⁖ Capítulo 3 ↫

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P.O.V. MC:

Mientras que nos dirigíamos a la mesa Jumin le recriminaba a V la gran falta de educación que le parecía que hubieran llegado tarde, mientras que Jaehee, Rika y yo comenzamos a hablar de cosas sin importancia. Al llegar a la mesa se formó un gran revuelo con Zen y Seven, los dos querían sentarse a mi lado pero querían que el contrario se sentara más alejado. Finalmente Rika puso orden a esos dos alocados sentándome entre ella y Jumin.

-Entonces MC, ¿no eres Coreana?.- Preguntó Seven intrigado.- Antes mencionaste que acababas de llegar a Corea y tienes rasgos que parecen extranjeros.

-Si soy Coreana.- Sonreí.- Pero estuve unos años viviendo en España para organizar unos negocios familiares mientras terminaba mi formación académica.- Tomé un sorbo de la copa de vino.- Y mi padre si que es Coreano, pero mi madre es de Colombia, de ahí mis rasgos.

-Eres un bello enigma MC.- Comentó Zen.- Entonces eres también una empresaria como Jumin, pero no te pareces en nada a él. Tu eres dulce, amable, divertida... Eres perfecta.- Solté una leve risa.

-Bueno, no se como de grande será la compañía de Jumin, pero el negocio de mis padres es pequeño. 

-La empresa de mi padre es de categoría. Para haber llegado a España muy pequeño no debe ser. ¿Qué estuviste gestionando allí?.- Me preguntó Jumin. 

Al escuchar sus palabras un calambre frío recorrió mi columna de abajo hacia arriba. Era la primera vez que hablaba durante toda la cena.

-Estuve analizando los datos de la repercusión que supondría instalar tres hoteles en las zonas clave del país. Analicé los riesgos que podría conllevar su apertura al igual que los beneficios.- Volví nuevamente a tomar un sorbo para aclarar mi garganta.- Finalmente añadiendo una serie de beneficios y temáticas diferentes, se podría obtener unas buenas ganancias, así que decidieron abrir dos de los tres hoteles que tenían en mente.

-¿Y están dando ganancias?. ¿Por qué después de todo ese trabajo decidiste volver para aquí?.- Su intriga se me estaba haciendo bastante extraña, al igual que al resto de miembros de la mesa.

-Efectivamente, mis cálculos fueron bastante precisos y las ganancias subieron como la espuma.- Sonreí satisfecha.- Pero mi padre decidió dejar a mi hermana de encargada de esos hoteles y a mi traerme de vuelta para aquí... No se muy bien para que, pero eso no es lo importante.

-¡Ya sabes Jumin!. MC es muy buena en su trabajo y tiene una mente maravillosa, tanto para lo bueno como para lo malo.- Rika apoyó la mano en su nuca sonriendo.

-A mi me gustaría preguntar desde cuando se conocen ustedes dos, parecen muy amigas.- Dijo Jaehee.- Claro, si quieren que lo sepamos.

-¡Claro que sí!.- Dejé la seriedad a un lado. Quería dejar de hablar de la empresa, de mi padre y de mi hermana.- Nos conocimos en la secundaria. Todo empezó un día que unas niñas mayores que Rika comenzaron a tratarla mal y a arrinconarla con intenciones de humillarla. Y ahí entre yo en acción, que si una patada por aquí y un puñetazo por allá, acabaron perdiendo su dignidad arrodilladas pidiendo perdón.- Sonreí satisfecha ante tal hazaña.

-Y desde aquel día comenzamos a hablar, nos convertimos casi en hermanas.- Me miró con una dulce sonrisa.- Es la persona en la que más confío, al igual que V. De ahí mi decisión de entrar en la RFA.

-Esto me está pareciendo una chorrada, con el mayor respeto posible.- Imploró Jumin.- ¿Qué puedes aportar tú a nuestra organización?

-Tranquilo señor director, siento aburrirle con nuestras historias.- Levanté las manos arqueando una ceja.- Pues aún no lo se muy bien, la verdad.

