Mis días son los mismos desde hace ya bastante tiempo. Duermo cuatro horas, me despierto, me ducho, me arreglo, desayuno, me voy a trabajar, almuerzo, vuelvo a trabajar, voy a casa, ceno y vuelvo a dormir. Es constante, rutinario y a veces, agradezco que sea de esa forma. La rutina no es mala, la rutina significa que tengo todo bajo control. Lo malo va cuando siento que aquella rutina me consume y el tiempo pasa en color gris...-no quiero convivir mucho tiempo con Rebecca
–¡Es domingo mhee deberías descansar y ver películas conmigo! –los gritos de Rebecca hacen que me desconecte de mis pensamientos.
Ya han pasado dos meses desde que nos volvimos esposas y en este periodo ha conectado de una forma muy agradable con mhee. Respecto a nuestra relación, si es que así se le puede llamar, sigue casi igual, solo que ahora Becky no es tan distante, en ocasiones hasta me da los buenos días.
–Señorita, no puedo. Debo preparar el almuerzo, luego ordenar la casa...
–¡No! Es domingo y los domingos son para ver películas y flojear.
–Pero los deberes del hogar no se harán solos.
–Te prometo que mañana te ayudaré a ordenar todo, lo juro por mis carrera que aun no termino
–¡Señorita! No debería hacer promesas jja
–Tranquila, solo lo hago en situaciones de emergencia y esta es una de esas veces.
–Mmm, no lo sé –estoy escuchando a hurtadillas desde las escaleras en el segundo piso, no debería hacer esto, pero su conversación se me hace divertida– ¿Qué hay del almuerzo?
–Pediremos algo a domicilio, no te preocupes.
–Mmm...
–¡Vamos! ¡Di que sí! –puedo imaginar a Becky tratando de convencer a mhee, y se me hace un poco tierno.-bueno al menos con la señora mhee mi nana es amable
–Está bien.
–¡Si!
–Pero con una condición.
–Okay ¿Cuál?
–Debe invitar a la señorita Freen a ver películas con nosotras –¿Qué?
–¿Qué? ¿Por qué?
–Es que ha estado encerrada en su habitación desde ayer, ni siquiera cenó –escucho un suspiro por parte de mhee–. Fui a tocar su puerta por la mañana y no respondió.
–¿Crees que acepte salir de su cueva si yo se lo pido?
–Claro, es su esposa, debe hacerle caso.
–Eso no tiene ningún sentido, sabes que es como si ambas ni siquiera lo fuéramos.-eso es verdad pense
–Solo vaya, por favor.
–Okay... ya voy.
Vuelvo rápidamente a mi habitación y no sé por qué razón me acuesto en la cama y me tapo con las frazadas, literal solo podría entrar y no sé, pararme frente a la ventana a esperar su llegada.
–¿Freen? –minutos después escucho unos golpes en la puerta, pero no respondo–. Si no respondes solo voy a entrar. Conste que si toqué.
La puerta se abre, por lo que Rebecca camina por la habitación hasta llegar junto a mí.
–¿Sigues acostada? –se acerca quitándome las tapas de encima– ¿Estás bien? ¿Te sientes enferma?
Acerca su mano a mi frente tomándome por sorpresa. Su rostro refleja preocupación, lo cual me extraña un poco, ya que ella me odia, ¿por qué habría de preocuparse por mí?
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Solo es un contrato
Ciencia Ficciónfreen obligada a estar con una chica que no ama rebecca una chica de 25 años casada con freen