El Salón Turqueza

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Disclaimer: Los personajes pertenecen a sus respectivos autores, con excepción de aquellos que he tenido que añadir para darle forma a esta historia
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A la mañana siguiente Florence les ofreció un espléndido desayuno. Esa casa para ellos era el lugar perfecto para relajarse y disfrutar.

Mientras Florence iba al pueblo a hablar con quienes dejaría a cargo la administración de la isla, Truman y Junior le acompañaron ya que se encargarían de supervisar que las provisiones llegaran al Jolly Roger sin problema. Mientras tanto Salvo y Leandro ayudaban a empacar lo que Florence fuese a llevar de la casa con ella y de arreglar algunos imperfectos para dejar el lugar sin problemas cuando fuera bien asegurada para que nadie entrase en ella. Annie y Zarina ayudaban a cubrir muebles y demás con sabanas para evitar que se dañasen en ausencia de Florence. Estaban seguros de que regresarían a ese lugar tarde o temprano.

A media tarde Annie salía de la casa para caminar un poco por el campo, no podía evitar sentirse ansiosa por lo que vendría.

-Deberías preocuparte menos y disfrutar de la vista- dijo Zarina a su espalda.

-Tengo un fuerte presentimiento de que las cosas que descubriré no serán nada buenas Zarina.

-Me tendrás a mi para enfrentarlas, después de todo estamos juntas en esto.

La castaña miró con melancolía al hada a su lado.

-Aunque esto no debió ser así, siento mucho que James te haya obligado a venir.

-Tengo que protegerte de lo que ese bastardo pueda hacerte, ustedes son mis propios "niños perdidos", así que debo procurarles, aunque con James a tu lado no estoy tan segura de si preocuparme sea tan buena idea, ya que tú y él no se llevan nada mal.

La joven no quiso mirar al hada, sabía perfectamente que Zarina la había visto dirigirse a la habitación de James y no salir de ella hasta esa mañana, así que las palabras al respecto sobraban un poco entre ellas. Zarina no se dio por vencida.

-¿Le amas?

-No puedo amarle a dos días de conocerlo Zarina.

- Tu ya le conocías desde hace tiempo, ¿No recuerdas? Desde que Wendy te hablaba sobre él, siempre quisiste conocerlo, me interrogabas sobre sus hazañas.

- Por supuesto, y tú me contaste sobre él claro, pero jamás me hablaste de la traición.

-No me cambies el tema de conversación.

Annie la miró con una sonrisa.

-No lo amo, tengo hacia el un muy fuerte sentimiento de cariño irracional y siento una fuerte atracción hacia el. Pero eso no es amor Zarina.

-Pero podría llegar a serlo, de tu parte y de la suya.

- Como van las cosas hasta ahora lo veo imposible.

-Después de que se quedaran juntos en su habitación esta noche, yo no lo veo tan imposible.

Las castañas intercambiaron miradas cómplices, esa conversación no iba a parar a ningún lado.

Al atardecer todos se encontraban sobre el Jolly Roger dirigiéndose a Londres, con el barco bien abastecido y todo en orden en la isla, Florence se les unió en su viaje trayendo consigo alegría entre los marineros. Londres era tal y cómo lo recordaban tanto James como Annie, frío y con un cielo gris. Un contraste total en comparación con la maravillosa isla de Florence.

Cuando el barco dejo el mar para levantar el vuelo sobre la ciudad, Annie pudo reconocer lugares cercanos a su casa, pero aún faltaba un poco más para que se reencontrara con su padre. El Jolly Roger se detuvo sobre un edificio, Zarina se encargó de que el barco se mantuviera estático e invisible a ojos curiosos gracias a un polvo hecho por ella que confería invisibilidad a lo que tocara. James dio permiso a sus hombres de bajar al Salón Turquesa si lo deseaban, algunos como Smee no dudaron ni un minuto en hacerlo.

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