-Esto no pienso olvidarlo... -Los examinó con suma atención- Siempre Tuyo... -Leyó en español.
Nate suspiró. El anillo tenía grabadas aquellas palabras junto con sus iniciales, ND, y su huella dactilar. También la fecha de la boda.
-Estuve tan abrumada al no verte junto a mi cuando desperté... -Comentó.
-Ya pasó. Lo importante es que estés aquí. Que estés bien.
-¿Y tu? -Lo miró a los ojos- ¿Tu estas bien?
El guardó silencio.
Ellie se sentó al borde de la cama, y se masajeo la frente. -Me duele creer que... Tú puedes no ser feliz a mi lado.
Nate suspiró.
-Porque sé que una vez fui todo lo que te hizo feliz...
-Voy a ir por las pastillas...
-¡Nate! ¡Dime de una vez la maldita verdad!
Él se sorprendió. Rara vez Ellie usaba aquel lenguaje.
-Estoy esperando.
-Ahí... Ahí en los anillos está la fecha de la boda.
-¿Por qué me mentiste cuando llegué?
-Fue todo muy repentino, yo no sabía cómo reaccionar.
-¿Tu a ella la amas, Nate?
Claro que la amaba. De otro modo, aquello no le estaría costando tanto.
-Ellie...
Ella sonrió de un momento a otro. -Sabes... No tiene importancia si la amas o no... Porque yo estoy dispuesta a reconquistarte.
-No es asunto de que me reconquistes, Ellie...
-Escúchame bien, Nate... -Lo tomó por el cuello de la camisa- tu única mujer soy yo... Soy tu esposa.
-Eso lo tengo más que claro. -Le dijo con seriedad.
-Perfecto. -Lo beso profundamente en los labios, y luego salió de la habitación.
-Puta madre. -Masculló entre dientes, a lo que se sentaba al borde de la cama.
Decidió que esa noche no iba a dormir con Ellie, no podía. Así qué recogió sus cosas de uso personal y se las llevó a la habitación que una vez compartía con Mia.
Su sorpresa fue indescriptible al ver tirado en el piso el vestido rasgado.
-Joder.... -Dejó las cosas sobre la cama, y se dispuso a recoger la pieza.
Había pagado miles de dólares por aquel vestido, había sido hecho para ella a su medida. Mia lo adoraba.
Si así había comenzado... ¿Hasta dónde llegaría la ira de Ellie? ¿Qué haría después?
Logró dormir con la ayuda de unas pastillas que encontró en el baño, eran muy efectivas.
Se levantó a eso de las siete, dispuesto a irse a trabajar.
-Hijo. -Denise se abrazó a él cuando llegó al pie de las escaleras.
-¿Cómo amaneciste? -La besó en la frente- Ben me dijo que te sentías mal.
-Mucho mejor, mucho mejor, gracias.
Él sonrió a medias. -Me alegro.
-¿Pasa algo, cielo?
-No... De hecho...
-Nate... -Ben venía bajando las escaleras- ¿Tienes tiempo para que hablemos de algo?
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Ella o yo
ChickLit"No sé quien es más feliz si ella que te tiene a su lado o yo que tengo tu dulce y tierno amor que es tu sufrimiento callado." -Autor desconocido.