El niño que nunca creció

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-No entiendo nada de lo que esta mujer dice- sonó la voz de James a un lado de su prima, su hada y su más fiel marinero, corrían detrás de una joven de negros cabellos quién era sirvienta de los Darling, junto a la apresurada muchacha, se encontraban Annie y Benton quienes le seguían con cara de terror.

La chica había irrumpido en casa de los Wayne justo cuando James apresaba el cuerpo de la castaña sobre el sillón, esa hermosa castaña que habitaba en sus pensamientos desde el momento en que la conoció en Nunca Jamás. Aquel beso que en principio fue calmo, se había avivado con forme la pasión de ambos comenzaba a desbordarse, para la molestia de la pareja, James tubo que acomodar su chaleco y su camisa totalmente abiertos mientras Annie subía los tirantes del vestido que él con la boca había derrotado bajo sus hombros para poder acceder hasta sus pechos.

Los fuertes golpes en la puerta les hicieron atender para saber quien llamaba con tal insistencia.

Una mujer aún más joven que Annie pidió que la acompañase cuanto antes a casa de sus señores, la familia Darling. Annie sin entender su preocupación, cuestionó a la joven quién le comentó que la señora Darling le había mandado a traer cuanto antes a la familia Wayne sin dar más detalles al respecto. Cuanto ella y James se encontraban doblando la esquina de la calle, se encontraron con las miradas curiosas del padre de Annie y sus acompañantes quienes se levantaron enseguida de los bancos en los que platicaban animadamente para seguirles enseguida.

-¿Giselle?- levantó la voz Benton extrañado de verla junto a su hija.

-¡Señor Benton, es la señora...el niño no está!- había gritado la joven muchacha al mayor de los Wayne al verles en la esquina.

-¿Qué niño Giselle?- gritó Benton mientras se apresuraba a llegar junto a ellas.

-El joven Victor- excalamó con lagrimas en los ojos la joven llamada Giselle sin dejar de caminar apresuradamente.

-¿Qué le ha pasado a Victor?- preguntó con terror Annie mientras Zarina tomaba del brazo a James haciendo que se atrasara al paso rápido que daban los Wayne junto a Giselle.

-Él y su sombra han venido y cuestionaron a la señora por usted señorita, la señora intentó detenerlos, eran más fuertes...

Annie comenzó a temblar ante las palabras de la muchacha.

-Sabe que estoy aquí- dijo a su padre. No había duda, por alguna extraña razón Peter Pan habría creído que ella se encontraría en casa de los Darling.

-¿Pero porqué con Wendoline? él ni siquiera te ha visto aún- exclamó Benton con preocupación.

-Él sabe que estuvo allá ...en el lugar de donde ellos provienen, la luz y la sombra le acompañaban...le buscaban a usted señorita...pero se han llevado al niño.

El corazón de Annie se detuvo por un instante, eso no podía estar pasando. Entonces comenzó a correr lo más deprisa que sus pies le permitían provocando que todos corrieran junto a ella sin importarles lo que las personas que dejaban a su paso pensaran al verlos correr.

-James ¿Qué ocurre?- interrogó Zarina después de escuchar el diálogo entre la joven y los Wayne.

- No lo sé- contestó con sinceridad el capitán - No entiendo nada de lo que esta mujer dice.

Una luz y una sombra, buscando a Annie. El pirata comenzó a atar cabos tan pronto como su ágil mente reaccionó al shock inicial, sólo había un maldito ser en el mundo capaz de rodearse de tan peculiares compañías, pensó para sí.

Una vez que Giselle abrió con rapidez la puerta de la respetable casa Darling, todos miraron con asombro el estado de ésta. Muebles derrumbados, papeles en el piso, lamparas rotas. Unos llantos en el piso superior sacaron de sus pensamientos al grupo y enseguida se dirigieron hacia arriba.

Azul ProfundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora