Cuatro.

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Me dirigí a la cocina, quien si se fue detrás de mí fue mi madre.

Lo deje salir apenas estuve lejos del radio de audición.

Entré a la cocina, me apoyé de la pared y me dejé caer al piso.

-¿Está bien? -Me preguntó Grecia.

-Por favor, déjame sola... -Le pedí con el rostro entre las manos- déjame sola.

Me obedeció, pero mamá entró en su lugar.

-¡Mamá, yo no sé qué está pasando! -No podía contener mi llanto- ¡No entiendo! ¡No entiendo nada!

-Esa mujer regresó, Mia. Según he escuchado, estuvo en coma todo este tiempo.

-¿Cómo que en coma? ¿A qué te refieres con eso? ¡Ella no puede venir y actuar como si nada estuviese pasando!

-No recuerda nada, le han hecho creer un montón de cosas que no son ciertas, y no entiendo por qué.

-Era mi oportunidad de ser feliz... -Me ahogaba con mis propias lágrimas.

-Si te das cuenta que tu matrimonio no es válido, más bien...nunca lo fue.

Y esa, damas y caballeros, es mi madre, haciéndome sentir peor.

-¡No necesito que me lo digas, mamá! -Me levanté como pude, y me apoyé de la barra.

-Yo tenía el presentimiento de que ese hombre no podría hacerte feliz...

-¡El me hace feliz! ¡Es obvio que Nate no tiene ni la menor idea de qué está haciendo aquí esa mujer!

-Tienen una hija...

Claro, la niña. No me había dado a la tarea de pensar en aquel pequeño detalle.

-Deja ya de hablarme, madre.

-Me sequé las lágrimas, y me dispuse a preparar él te.

-Es tu viva imagen, mi cielo. -Ellie le dijo a Nate, mientras sostenía a Cece en brazos.

-¿Tú crees? -Preguntó sin mucho interés.

-Por supuesto, mi vida. -Lo besó en la mejilla-. ¿No la quieres cargar?

-Yo prefiero que no, yo... No tengo mucha experiencia...

-Pero, es tu hija, mi vida, ya lo aprenderás.

-Ellie, ¿por qué no le regresas la niña a Gina? Creo que debes descansar un poco... Ha sido un viaje muy largo y es la condición que te puso el doctor para dejarte venir. -Le dijo Jeremy.

-Yo iré a que te arreglen una habitación. -Denise al fin se movió de donde estaba.

-Ay, no, no se preocupe, yo tengo que estar con mi marido. Obviamente dormiré con él.

-Mi habitación... Es que... No, no se puede en mi habitación, no.  

-¿Por qué no? -Le preguntó extrañada.

-Porque la cama de Nate es de sólo una plaza. -Su madre le salvó- y obviamente necesitarán más espacio.

-¿Una plaza? -Ellie sonrió- que extraño, siempre te ha gustado mucho espacio.

-Sí, bueno.

-Permiso, están en su casa. -Denise se disculpó- voy a resolver lo de la habitación.

-No puedo. -Tiré la taza con el famoso té al piso en frustración, causando que se quebrara en pedacitos.

Ella o yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora