Pero antes de que pudiera decir una palabra, Murray ya había dado un paso adelante, extendiendo su mano y atrapando a Luna con una fuerza arrolladora, que cerraba el vacío en torno a él como una trampa mortal.
-¿Así que te atreves a desafiarnos? -susurró Murray con una voz gélida mientras apretaba a Luna con una fuerza implacable-. Tú, una luna insignificante, cuestionando mi autoridad. ¿Por qué no me sorprende? No durarás mucho así...
La presión aumentó, y Luna apenas podía contener el dolor. El aire se volvía escaso, y el miedo comenzó a consumirlo cuando sintió cómo las primeras grietas surgían en su superficie. Pero en el instante, un destello frío y azul cruzó el espacio.
-¡Aléjate de él, Murray! -rugió Jack, el imponente gigante de hielo del Sistema Aquamarina, mientras se lanzaba contra Murray con una fuerza sorprendente.
ESTÁS LEYENDO
Solarballs:con que aquí pertenezco (Pausada/Editando)
FanfictionHace más de 4.567 millones de años,cuando nuestro Sistema Solar aún se encontraba en formación... En nuestra galaxia vecina llamada Andromeda, específicamente en un lugar llamado: Sistema Aquamarina,se encontraba un pequeño planeta llamado Mictlán,q...