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—¿Por qué estás así?

—Lo siento —tosió— Cogí un resfrío.

—Voy a llamar a tu novia —dijo Yim con el rostro serio. Sacó su teléfono y empezó a buscar su contacto, era claro para Yim lo que había ocurrido, se había quedado hasta muy tarde con ella y luego se mojó con la lluvia de regreso, por eso llegó tan tarde. La culpable tendría que venir a lidiar con su pedazo de tormento, después de todo ella era su pareja, esos eran sus pensamientos hasta que fueron interrumpidos por alguien.

Sintió que su teléfono se iba de sus manos. Tutor se lo había rapado.

—Dámelo, ¿Qué te pasa?

—No quiero que la llames.

—Tutor ¿Qué te pasa? Devuélveme mi teléfono.

—Lo haré si me das un abrazo y prometes no llamarla.

—¿Por qué actúas así de repente? —dijo con frustración.

—Por favor, estoy enfermito —hizo un puchero— Necesito de tus cuidados—. Pasó su mano por su cintura y lo atrajo hacia su cuerpo.

¿Cómo podría negarse ante esos ojos? En verdad él también se moría por abrazarlo y consentirlo. Pero aunque lo hiciera debía ponerse serio y no dejar que su cara de cachorro lo manipulara.

—Ya en serio Tutor deja los malditos juegos, devuélvemelo de una vez, la compañía de ella te sentará bien.

—Ella está ocupada y además no necesita venir, porque tú estás aquí—. Acarició su piel bajo su camisa muy suavemente provocándole cosquillas en su entrepierna —Seré bueno, lo prometo, haré lo que me digas menos dejarte ir—. Hizo un puchero.

No sabía si empezaba a ser egoísta, pero la idea de que lo siguiera acariciando, de cuidar de él y de pasar tiempo con él lo sedujeron, el amor lo había vuelto blando y estúpido y no podía evitarlo, no cuando él no dejaba de mirarlo de esa manera.

Con esos ojos vidriosos que lo hacían sonrojar.

Yim se quedó cuidándolo toda la noche, le dio su medicina, estuvo pendiente de su fiebre que subía y bajaba, también tenía tos y ronquera, por lo que le preparó algunas infusiones.

Entre el sol, pegando directamente a sus ojos y unas manos que no dejaban de acariciar las hebras de sus cabellos, no tuvo más remedio que levantarse.

—¿Cómo te sientes? —dijo con voz mañanera— ¿Ya te sientes mejor? —preguntó Yim para proceder a ponerle el termómetro.

—Me duele.

—¿Qué te duele? —preguntó el mayor preocupado abriendo sus ojos.

—El corazón por tu culpa.

—¿Qué mierda dices?

—Eres demasiado lindo Yim —dijo Tutor serio.

—Y tú eres molesto, si tu novia te escuchara hablarme así podría malinterpretar la situación.

—No me interesa.

Yim rodó los ojos y salió de la cama.

—¿A dónde vas? —dijo Tutor con mirada de cachorro.

—Voy abajo, y más te vale que me entregues mi celular de una vez —dijo poniéndose serio. —Ya no seré blando contigo.

Tutor tomó su mano y Yim se safo de el de manera abrupta.

—¡Basta!—grito enojado— No me gusta que estés tocando mi cuerpo por dónde se te antoje, no soy una piedra, yo también siento... —lo miró recriminándolo— y la forma en que lo haces hace que sienta cosas extrañas y... y no me gusta, así que más te vale que no lo vuelvas a hacer en el futuro—. Salió de la habitación.

Yim la estaba pasando difícil, y Tutor no colaboraba,
Ya no sabía que hacer, su cuerpo se sentía acalorado todo el tiempo que estaba cerca de Tutor, ya no podía aguantar estar a solas con él sin pensar en dejarse tocar y tocarlo de maneras poco adecuadas, a este punto era probable que todos se hubieran dado cuenta de sus sentimientos indebidos, quizá todos menos Tutor que estaba bien tonto y parecía un pulpo manoseando todo su cuerpo y mente.

Sus manos eran increíbles escabulléndose sobre su piel.

Insensible.

De verdad necesitaba alejarse un poco si quería exterminar aquella extraña necesidad que cada vez se hacía más intensa.

Debía olvidarlo en vez de ilusionarse con un hombre heterosexual y con novia, esa era la peor parte.

Minutos después volvió...

Tutor al verlo caminar hacia él le entregó su celular, pero Yim llevo su mano directo a su frente y luego a su axila sacando el termómetro.

—Parece que ya estás bien, le enviaré un mensaje a ella para que venga a verte —dijo en tono seco.

Tutor sonrió, aun cuando estaba enojado  seguía cuidándolo así. Justo por cosas como estás le parecía tan lindo y adorable. pensó en que debería molestarlo más seguido, era divertido ver sus lindas reacciones.

TUTORYIM - Amistad bajo Tensión Donde viven las historias. Descúbrelo ahora