Ganesh y la Campanilla.

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Disclaimer: Los personajes pertenecen a sus respectivos autores, a excepción de aquellos que he añadido para darle seguimiento a la historia.
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No podía ser verdad, con el polvo que habían robado a Zarina ahora se encontraban en medio de una espesa selva, de pie y abrazados como hacía unos instantes en la habitación de los Darling.

Annie miró a su alrededor, habían sido llevados muy lejos del sitio en el que se encontraban junto a sus amigos..

-James...- dijo ella mirando en todas direcciones, arboles frondosos, hierba alrededor, el sonido de aves en la copa de los arboles y el bochorno que el denso aire causaba por la temperatura elevada del lugar.

-No puede ser- expresó el pirata separándose de la castaña examinando el sitio al igual que ella - por favor que no sea el lugar que pienso que es.

-¿Qué lugar es este?- comenzó a interrogar la castaña cuando comenzó a notar el terror en los ojos del hombre -James...

-Ese insensato nos ha traído al lugar de mi recuerdo con Neville- dijo James mirando hacia la espesura de la selva, como si esperara que algo saliera desde las profundidades de ésta hacia ellos.

-¡No puede ser!- exclamó la castaña presa del terror - Es decir...

-Que estamos muy lejos de Londres ahora mismo...en algún punto del archipiélago Malayo.

-Estamos en donde naufragaste de adolescente.

-Así es. Ese maldito de Pan escuchó lo que te he contado en casa de tu padre, maldita sea. Y utilizó su nombre para que en mi mente se formara el recuerdo de este lugar y el de Neville. Con ese polvo marrón fue suficiente para traernos aquí, lo he visto pues Zarina me lo mostró hace mucho tiempo, aunque con exactitud no conozco sus efectos- dijo aún con sus ojos ágiles hacia la espesura de la selva, analizando el lugar.

-Zarina hace un trabajo increíble con el polvo...- comenzó a decir la castaña entre maravillada y asustada de lo que acababa de ocurrir.

-Sé que Zarina es talentosa Annie, pero preocupémonos por largarnos de aquí enseguida- dijo él mirándola con un gesto reprobatorio.

-¿Y cuál es tu idea exactamente?, ¡Estamos perdidos en una isla!, ¡Ni siquiera tenemos un barco!- dijo un poco exasperada.

Se quedaron un momento en silencio.

-Debemos andar con cuidado, ya que en el tiempo en que estuve en este lugar, después de la muerte de Neville, mis hombres y yo fuimos capturados por vendedores de esclavos- habló el pirata mirando ahora hacia la copa de algunas palmeras que estaban lejos de ellos - así que no nos dirigiremos hacia el norte de la isla como lo hice en ese entonces con mis hombres, o podríamos encontrarnos con esas personas en dado caso de que continúen en estas tierras, lo cual no dudo...Annie, debemos ser precavidos, o podríamos caer presos de ellos, o morir aquí.

Esas palabras tan desalentadoras causaron en Annie un sentimiento de pesadez, estaban solos, sin ningún tipo de ayuda y con riesgos reales...ella jamás habría creído que algo así en su cotidiana vida ocurriese.

-¿Entonces buscamos refugio? ¿Alimentos?- dijo ella con rapidez sintiendo la urgencia de alejarse de la espesura de la selva.

-Es lo más indicado, y que sea cerca de la costa- señaló James, a lo que ella estuvo de acuerdo.

Caminaron sin dilatación hacia el punto que James señaló, a donde veía palmeras que podrían contener cocos para hacerse de algo de alimento. Era incierto el tiempo que estarían en el lugar y el cómo saldrían de ahí. Cada uno perdido en sus pensamientos y en silencio comenzaron a cavilar sobre las posibilidades de salir del lugar.

Al llegar donde las palmeras James la miró.

-Subiré para encontrar alguna orientación desde lo alto - enseguida sacó del traje que Benton le había dado, una daga con un mango color blanco y se lo entregó a la mujer.

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