Nate estaba quitándose el reloj de muñeca en frente de la cómoda. Se giró al darse cuenta de que estaba yo allí.
-¿Qué pasó, muñeca? -Me brindó su sonrisa de un millón de dólares- ni que estuvieses viendo un fantasma.
-Creí que regresarías en dos días. -Me acerqué a él.
-Dejé todo en manos de alguien más, no podía estar más tiempo lejos de ti... O de mis hijos.
Prácticamente me lancé a sus brazos, esas semanas que estuvo fuera fueron las más largas para mí.
-Te extrañe tanto. -Murmuré contra sus labios antes de besarlo.
-Yo más a ti, mi amor. -Me envolvió con sus brazos.
-¿Por qué no me dijiste que vendrías?
-Quería darte la sorpresa.
-Y sí que me la diste. -Comencé a deshacerle los botones de la camisa- debes estar agotado.
-Ni te imaginas cuánto. -Apretó los ojos- al fin dormiré en mi cama, detesto los hoteles.
-¿Quieres un masaje? -Metí mis manos por debajo de la tela para acariciarle los costados.
-De ti tomo lo que sea.
-Entonces ve a darte un baño. -Murmuré en su oído- para que estés más relajado.
-Ven conmigo. -Me tomó de la mano.
-No. Ya me bañé, anda.
Se fue a duras penas, y cuando regresó se veía mucho menos cansado. No se molestó siquiera en ponerse ropa interior.
-¿Te vas a acostar desnudo? -Pregunté con una sonrisa pícara.
El solo asintió, y se metió entre las sábanas.
Fui por algo de aceite para el cuerpo, y cuando regresé, me senté sobre su trasero.
-¿Te hicieron trabajar mucho? -Dejé caer un par de gotas sobre su piel.
-Si... Demasiado. -Murmuró- Ow...
-Tienes los músculos encogidos, debes ir con un masajista.
-No quiero que me anden tocando.
Sonreí complacida al escuchar eso, y seguí con mi masaje.
-¿Cómo se portó Luca?
-Sabes que siempre se porta bien.
-Le pedí a Ellie que trajera a Cece mañana.
Ellie. Escuchar su nombre ya no me causaba agruras en el estómago. De hecho, éramos ahora buenas amigas... Bueno, algo así.
-Genial... -Me incliné a besar su espalda.
Parecerá egoísta, pero no quería que hablara de los niños ahora, no había tenido a mi marido por más de dos semanas, y planeaba disfrutarlo.
Le mordí en el cuello, le acaricié todas partes a mi alcance, disfrutando de su rostro de placer.
-Mi amor... -Dijo en un momento.
-¿Qué pasó? -Pregunté con la respiración agitada, lo deseaba cada segundo más.
-Ven... -Se hizo más hacia su lado de la cama.
Me acosté junto a él, y lo besé, tratando de acercarme lo más posible.
Pasó su mano por mi cintura, inmovilizándome donde estaba. -Perdón, muñeca... Estoy muy cansado.
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Ella o yo
ChickLit"No sé quien es más feliz si ella que te tiene a su lado o yo que tengo tu dulce y tierno amor que es tu sufrimiento callado." -Autor desconocido.