-Um... -Miré a Nate, él también me miraba- el murió...murió hace poco...
-¡Ay, lo lamento tanto! -Se llevó las manos a la boca- soy una torpe.
-No te preocupes. -Me aclaré la garganta- no pasa nada.
-No lo habría mencionado de saber que...
-No importa, Ellie. -La miré directo a los ojos- ya no tienes que seguir diciéndolo.
Sé que probablemente aquello fue rudo, y justo así es como quería que sonara.
La tensión aumentó luego de aquello, y yo no podía soportarlo. Terminé de comer a toda prisa, y me levanté.
-Permiso. -Es lo único que dije.
-¿No vas a esperar el postre? -Nate me preguntó.
-No. ¿Denise puedo pedirle al chofer que me lleve a algún lugar?
-Por supuesto que sí, querida.
-¿A dónde vas? -Al parecer, Nate no podía contenerse.
-Mi amor, eso no es asunto tuyo. -Ellie le dijo.
-Tu esposa tiene razón, Nate... -Y con eso, me fui de la casa.
-Tienes que aprender a ser más discreto... -Ellie le dijo divertida.
Nate se levantó. -Voy a ver a Cece.
-¿No le parece que está actuando un poco extraño? -Ellie le preguntó a Denise.
-Mi hijo ha sido siempre así... No es nada inusual.
Nate tocó en la puerta de la enfermera.
-Adelante.
-Permiso... -Cerró la puerta tras si- vengo a ver a la niña.
-Por supuesto, señor -la dejó en sus brazos- yo iré a comer, se la encargo mucho.
-Hola, princesa... -Le acarició el rostro- es la primera vez que tenemos un rato solos tu y yo.
Le sonrió a la pequeña, ya la adoraba.
-Si supieras las cosas por las que estoy pasando, Cece... Pero tú no tienes la culpa de nada.
La niña le envolvió el dedo con su pequeña mano.
-Prometo que haré lo mejor para ti... Que serás siempre mi prioridad... Que te amo con la vida, con locura...
-¿Desde ya teniendo secretos para mamá? -Ellie entró en la habitación.
Nate sonrió sin muchas ganas. -No, para nada.
-Me gustaría que saliéramos por ahí, Nate. Sólo tú, la niña, y yo.
-No creo que estés en condiciones de salir aún, Ellie. Además ya es muy noche para que Cece esté fuera.
-Bueno, pero... Por lo menos prométeme que dormirás conmigo esta noche.
-Ellie, ya te dije que...
-Excusas baratas, Nate, por Dios.
El besó a la niña en la frente, y la dejó en el catre. -Está bien. Voy a dormir contigo esta noche.
Ellie estaba que no cabía en sí de la emoción. Al fin, luego de tantos meses alejada de él, podría dormir otra vez junto a su esposo.
***
-Me parece que perdí mis anillos de matrimonio en el accidente. -Le dijo a Nate mientras se preparaba para dormir.
El no dijo nada.
-Pero, veo que tú conservas el tuyo. -Sonrió- aunque... No creo estar tan segura de que era ese.
-Si... -Nate alzó la vista- es este... De hecho, voy a quitármelo para...
-No, no. ¿Qué sentido tendría? Sólo tengo que mandar hacer otro para mí.
-Sí, pero... -Se quitó el anillo del dedo- esperaré a que tengas los tuyos. Voy a guardarlo al despacho, no quisiera perderlo, ya vengo.
Cualquier excusa. Lo que fuese para salir de la habitación y ver a Mia.
***
No estaba segura de que hora era, pero todo estaba oscuro. Estaba entrado a la casa con la ayuda de Fausto que se había ofrecido.
-Con cuidado, señora... Con cuidado... -Me dijo, guiándome por la oscuridad.
-¿Qué está pasando? -Escuché a Nate decir, y luego las luces se encendieron.
-Parece que tomó de más, señor. -Fausto le explicó.
Nate se acercó a mí, y me tomó por los hombros. -¿_____, estás bien?
-No me toques. -Traté de empujarlo, en vano- mantente a distancia.
-Fausto, por favor, déjanos solos. -Nate le ordenó.
-No, Fausto. Por favor, acompáñame a mi habitación.
-Fausto. -Nate lo fulminó con la mirada- ve a tu puesto.
El chico obedeció, y antes de darme cuenta, Nate me tenía en brazos, de camino a las escaleras.
-Bájame. -Murmuré, porque a pesar de mi estado de ebriedad, sabía que no podía armar un escándalo.
Me dejó por fin en mi cama, e hizo intentos de desvestirme.
-¡No me toques!
-Entiende que lo mejor es que te des un baño de agua fría.
-¡No necesito tu ayuda!
-Mia, estás haciendo más difíciles las cosas.
Vi melancolía en su mirada, y justamente eso fue lo que me hizo llorar en un inicio.
Me abracé a él con toda la fuerza de que fui capaz, enterrando mi rostro en su cuello.
-Me mata verte así, lo sabes...
-¿Y cómo crees que me siento yo, Nate?
-Esto no es acerca de quien se siente peor... -Tomó mi rostro entre sus manos- tenemos que apoyarnos... Apoyarnos como el matrimonio que somos...
Dejé salir un sollozo. -Ya no somos un matrimonio, tu única esposa es Ellie...
-Pero, yo te amo, maldita sea. -La voz se le quebró- a ti.
Me mordí los labios con la intención de ahogar mi llanto. -Prométeme que no te vas a acostar con ella, Nate...
-Te lo prometo. -Dijo sin dudar- te lo prometo...
Pero, yo sabía que no dependía de él cumplir con aquella promesa. Si yo fuera Ellie, quisiera estar todo el tiempo con mi marido.
Lo besé sonoramente en la frente, y le acaricié las mejillas. -Ya vete... Yo voy a estar bien.
-Estás ebria.
-No es así. -Negué con la cabeza- no tomé tanto.
-Permíteme quedarme hasta que te duermas. -Me pidió.
-Yo no duermo, Nate... -confesé- no dormí anoche y tengo la certeza de que no lo haré hoy. Por favor, vete.
Esa noche se me hizo eterna, la cama se me hizo inmensa, y el pecho muy estrecho para todos los sentimientos que debía albergar.
Yo no quería odiar a Ellie, ella había sido víctima del destino y de su hermano. Nate y ella. Ambos.
Entonces, la que resultaba sobrando era yo, ¿no? Siempre yo. Nate tenía una niña con esa mujer, no podía seguir interponiéndome.
-Pero, él te ama... -Me dije a mi misma en el silencio de la madrugada.
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Ella o yo
ChickLit"No sé quien es más feliz si ella que te tiene a su lado o yo que tengo tu dulce y tierno amor que es tu sufrimiento callado." -Autor desconocido.