-Entonces no se porqué estoy perdiendo mi valioso tiempo aquí. Pensé que serías una persona de interés que aportaría grandes ideas, pero parece todo lo contrario. No estoy encontrado nada interesante en ti, sobre todo después de decir que tu padre te quitó de tu cargo.- Sus intensos ojos se clavaron sobre mi juzgándome. 

-Tú podrás aportar dinero o contactos, pero yo puedo aportar otras cosas que parecen estar muy fuera de tu alcance.- El enfado podía notarse en mis palabras.- Seguramente tu hayas sido el ojo derecho de tu querido padre y has nacido en cuna de oro, pero el resto hemos tenido que hacernos un puesto y sudar sangre para poder llegar a donde hemos llegado.- Respiré hondo.- Capullo. 

Rápidamente cambiaron de tema para intentar disipar el mal ambiente que ese capullo había generado. ¿Quién se cree él para juzgarme a mí?. Juro que le hubiera soltado un puñetazo en esa preciosa cara si no fuera porque pertenece a la organización que Rika creó. 

El resto de la cena transcurrió sin ningún incidente más, pero mi venganza se estaba planeando. Mi meta era hacerle rabiar lo máximo posible, solo como yo sabía. Quería sacarlo de sus casillas, que se enfadara, que explotara. Y el momento llegó.

-Rika, V, creó que es hora de que la asistente Kang y yo nos marchemos. Debemos acabar unos asuntos pendientes en la oficina.

-¡Para nada Jumin!.- Rápidamente contesté.- Está siendo una noche maravillosa y tendremos que celebrar mi llegada a la RFA.- Me levanté de mi asiento y me puse en su espalda.- Te vendrá bien un pequeño masaje para relajar la tensión acumulada en los músculos.

Con cara de malvada mientras mordía mi labio inferior, recogí unos mechones de pelo detrás de las orejas y clavé mis dedos pulgares en los músculos que cubrían sus escápulas. Primeramente es un hombre con prestigio, y que una mujer cualquiera en un restaurante caro en el cual conocería a la mayor parte de gente empezara a masajearle los hombros le iba a irritar, y a mayores no iba a ser un simple masaje, iba a hundir tanto mis dedos que le iban a quedar moratones. 

-¡Para!.- Gritó.- ¿Te crees que es adecuado que hagas esto delante de tanta gente?

-¿Estás insinuando que te gustaría hacerlo en privado?.- Pregunté volviendo a clavar mis dedos.- No sabía que eras ese tipo de hombre señor perfecto.

-¡Ay!.- Exclamó con dolor intentando zafarse de mis manos.- ¿Quién iba a querer estar contigo en privado?. ¡Loca!.

-Encima es tímido. No le gusta delante de sus amigos admitir que quiere pasar una noche de pasión conmigo.- Reí malvadamente mientras seguía enterrando los dedos.- Así me gustan a mi los hombres, que se hagan los duros y los malos.

Todos rompieron en una sonora carcajada, hasta la callada y seria Jaehee no pudo aguantarse. La cara de Jumin era un poema, cada segundo que pasa más se le descuadraba, mientras que la maldad se me notaba.

-¡Ya estás listo señor capullo!.- Sonreí dándole un par de palmaditas en la espalda.- Luego si quieres te doy mi número y ya me avisas cuando quieras otro masaje en privado, pero te aviso que te va a salir caro.- Apreté mis labios forzando una sonrisa y abrí los ojos hasta que parecía que se iban a salir, poniendo cara de loca.

-¡Jamás!.- Recolocó su camisa con las mejillas coloradas.- Ahora si que me voy a ir, no pienso aguantar a una loca como tú.

-¿Seguro?. Como intentes levantarte de la silla te juro que me cuelgo de tu espalda y empiezo a morderte. La vergüenza la perdí hace mucho tiempo.

Agachó su cabeza y no contestó, pero tampoco se movió, mientras Zen y Seven me felicitaban por conseguir que me obedeciera el gran director. << Jumin Han, no sabes lo que has echo. Vas a sufrir poco a poco el haberme juzgado>>

Sempiterno [Jumin Han x MC]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora