7. Primer Deseo

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Sus ojos cafés se abrieron lentamente con cansancio, y con lo que se encontró no fue su cama, sino, mucha agua, supo de inmediato en donde estaba y con quien.

Justamente sintió unos besos en su cuello y unas manos que subieron a sus pechos.

Estaban en la bañera de los aposentos, la cual era extremadamente enorme porque claro, el esposo del emperador habitaba allí.

Xian recordó la experiencia la última vez que estuvieron solos en una y sintió escalofríos, aunque esta vez, parecía solo disfrutar besándole.

No sabía el porqué disfrutaba tanto de ellos, pero era algo que empezaba a amar.











El emperador salió de allí con él en brazos, teniendo unas sábanas blancas cubriendo su desnudez, ya que se mostró necio a que este lo cargara estando completamente desnudo.

Xian se sorprendió al ver una pequeña mesita en los aposentos con la comida, ya que esto solo se hacía en su reino, pero en ese imperio, era mal visto, bueno, eso fue lo que le dijo una de sus sirvientas personales.

Ambos se vistieron con trajes que fueron seleccionados por los que recién habían preparado todo, los cuales eran cómodos.

—¿Por qué decidiste comer aquí? —Xian que con ayuda del emperador también se había sentado a la mesa quiso preguntar al sentirse culpable si es que esa tradición tenía peso y el emperador sí estuviera rompiéndola.

—¿Qué hay de malo en comer al lado de mi esposo?

—...Bueno, es que… ¿no se supone que esto está mal visto? Estás sentado en el suelo siendo un emperador.

—No estoy sentado directamente.

—Es lo mismo.

—¿Quién te dijo eso? —sonrió levemente.

—Una de las chicas que me sirven, me dijo que esto es como perder la dignidad, ¿cómo puedes sentarte sabiendo lo que significa en tu imperio?

Realmente no quería que el emperador rompiera reglas por seguir las suyas, pues sabía que los sirvientes debieron haberle notificado que a él le gustaba comer en una mesa pequeña y en el suelo como solía en su reino, porque allá no estaba mal visto.

—Esas reglas fueron puestas por un hombre, no tienen importancia. Aunque, estoy dispuesto a cumplir las reglas puestas por mi omega.

—... 

Xian no supo qué responder y bebió un poco de té mirando hacia otro lado.

Aunque pronto su vista se volvió cuando el emperador quiso alimentarle.

—Puedo tomar la comida yo solo. —Se sonrojó por la acción de este.

—Solo déjame hacerlo. 

Xian sentía que estaba jugando con su orgullo, pero al verlo tan indefenso como un niño, como… un ser humano y no un monstruo que gobernaba, no pudo evitar sentir su corazón derretirse ante él.

Abrió su boca a regaña dientes, pero en cuanto sintió el sabor de la comida su semblante cambió.

—Oh, está muy bueno. —miró al emperador con una sonrisa.

El emperador quedó sin palabras al ver su sonrisa leve y sus ojos brillar.

—Todo tu ser es hermoso.

Xian sintió su corazón acelerarse pero intentó disimular.

—Sonríe más para mí, y prometo que cada vez que lo hagas, te cumpliré un deseo.

En Los Brazos Del Malvado Emperador Wang ⁺²¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora