❄️ESTÁS SOLO❄️

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Thot 'caminaba' alrededor de la luna Robin, sus pasos pesados resonaban en el vacío del espacio. Su expresión estaba tallada en piedra, fría y sin piedad.

-Eres una inútil... -murmuró con una voz profunda, mientras la luna temblaba a sus pies.

-¡Por favor, fue un accidente! No lo quise hacer, te lo juro... -Su voz se quebró mientras caía de rodillas frente a él-. Por favor... ten piedad...

Thot la miró desde lo alto, su sombra oscura se extendía sobre la pequeña luna, amplificando su terror.

-Piedad... -repitió, como si la palabra no tuviera ningún sentido para él.

Se inclinó lentamente, su mirada helada perforaba la débil luz que Robin emitía-. Las excusas son para débiles. Las lunas no tienen más propósito que servir, y si no puedes hacer ni eso, no mereces estar aquí.

Una pequeña voz interrumpió el aire cargado de tensión.

-¿Papi?...

Thot se giró, su semblante rígido se suavizó al instante cuando vio a su pequeño Mictlán, quien lo observaba con una mezcla de curiosidad e inocencia. El rostro de Thot cambió de inmediato; dejó de lado la crueldad que fluía por su ser como un río imparable.

-Mictlán... ¿Qué haces aquí? Pensé que estabas jugando con tus amiguitos. -Su voz, cálida ahora, trataba de ocultar la frialdad de los momentos anteriores.

-Si estaba jugando... pero te vi molesto desde lejos... Quería saber si estabas bien.

Los ojos grandes y brillantes de Mictlán buscaban respuestas en el rostro de su padre.

Thot se enderezó y respiró hondo, haciendo un esfuerzo visible para contener su enojo. Una pequeña sonrisa se formó en su rostro.

-Estoy bien, chiquito... Solo son las lunas. Una de ellas rompió mis anteojos y... ya sabes, las lunas son así. Siempre tan... inútiles.

Mictlán se acercó un poco más, sus pequeños pies flotando apenas por encima del suelo.

-Bueno, seguro fue un accidente... ¿no?

Thot miró a su hijo por unos segundos, su ira comenzaba a disiparse frente a la inocencia de su pequeño. Pero cuando volvió a mirar a Robin, su rostro volvió a endurecerse.

-Las lunas... no entienden su lugar en la jerarquía. Piensan que pueden ser como nosotros, pero nunca serán más que satélites. Solo están aquí para orbitarnos, para servirnos.

Mictlán lo miró confundido.

-Pero, ¿no dijo Nova que todos debían ser tratados por igual? Que todos merecían respeto...

-Nova... -Thot soltó una risa sarcástica-. Nova es un iluso, cree que puede imponer su idea de igualdad. Pero la realidad es diferente, Mictlán. No todos somos iguales. Las lunas tienen su lugar, y deben aprender a permanecer en él.

Mictlán parecía dudar por un momento. La confusión en su rostro era evidente.

-Pero... ¿eso no es... malo?

Thot lo tomó en brazos y lo sentó entre sus piernas, acariciando su cabello con ternura, una ternura que solo reservaba para su hijo.

Solarballs:con que aquí pertenezco (Pausada/Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora