8. Gol

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No habían pasado ni seis minutos cuando el jugador rojillo, David García, marcó el primer gol del partido, dándoles la ventaja al Osasuna. Estaban presionando mucho en defensa y nos estaban complicando mucho atacar. Además, le habían sacado roja a Lewandowski.
Casi al final del primer tiempo Ferran metió un gol, pero lo anularon por fuera de juego. El equipo se empezaba a frustar.

Abandonamos el campo hacia los vestuarios cabizbajos. Pablo estaba en el banquillo y nada más verme entrar al vestuario se acercó a mí con una botella de agua.

—Gracias. –le dije dándole un rápido abrazo.

Pablo me guiñó un ojo y se sentó a mi lado en el banco del vestuario. Todos se sentaron en silencio a la espera de que entrara Xavi. La tensión en el aire era palpable, y el nerviosismo por la derrota estaba afectando a todos.

Finalmente, Xavi entró en el vestuario con una mirada decidida y un discurso motivador. Nos recordó la importancia de mantener la calma y la concentración, y nos instó a seguir luchando en la segunda mitad. Mientras hablaba, sus palabras parecían inyectar nueva energía en el equipo.

Nos dispusimos a salir de nuevo al campo, soltando gritos de ánimo para motivarnos. Aún quedaba la mitad del partido y podían pasar muchas cosas. Pablo tiró de mi camiseta antes de que saliese del vestuario.

—Espera. –dijo en voz baja para que solo lo escuchase yo. Me detuve y tiró de mi hacia un rincón del vestuario, apartado de la puerta. Levantó la cabeza para cerciorarse de que nos habíamos quedado solos. Dejó un beso en mis labios.

—Hola, tú. –me dijo con una sonrisa al separarse.

—Hola, tú. –le respondí colocando mis manos en su cintura, atrayendo su cuerpo al mío. Colé mis manos por debajo de su camiseta. Su piel estaba cálida.

—Lo estás haciendo muy bien.

—¿Sí? –le pregunté mordiéndome una sonrisa. —Te echo de menos en el campo.

Sonrió por lo que acababa de decir y yo volví a besarlo. No quería separarme de su boca, pero tuve que hacerlo porque sabía que nos podían ver en cualquier momento y la situación se estaba empezando a calentar.

—Xavi me sacará en los últimos minutos. –dijo acercándose a mi boca peligrosamente. Creí que iba a besarme de nuevo pero desvió sus labios a mi oreja para susurrarme:

—Pedri, si ahora que sales metes un gol, esta noche voy a dejar que me hagas lo que quieras.

Pablo dejó un beso en mi cuello antes de alejarse y salir del vestuario con una sonrisa traviesa. Me quedé quieto como una estatua, procesando lo que acababa de escuchar. Un escalofrío se coló por mi espalda y mi cuerpo tembló ligeramente. Tragué saliva y fui corriendo al baño a lavarme la cara. No podía ponerme cachondo antes de salir al campo.
Puto Pablo.

Solté un suspiro, di unos cuantos saltos, sacudí mi cabeza y salí disparado al cesped, donde ya se encontraban mis compañeros. Le di una última mirada a Pablo que estaba sentado en el banquillo y este me regaló una sonrisa.

Siempre lo daba todo en el campo pero si esta vez podía esforzarme al máximo para remontar, lo haría. Además, ahora tenía suficiente motivación.

El silbato sonó, dando inicio a la segunda mitad. El balón rodó en el cesped y enseguida nos hicimos con el. El equipo parecía haber encontrado una muy buena sincronización después de las palabras del míster.

Sergio subió por la banda, pasándole el balón a Ferran que estaba en el area. Dos defensas del equipo contrario fueron a acorralarlo y Ferran hizo un pase atrás, dejando el balón solo.
Vi la oportunidad clara. Corrí hacia la pelota y tiré sin pensarlo. Por un momento el estadio pareció enmudecer, hasta que los pitos y los vítores se hicieron presentes.

A Sky Full of Stars ; Pedri & GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora