Ella o yo

Trece.

El vuelo fue terrible, no pude parar de llorar mientras fijaba la vista en la ventanilla, y es obvio que mamá se dio cuenta.

-Tienes que parar. -Mamá me dijo.

-No quiero.

-Mia, eres lo único que tengo, te adoro... Y por eso no me gusta verte así. Si Nate te hubiese amado tanto como decía, no habría permitido que te fueras.

No contesté. En el fondo sentía que ella tenía toda la razón.

-Vamos a volver a nuestra vida de antes. Eso es algo que Nathaniel Daugherty no puede quitarte.

Gracias al cielo que habíamos ordenado todo antes de irnos, porque no tenía ganas de llegar a un departamento sucio. Aún así había mucho polvo.

El conductor del taxi nos ayudó con nuestras maletas. Lo primero que hice fue encerrarme en mi cuarto, pero mi mamá no entiende de esas.

-Mia... -Tocó en mi puerta un rato después.

Yo estaba tirada en la cama, mirando fijamente al techo. -¿Qué?

-Iré a saludar a Dorothy, ¿Quieres que te prepare algo de comer antes?

-No.

-De acuerdo... Estaré en mi celular si me necesitas.... -Y luego escuché sus pasos alejarse.

Me levanté luego de un rato, y encendí mi laptop. El fondo de pantalla logró sacarme una sonrisa.

Era una de las fotos de nuestra sesión. El fotógrafo me la había enviado como muestra, y me enamoró al instante.

Descansábamos ambos sobre el casi seco césped de otoño. Nate con su traje negro que le entallaba a la perfección, y yo en el vestido blanco que me hacía sentir como princesa. Con ojos cerrados me besaba en la mejilla, mientras yo miraba a la cámara.

Estaba perdida en los recuerdos de aquellos días, cuando me vino a la mente...

No nos había enviado la fotografía en grande que habíamos elegido para la sala. Se supone que llegaría a la casa un par de semanas luego de la boda.

-Tal vez lo escondieron... -Me dije a mi misma.

Los días pasaban más lento de lo que hubiese deseado. Y supongo que la razón es que me atormentaba cada segundo con el recuerdo de Nate.

Y es que era algo más fuerte que yo. Mi piel me pedía sus caricias a gritos, y mis labios sus besos.

-¿Por qué no regresas al estudio con el señor Dawson, en vez de perder tiempo en buscar otro trabajo? -Mamá me preguntó.

-No voy a volver allí. ¿Estás loca?

-¿Tienes miedo de que te pregunten qué pasó con tu matrimonio?

-A veces me pregunto si eres mi madre, o si en realidad me odias.

Me levanté del sofá, y regresé a mi cuarto.

Si no conseguía un empleo pronto, mamá y yo no tendríamos ni para comer. Nate ya había depositado el primer mes en el banco, y era una suma exorbitante. Pero, no iba a tocarlo, aunque eso significara tener que salir a pedir limosna.

***

-¡Es que jamás quieres hacerme el amor! -Ellie le gritó a Nate, estaban en su cuarto.