capítulo 27

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Llegué a la oficina hace tres horas, pero desde que llegué no he podido pensar en otra cosa que no sea en lo de esta mañana con Becky quiero dejarla quiero alejarme pero como estoy hundida hasta el cuello creo que no es solo sexo lo que esta pasando creo que estoy empezando amarla ya se cumplieron meses de la muerte de Alexa y me siento culpable por estarla olvidando . No dejo de analizar este sentimiento tan singular que invade mi corazón cada que la tengo cerca. Incluso si no está a mi lado la tengo presente, como ahora. Hubo un tiempo en el que jamás hubiera imaginado que Becky llegaría a significar tanto para mí, y es extraño.-nose que demonios aser

Los leves toques en la puerta de mi oficina logran que mi atención vuelva a la realidad. Miro hacia el frente y veo a mi secretaria. Le hago una señal con la mano para que entre.-

–Lamento molestarla, sé que debe estar muy ocupada –si... estaba muuuy ocupada–, pero hay una mujer en la entrada que quiere verla.

–Está bien, ¿y cuál es el problema?

–Bueno, ella no tiene una cita –la chica lo dice incómoda.

En el momento en el que voy a preguntarle de quién se trata, se empiezan a escuchar gritos y quejas de una voz muy conocida para mí. No puede ser. Me paso la mano por el rostro y espero a que la dueña del escándalo aparezca por la puerta.

–Señorita, ¡no puede pasar! –grita uno de los guardias.

–¡Ya les dije que soy la maldita esposa, de la maldita dueña, de este maldito lugar!

–¡Aun así necesita agendar una cita previa!

Dios... Becky, ¿acaso no podías simplemente llamarme y avisarme tu visita?

Mi esposa entra rápidamente, ignorando al guardia y a la secretaria que sacó a empujones de la oficina. Cierra la puerta golpe y pone el seguro. La veo mientras trata de recuperar el aliento; está medio despeinada, con su vestido floreado un poco doblado, y sus mejillas luciendo coloradas. Está hecha un desastre y, aun así, luce hermosa.

–¿Me explicas esto? –pregunto como mi cara seria lo mejor será irme alejando de ella

–Hola –saluda cansada–. Bueno, verás... –respira profundo, se arregla el vestido, el cabello, y luego continúa–. Esta noche planeaba prepararte la cena, pero mejor decidí invitarte a almorzar. Pero cuando vine aquí tus malditos empleados no me dejaban entrar –sus mejillas se ponen un poco más rojas de lo que estaban–... por lo que tuve que esquivar a los guardias y correr hasta aquí.

Me quedo en silencio, solo examinando y procesando todo lo que acaba de contarme.

–¿Y no pensaste en ingresar a tu teléfono y marcar mi número?

–¿Para? –me da una mirada incrédula.

–Pues no lo sé, para avisarme que vendrías y así evitarnos toda esta persecución.

–¿Qué? Claro que no –lo dice como si mi idea fuera de lo más absurdo.

–¿Me explicas por qué esa idea te parece tan disparatada?

–Porque... –su mirada está fija en cualquier parte, menos en mi cara. Parece una niña que acaba de ser regañada–. Porque quería que fuera una sorpresa.

Becky quería sorprenderme con aquel gesto, y lo más sorprendente es que pensó en todo. Maldición, comenzó una maldita persecución en mi área de trabajo para que su plan siguiera siendo una sorpresa, ¿lo más loco?, amé completamente este detalle.-pero en mi mente sgue sonando aléjate de ella se que le prometí a Alexa eso pero me da miedo amarla mas de lo que ya lo hago

–Le diré a mi secretaria que te deje entrar cada que vengas de visita –miro hacia el suelo entre nosotras–. Así no tendrás que correr en tacones.

Pero tengo trabajo asi que no podre ir a cenar contigo-sera lo mejor alejarme de ella si

camino detrás de mi escritorio.

–Necesito terminar un par de cosas,–digo, mientras ordeno los papeles sobre mi escritorio–. Puedes irte-ella se me quedo viendo como si le doliera

–Está bien –me dice y se va.

Lo siento beck susurro...........

Solo es un contratoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora