Presos

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Disclaimer: Los personajes no son de mi autoría, a excepción de aquellos que he tenido que añadir para darle forma a la historia, el resto son propiedad de sus respectivos autores.

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Los sirvientes de la reina llevaban a la castaña a su prisión en los calabozos, pasaban entre pasillos con paredes construidas de bambú, que dejaban colar rayos de sol del atardecer. Annie llevaba la mirada en el suelo pensando en James y el qué podría conseguir la ahora reina Tigrilla con su interrogatorio. Lily, la mujer más obsesionada con el capitán en toda la isla, porque el hombre que podría presumir de una obsesión del mismo índole —Barba Negra—, parecía esconderse de todos ellos como esperando el momento triunfal para aparecer. La castaña meditó acerca del tipo de alianza que tendrían Lily y Barba Negra, y el como Peter Pan estaba involucrado entre estos dos.

Tan ensimismada en sus pensamientos se encontraba, que no se percató cuando Tecumseh los detuvo a mitad de su camino.

—Yo la escolto desde aquí—, dijo el guerrero y los sirvientes después de reverenciarlo abandonaron el sitio. Annie levantó la mirada hacia él hombre de piel morena.

—Tienes suerte de estar viva aún—, dijo Tecumseh escudriñándola por un momento con el ceño fruncido para después conducirla hacia el calabozo, tomando con sus manos las sogas que ataban los brazos de la joven detrás de su espalda. 

—Escúchame—, le dijo ella — si nos ayudas, podremos ayudarte también.

—¿De qué tonterías hablas mujer?—, respondió el guerrero mientras caminaba detrás de ella conduciéndola hacia lo que parecía una trampilla en el suelo, justo al final del pasillo de bambú.

—Ella está obsesionada con James y tú quieres el trono, ayúdame a derrotarla y el reinado te pertenecerá—.

Tecumseh se mantuvo en silencio por un momento, mientras la mujer esperaba a su respuesta. Annie quiso entrar en la mente del joven para poder desenmarañar sus pensamientos, ya que su rostro sereno, no le daba ni una sola pista de si con ese comentario, había atinado a alguna fibra sensible del guerrero.

El hombre sumido en el mismo silencio, abrió la trampilla descubriendo un hueco oscuro, y tomándola de la soga nuevamente, le indicó que bajara por las escaleras de madera, lo que ella obedeció.  El lugar, oscuro y frío parecía desierto. Annie tardó un poco a que sus ojos se acostumbraran a la poca visibilidad del sitio. Continuaron caminando hacia el fondo del lugar, en donde una pequeña ventana dejaba colar un poco de luz del sol. Annie observo por lo menos tres celdas de paredes de piedra, el lugar a comparación con el exterior de la fortaleza, parecía un iglú, el frío comenzaba a calar la piel de la joven.

—¿Cuál es la razón por la que Garfio le es de tanto interés a la reina?—, preguntó sin más el guerrero dando dos pasos hacia atrás permitiendo que Annie se girara para mirarlo. No parecía interesado en encerrarla en la celda tan deprisa, parecía querer tomarse su tiempo para sacar la mayor información de la castaña. 

—¿No es evidente?, está enamorada de él—, dijo Annie frunciendo el ceño, con la imagen de la reina en su cabeza.

—No es posible—, dijo el guerrero al escuchar esa respuesta, parecía convencido de sus palabras.

—¿Porqué tanta obsesión si no?—, confrontó ella ladeando la cabeza un poco.

—Soy yo quién debe ascender al trono, desde niños estamos destinados a gobernar juntos. Como guerrero élite, es mi deber gobernar estas tierras. Fui instruido toda mi vida, por el anterior rey, para sucederlo en el trono junto a su hija—.

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