24. Promesa

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Cada detalle era igual, era tan hermoso, tan… espléndido que sintió como si los hubiese vuelto a ver de verdad, después de tantos años.

A ese punto, ese niño de tres años hubiese olvidado sus rostros, sino fuese porque siempre conservaba sus pinturas.

En el centro de aquel hermoso jardín, ahora se encontraba esa hermosa obra que había traído de vuelta el tiempo para él.

—He asistido a algunas cortes, y pude ver sus apariencias en las pinturas que se conservan allí, como en otras partes del palacio. —Xian dijo viendo el hermoso jardín que había creado—. ¿Qué te parece? ¿Crees que acerté un poco- —Xian no pudo terminar de hablar cuando el abrazo del emperador lo acogió y sintió como ese temido emperador, se convertía en un indefenso cachorro en ese momento.









“Ese omega, es el esposo del gran emperador Wang Rong”. 

Esas palabras se repetían en su cabeza una y otra vez mientras miraba el cielo nocturno solitario, como siempre…

—¿Cómo puedes probarlo? 

—Usted mismo puede verlo, y confirmará que su poder es abismal, tanto, como para ser capaz de cargar con su hijo.

No dejaba de recordar esa conversación, se mantenía inquieto debido a ella, fácilmente podía ir a ese lugar, en donde se encontraba ese extraordinario omega que esa mujer le había descrito, pero, en esos momentos, sólo apreciaba la libertad que se le había quitado durante tantos años.

Hace tanto no miraba la hermosa luna, no sentía el maravilloso viento colarse por sus cabellos, no respiraba el aire puro, y no escuchaba a esos bellos insectos que cantaban en las noches.

Ser libre de nuevo, se sentía tan bien, que no quería hacer nada más en esos instantes que simplemente disfrutar de esa libertad.









La luna brillaba, y en los aposentos, frente al gran balcón donde podías ver la hermosa vista, Xian recostó su cabeza en el hombro del emperador, quien besó su frente y después sus manos.

—Wang Rong…

—¿Mn?

—Tengo curiosidad.

—¿Curiosidad? ¿Por qué?

—Desde que salí por primera vez fuera del palacio, me pregunté, ¿por qué te llaman así? Bueno, tal vez no todos, como en el pueblo, pero la mayoría, te conoce como el malvado emperador, pero ese día miré todo lo contrario, fue muy contradictorio el hecho que todos te llaman un mal gobernante cuando no miré ni a una sola persona en las calles, y contrario a ello, siempre te asegurabas del bienestar de tu imperio.

Esa pregunta siempre había estado en su cabeza, Wang Rong le había mostrado su verdadera personalidad, y aunque antes tenía el concepto de un mal gobernante, ahora podía asegurar todo lo contrario, había visto con sus propios ojos la amabilidad y preocupación del emperador por las personas, sin importar quien fuera, o de donde viniera.

Incluso, el emperador había causado que el imperio amara a Xian, debido a que, desde el primer día en que Xian puso un pie en su palacio, Wang Rong ordenó construcciones de refugios, hogares, reparticiones de víveres, oro, plata, y muchas otras cosas en nombre de Xian, quien ni siquiera sabía de eso hasta tres meses después, en donde quiso participar verdaderamente de esas acciones personalmente. 

Entonces, si una persona era así de buena, ¿cómo se le podría considerar malo? 
¿Cómo podías reconocer que estaban hablando de una persona que era buena por la palabra “malvada”?

Simplemente no lo entendía.

El emperador se mantuvo en silencio unos segundos para después verle.

—Eso fue debido a la cantidad de personas que ejecuté en el pasado, lo hice de maneras muy malas a la vista de las personas que no sabían el contexto o que simplemente querían seguir defendiendo a esos corruptos.

En Los Brazos Del Malvado Emperador Wang ⁺²¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora