❄️¿Dónde estamos?❄️

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La oscuridad era abrumadora. Ninguno de los planetas ni las lunas sabían exactamente qué estaba ocurriendo. El paso por el agujero negro no fue lo que esperaban: no hubo destrucción total ni aniquilación inmediata. En lugar de eso, se sentían suspendidos en un espacio vacío, como si el tiempo mismo se hubiera detenido.

De repente, una luz distante empezó a brillar. Luna fue la primera en reaccionar.

-¿Q-qué es eso? -preguntó, todavía temblando.

Júpiter intentó concentrarse en la luz, pero estaba demasiado desorientado.

-No lo sé, pero... parece que no estamos destruidos -respondió con cautela.

El agujero negro, cuya presencia aún se sentía en la distancia, habló de nuevo, pero esta vez su voz sonaba más lejana, casi espectral.

-Ah... ahí está la salida. Les dije que no todo lo que devoro es destrucción. Aunque... no sé exactamente a dónde van a parar -rió con suavidad-. Buena suerte... con lo que sea que encuentren.

La luz creció, envolviendo a todos los planetas y lunas. Uno a uno, fueron lanzados bruscamente fuera del túnel oscuro

-¡Esto es el fin! -gritó Ganimedes, desesperado, mientras sentía que todo a su alrededor colapsaba.

-Ganimedes... -susurró Europa, tratando de calmarlo.

-¡El fiiinnnn! -siguió gritando Ganimedes, convencido de su trágico destino.

Europa rodó los ojos, perdiendo la paciencia.

-¡Ganimedes...! -insistió con más fuerza.

-¡¡¡El fiiiiiiiiinnnnnnn!!!

-¡GANIMEDES! -Europa le dio un empujón para hacerlo reaccionar.

Ganimedes parpadeó, aturdido, y miró a su alrededor, descubriendo que tanto él como sus amigos estaban sanos y salvos, aunque algo adoloridos por el caótico viaje.

-¿Eh...? ¿Europa...? -Ganimedes miró confundido-. ¿También estás en el paraíso solar?

Calisto suspiró profundamente, cruzándose de brazos.

-No seas tonto, Ganimedes. Seguimos vivos y...

Júpiter los observaba desde la distancia, con una expresión seria y los brazos cruzados. Estaba claro que no estaba contento.

-Y con serios problemas... -interrumpió Júpiter, lanzándoles una mirada de reproche.

Las lunas, asustadas, se escondieron rápidamente detrás de Calisto.

-H-hola, Júpiter... -balbuceó Ganimedes, nervioso-. Nosotros... sólo...

-Les pedí una sola cosa... -dijo Júpiter, sin levantar la voz, pero con un tono cargado de autoridad.

Europa trató de calmar la situación, sonriendo torpemente.

-¡Escucha! Tenemos una buena explicación para esto...

Júpiter la miró con severidad.

-No quiero excusas. -Su voz cortó el aire-. Les dije que se quedaran con Urano.

Saturno, que había estado observando en silencio, levantó una ceja y miró a las lunas.

-¿Estas son tus lunas? -preguntó, casi divertido, al ver el nerviosismo en sus ojos.

Mientras Saturno inspeccionaba a cada una de ellas, Luna se dio cuenta de algo inesperado: entre las lunas galileanas, estaba Titán. Su sorpresa fue instantánea, y también la irritación que le siguió.

Solarballs:con que aquí pertenezco (Pausada/Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora