Amor de madre

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Víctor seguía abrazado a Annie sin querer soltarla. Ella acariciaba su pequeña cabeza haciéndole saber que todo estaría bien.

-Garfio me salvó-, relato Víctor - le dijo a la reina que mantendría su promesa si a cambio no me hacía daño. Creo que quiere que él sea su esposo. Su mirada era triste, él no quiere estar con ella, porque te ama a ti, Annie.

-Víctor-, dijo Annie entre conmovida y asombrada de las palabras del pequeño.

-Ese triángulo amoroso no es ningún secreto, Annie-, le hizo saber Zheng -todos estamos al tanto de la situación.

-Creo que es un pirata muy valiente y leal, es un buen hombre para ti-, le dijo el pequeño con una sonrisa.

Annie intentó corresponder a su gesto, pero no pudo sonreír. Tigrilla tenía bajo su poder las vidas de todos en la fortaleza. Y le había jurado personalmente durante sus sesión de interrogatorio, que la mataría a la primera oportunidad. Sin importar que Tich o la misma Azalea fueran tras su cabeza por tocarla.

Le hizo saber, mientras James estaba inconsciente en la cama, que él le pertenecía. Y que ninguna imbécil de Tierra Firme se lo arrebataría de las manos.

Annie sabía perfectamente que esa mujer no jugaba. Pudo comprobar su fiera decisión, y su latente promesa de acabar con ella cuanto antes.

Había una cosa más que Tigrilla le había dicho. Que una vez que terminara con ella, iría tras la cabeza de la hija de Albert Bacher al Salón Turquesa. Tamara sería la siguiente en pagar las consecuencias de haberse atrevido a tocar al hombre que le pertenecía.

Tigrilla se había consumido en un deseo de venganza a tal punto que en lugar de planificar logísticas importantes en su aldea, había dedicado tiempo y recursos en dar con el paradero de James y mantenerlo vigilado. Enterándose de esta manera sobre las desventuras del hombre, y planificando la venganza hacia toda mujer que haya compartido la cama con él.

Así que las únicas mujeres que James había tocado alguna vez, eran ellas.

Annie no sabia si esa confirmación la reconfortaba o la angustiaba en realidad.

- James es un hombre listo-, añadió Zheng - no permitirá que nadie salga herido si está en sus manos evitarlo.

-¿Qué es eso?-, dijo Víctor cortando el diálogo de Zheng y señalando hacia la pequeña ventana que daba hacia el exterior.

Pudieron observar un destello de luz a la lejanía, que rastreaba el lugar, como si estuviese buscando algo en los alrededores.

Annie sintió una corazonada al ver la pequeña luz tintineante, y acercándose a la ventana utilizó la habilidad que había estado aprendiendo desde hacía días atrás para llamar a esa luz directo hacia su dirección.

"Estoy aquí" dijo en su mente, "mírame".

Y fue cuando la pequeña luz se detuvo de golpe, manteniéndose por unos momentos en su lugar para después volar a gran velocidad hacia ellos.

Annie y Víctor retrocedieron al ver como la luz se acercaba directamente a la ventana con firmes intenciones de entrar. 

-Es un hada, ¿cierto?-, dijo Zheng desde su celda llamando la atención de Annie.

¿Cómo lo había adivinado?

No hubo tiempo para respuestas, pues la luz tintineante ya estaba dentro de la celda y enseguida, el hada responsable de ese destello cambio su tamaño al de un humano.

-¡Annie!-, dijo Zarina lanzándose a los brazos de la castaña.

-¡Wow!-, exclamo Víctor con auténtico asombro.

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