THE BLUE KINGDOM

Capítulo II.

SOMBRAS DEL PASADO

Tomo asiento en el sofá color azul oscuro justo al lado del Príncipe Bruno. Le extiendo la taza de té que traigo en las manos y él la recibe sin decir nada. Su aspecto derrocha cansancio y preocupación, esto se debe al suceso que pasó haces unas tres horas: el desmayo de la Reina Brest.

Los doctores lo clasificaron como un desmayo, pues no está muerta —gracias a Inneve—, sino que está inconsciente. A pesar de que la Reina está en manos de los mejores médicos del reino, ellos desconocen el causante de dicha inconsciencia.

Eso fue lo que me dijeron hace unas horas. Observo a Bruno quién solo tiene ojos para su tía, acostada en su cama, frente a nosotros. Quisiera decirle algo motivador, pero la situación no pinta bien y no me gustaría ilusionarlo.

De igual forma, tengo esperanza.

—¿Qué han informado los médicos en las últimas horas? —Le pregunto a Bruno, mirando su perfil.

Él, en cambio, no aparta la vista de su tía. Como si tuviera que vigilarla en todo momento.

—Todavía están indagando, pero tienen una hipótesis en mente, y según ellos es la que se acerca más a la razón de todo esto.

Lo observo con curiosidad.

Bruno suspira y se frota la cara con las manos.

—Creen que la bebida que consumió pudo haber tenido...Algo, que le hiciera daño.

Justo cuando él termina de hablar, viene algo a mi cabeza:

Están mis padres y los tíos de Bruno conversando con naturalidad. Uno de los hombres que camina por ahí y ofrece bebidas a los invitados, pasa cerca de dicho grupo, y es ahí cuando la Reina Brest lo nota y llama la atención del hombre. Este se acerca y la Reina agarra delicadamente una de las copas que el joven lleva en la bandeja; ella asiente y, sin decir nada, él se retira. Mientras que la tía de Bruno toma un elegante y delicado sorbo de su bebida, para luego seguir escuchando la conversación de sus acompañantes.

Y luego regreso a la realidad.

¿Acabo de recordar el momento en el qué eso pasó?

¿Pero como pude recordarlo si yo ni siquiera estuve presente?

¿O sí?

—¿Una bebida? —Tengo que aclarar mis dudas con Bruno— ¿En que momento tomó una bebida?

—La Reina Paris dice que fue cuando ella me envió a tu habitación a buscarte. —Dice, decaído.

Asiento.

Osea que sí pasó...

¿Pero por qué tuve ese recuerdo así tan repentinamente? Y si yo no estuve ahí, ¿Cómo puedo recordarlo?

Trago saliva.

—Tu tía es...¿Alérgica a algo? ¿Hay algo que no pueda ingerir? Quizás la bebida contenía algo que ella no podía consumir y por eso se encuentra así. —Le explico mi sugerencia a Bruno, pero él niega con la cabeza.

—Hasta donde yo sé, ella no tiene prohibido el consumo de algo en específico. Y de eso estoy seguro porque los médicos le hicieron esa misma pregunta a mi tío y él lo negó.

Entonces, ¿Por qué la Reina está inconsciente en esa cama?

A plena vista, cualquiera diría que ella está plácidamente dormida, pero ya quisiéramos Bruno y yo que fuera así.

—Pero, al igual que los doctores, yo también tengo la sospecha de que lo que mi tía bebió tenía algo...

Se forma un aire de suspenso en la habitación. Ya que solo estamos él, yo y el cuerpo de la Reina Brest.