P.O.V. MC:
-No tengo nada que hablar contigo Jumin. He sido muy clara, pero parece que no te ha quedado claro.
Intenté escabullirme, pero él, como una sombra decidida, me acorraló. Mi espalda se apoyó contra la barandilla y su cuerpo imponente se alzaba delante del mío rodeándome con sus brazos, agarrándose con sus manos al frío hierro sobre el que estaba apoyada.
-¿Por qué dijiste en el chat que nuestro beso fue por compromiso?.- Preguntó mirándome con una mezcla de ira y deseo.
-Porque es así Jumin. Eres una persona fría y sin sentimientos. ¿Qué otra razón abría?
-Te dije allí mismo que lo hice porque quería MC.- Bufó con enfado.- Por tu culpa salí de mi zona de confort y empecé a descubrir lo que era sentir. ¿Y ahora me vienes con que soy una persona fría?.
-¡Joder Jumin!.- Exclamé.- Pero habías bebido...- No me dejó terminar la frase.
-¿Sabes lo mucho que me enfadaron esas palabras?. Tú, doña sentimientos y empatías, no lo quisiste ver. Dejaste de hablarme y ni siquiera me preguntaste que me pasaba.
-Bueno Jumin, no me di cuenta la verdad. Pensé que todo había sido un error y estarías molesto.
-¿Si fue un error y estuviera molesto te crees que haría esto?
Con sus manos agarró fuerte mi espalda y mi nuca, juntándome lo máximo posible a él. Sus ojos ardían, parecían dos hogueras, y su cuerpo me demostraba lo anhelante que estaba de mi. Se acercó a mis labios, los rozó suavemente y acto seguido empezó a besarme con desespero. Mierda, el mismo sabor a vino mezclado con su saliva, sus labios impactando contra los míos con pasión, nuestras respiraciones agitadas por la intensidad. Con mi cuerpo a su merced, enrollé mis brazos en su cuello a lo que el introdujo su lengua juguetona en el interior de mi boca.
Empezaba a refrescar pero nuestros cuerpos estaban tan calientes que no notaban el frescor del anochecer. Paramos un segundo para mirarnos. Deseo, pasión, teníamos hambre el uno del otro. Volvimos a juntar nuestros labios, más rápido, más caliente. La mano que tenía en mi cintura empezó a bajar dibujando todas las líneas de mi cuerpo hasta mi pierna descubierta, la cual primeramente acarició y después levanto, haciendo que le rodeara con ella. Mi zona íntima ya se encontraba ligeramente humedecida por la intensidad del beso, pero al dar unos suaves toques con su cadera haciendo que nuestras zonas se rozaran, parecía que tenía un océano entre las piernas.
-Si quieres que pare solo tienes que decirlo.- Susurró en mis labios.
Negué con la cabeza y mordí su labio inferior con mirada apasionada.
-Acaba lo que has empezado.- Conseguí decir.
Empezó a recorrer mi pierna desnuda con su mano y aprovechando que el vestido le dejaba camino libre, empezó a subirla lentamente con una leve presión. En su cara se dibujó una suave sonrisa pícara, disfrutando de cada trozo de piel. Cerré fuerte mis ojos esperando su llegada a mi nalga, pero el sonido de la puerta abriéndose lo frenó.
-¡Por fin os encontramos!.- Dijo Yoosung.
-¡Jumin!. Nadie me estaba buscan... ¡¿Qué?!.- Zen no consiguió acabar su frase.
-¡Y los problemas en el paraíso se han solucionado!.- Exclamó Rika ilusionada.
-Nunca pensé ver esta faceta de Jumin.- Dijo V entre risas.
Hundí mi cara en su cuello bajando la pierna, con una suave risa nerviosa. Jumin apoyó su cabeza sobre la mía dejando un beso sobre la misma.
-¿Pero estás cosas no tendrían que hacerse en la intimidad?.- Preguntó Yoosung inocente.
-Te queda mucha vida por delante, Yoosung.- Contestó Jumin cargándome en sus brazos.
-Os podéis ir, todos los invitados han marchado.- Comentó Rika entre risas.
Jumin avanzó conmigo entre todos ellos, con su mirada fija en mí, como si cada paso fuera una resolución a nuestro malentendido.
-¡Recordar tomar las precauciones necesarias!.- Exclamó Jaehee mientras nos alejábamos.
Su limusina se encontraba en el exterior. Al entrar, el chofer Kim esperaba indicaciones para el destino, pero Jumin no prestaba atención, enfocado en retomar donde lo habíamos dejado. Noté cómo el chofer cerraba una cortina negra que separaba los compartimentos antes de que arrancara.
-Ven.- Murmuró con voz agitada.
Dio leves toques con las manos sobre sus piernas indicándome que me pusiera sobre él. Su pecho subía y bajaba a mucha velocidad revelando su impaciencia. Mordí mi labio, sabía que le provocaba demasiado y procedí a seguir sus ordenes. Apoyé las rodillas a cada lateral de él, acomodándome sobre el suave sillón. Sin dudarlo con sus manos firmes agarró mis caderas y con su nariz rozó mi pecho. Me senté sobre él acomodando el vestido a un lateral y noté una gran prominencia en su pantalón. Atacó mi cuello entre besos y suaves mordiscos, creando un camino hacia mi pecho.
Al levantar la mirada hacia mí, su voz ronca rompió el silencio.- He deseado quitarte este vestido todo el día.- Sus dedos, como si exploraran un sendero inexplorado, subían desde mi cintura, deteniéndose debajo de mis pechos.- Y hay algo que quiero descubrir.
-¿Y qué quieres descubrir?.- Pregunté con hilo de voz, deseosa de saberlo.
Subió una mano hacia mi escote y con una sonrisa astuta empezó a explorar la seda del vestido.- Descubro que no llevas nada debajo-. Dijo emitiendo un pequeño gruñido ronco.
Al llegar a mis pechos bajó su mirada expectante hacia los mismos.- Así que solo me separa esta maldita tela.- Se acercó a mi boca y con el mismo dedo comenzó a apartarla.- Como me gusta que no traigas nada debajo.
Su lengua volvía a recorrer cada hueco de mi boca sin descanso, mientras que su mano se aventuraba a jugar. Apartó la tela hacia un lateral y empezó a explorar mi pecho, sin prisa pero sin pausa. Mi piel estaba completamente erizada con cada caricia, notaba como poco a poco se acercaba al punto clave, haciendo círculos con los dedos a su alrededor. De repente lo atrapó, lo metió entre dos dedos y empezó a estimularlo, algún suave pellizco o algún tirón. Su tacto me hizo exhalar un suave gemido, arqueando mi espalda.
-Joder.- Susurró y no perdió tiempo en desnudar el otro lado para empezar a jugar con sus dos manos.
-J-jumin.- Balbuceé agarrando el cuello de camisa con firmeza.
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Sempiterno [Jumin Han x MC]
FanfictionCuando MC regresó a Corea decidió aceptar la propuesta de su mejor amiga Rika y unirse a su organización de beneficencia, la R.F.A. Su llegada supuso un gran cambio para todos sus miembros, proponiendo ideas que para ellos parecían locas pero que fi...