30. Ladrón

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La reacción del emperador al verlo fue indescriptible, estaba tan feliz, que ni siquiera sabía cómo expresarlo, finalmente estaba con su omega, su hermoso y maravilloso omega.

—Wang Rong, realmente estás aquí… —Xian no podía creer que estaba de vuelta, que lo tenía allí, junto a él.

El emperador acarició sus mejillas y las besó, causando un leve carmín en ellas.

—No volveré a irme. —besó una de sus manos.

Xian sonrió con dulzura al escucharlo, realmente lo había extrañado.

—Wang Rong… —el rey que los observaba alejado pronunció, esperaba que trajera buenas noticias, o mejor dicho, la cura para su hijo.



—Espera… —Xian puso sus manos sobre el pecho del emperador para que no continuará.

Ambos habían entrado a sus aposentos, el emperador había dado inicio a un beso apasionado fuera de ellos, por lo que cuando entraron, fueron directo a la cama, donde ya allí, Xian sintió un dolor de cabeza.

—¿Qué ocurre? —el emperador preguntó por su inesperada acción.

—Lo siento… solo es que no me siento del todo bien, tal vez sea la emoción de verte de nuevo. —sonrió poniendo una de sus manos sobre una de las mejillas del emperador.

—¿Te duele algo? Dime-

—¡No es nada! —dijo rápidamente antes de que pensara mucho sobre el tema—, Ya te dije, debe de ser tanta emoción, no te preocupes, ¿mm? 

—¿Cómo puedes pedirme no preocuparme?, puedo examinarte, solo-

—Ya te dije que no hace falta. —besó su frente dejando un leve carmín en sus mejillas.

—De verdad me volverás loco —sonrió mostrando por unos segundos su dentadura—, o mejor dicho, ya lo estoy. —lo besó nuevamente cayendo sobre él en la amplia cama, pero mientras el beso transcurría, Xian volvió a sentir ese inmenso dolor de cabeza, lo que provocó una vez más, que lo apartara—. ¿Duele de nuevo?

Al ver la expresión de preocupación del emperador, Xian rápidamente respondió: —No… —y sonrió disimulando—. Es solo… que tengo un poco de sueño

—¿En serio es solo eso?

—De verdad, no miento. —confirmó, a lo que el emperador besó su frente y después sus labios.

—Duerme. —dijo en tono suave para después abrazarlo hasta que se quedó dormido.







Las horas pasaron, parecía ser de madrugada, Xian dormía plácidamente al lado del emperador, pero este se mantenía despierto.

Se sentía de una manera extraña, no sabía cómo explicarlo, pero estaba un poco inquieto, por lo que salió de la cama, y seguido de los aposentos para tomar un poco de aire, solo que, no contaba con encontrarse en esos largos pasillos con el rey, que por alguna razón, también estaba despierto y caminaba solitario allí.

El emperador no detuvo su paso, y pronto, ambos estuvieron frente al otro, solo que no decían nada.

Pues no había nada que decir.

Pues no había nada que decir

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En Los Brazos Del Malvado Emperador Wang ⁺²¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora