REBECCA
Me había hecho una prueba de embarazo ase una semana ....
Sentía cada uno de mis músculos tensarse, era de esa veces que ancias las cosas pero a la vez sientes miedo.
Siento las piernas dormidas y el estómago revuelto.
—¿Lista?—escuché la voz de mi amiga
—No lo sé, Yu. Tengo un poco de miedo...—le respondí y ella me dió un ligero abrazo
—Todo irá bien,—mordí mi labio inferior—.Entremos
Ambas entramos a la clínica, Yuri esperó en la sala de espera mientras yo preguntaría en recepción que venía a recoger mis resultados.
—Buenos días, señorita—saludé amable a la recepcionista de unos cuarenta años (aproximadamente)
—Buen día—respondió la mujer
—Vengo a recoger unos resultados de... em-embarazo—la mujer asintió y miró su computador
—Su nombre por favor
— Becky Armstrong—respondí. La recepcionista asintió y tecleó mi nombre sobre el teclado
—El doctor Steve la espera con sus resultados. Consultorio 98, segundo piso—me sonrió y asentí
Yuri y yo decidimos tomar el elevador para más rápido, Yuri notaba mis nervios y es que no podía ocultarlos.
Ambas caminamos por los pasillos hasta ubicar el consultorio 98
Suspiré antes de dar dos golpes en la puerta y recibir un "pase" del otro lado
—Andando...—murmuré para mi misma
—¿Becky Armstrong? —preguntó el doctor al verme
— Ella misma—respondí
—Tomen asiento por favor—señaló ambas sillas que se encontraban frente a su escritorio
Tomó varios sobres que estaban sobre su escritorio. Murmuraba los nombres de cada uno de los sobres hasta que escuché mi nombre.
—Aquí estan sus estudios, señorita Armstrong —me miro y senti mis musculos dormirse
El doctor Steve se encargo de abrir mis estudios. Yuri estaba frotando las palmas de sus manos con sus jeans que llevaba puestos.
El doctor estaba concentrado leyendo mis estudios, de momento los dejó sobre su escritorio.
—Felicidades señorita, Becky. Está embarazada—me regaló una sonrisa
—Que felicidad—murmuró feliz Yuri y me miró
—¿Qué voy hacer, Yuri?—dije mientras caminaba de un punto a otro en mi habitación
La Polinesia dejó su celular sobre sus piernas y me miró
—Decirle a Freen, ¿no? Es lo más obvio que debes hacer—se encogió de hombros
—Lo dices como si fuera tan fácil...—negué con la cabeza
—No te estoy diciendo que sea fácil, Armstrong. Pero debes decirle, es su bebe al final de cuentas
—Estamos divorciadas, ¡Divorciadas, Yuri! ¿Qué no te das cuenta de lo delicado que es esto?
—¡Pero tú la amas Becky! y no me digas que no te da gusto llevar otro bebé dentro de ti y mejor aún, de la persona que amas—cerré los ojos y solté un suspiro
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Solo es un contrato
Science Fictionfreen obligada a estar con una chica que no ama rebecca una chica de 25 años casada con freen