Al llegar al centro comercial, mi abuela se bajó apresurada por querer recorrer todo el lugar, de tan solo pensar que tendría una cita tal parece, ser que la tenía preocupada y nerviosa.
— Tranquila, parece que no has tenido una cita desde la última vez que el abuelo aún respiraba– exprese, ella me miró con una mirada que penetranba mi ser, como haciéndome entender de que este era un buen momento para cerrar la boca.— Vamos hombre, no seas así con la abuela – dijo, seguimos caminando muy tranquilos, la verdad a mí esto de comprar ropa me aburría bastante, sobre todo por qué era actividad para chicas. No entendía muy bien que era todo ese embrollo de vestidos, zapatos, maquillaje, todas esas tonterías, ¿Para qué quería más ropa?
Pasamos por los pasillos de vestidos, estos vestidos estaban bastante inusuales y poco comunes para mi gusto, escote en forma de corazón decorado con perlas, falda extremadamente cortas o en algunos caso era una falda extremadamente larga, la zona de la espalda al descubierto — ¿No me digas que te vas a poner eso? – expresé sorprendido mientras mi abuela, fijaba sus ojos en un vestido azul marino.
— ¿Y por qué no? Es lindo y sobre todo creo que se me vería muy bien.
— Si tú lo dices, venga, ya entremos antes de que me arrepienta – dije.
Entramos al local y una señorita de finas caderas se acercó hasta nosotros, sonreía muy amable y cuando hablo sonaba encantadora —Bienvenidos al Hall Moda, espero se sientan cómodos, soy Rubí ¿En qué puedo ayudarlos? – se presentó la chica, mi abuela hablo—¿Qué tal querida? ¿Quisiera saber el precio de ese vestido? – expreso tocando la tela, me senté en un pequeño sillón bien mullido a esperar a mi abuela. Me puse a pensar que si Candy nos hubiera acompañado seguramente, ella estaría mirando todos estos hermosos vestidos tan encantadores como lo es ella, ¡Por dios! ¿Qué estoy diciendo? Si de algo estaba seguro es que esa joven chica me estaba haciendo mal a la mente, por el simple hecho de no poder dejarla de pensar cada día y cada noche.
Mientras esperaba me puse a observar los diferentes estilos de vestidos que había en la tienda, algunos tenían escote, otros la cola del vestido era corta y en otras era extremadamente exagerado.
— Alfa – expresó mi abuela saliendo del vestidor —¿Dime qué te parece?
— Mira, eso se te ve increíble – alagué lo hermosa que se veía, el color del vestido contrastaba perfectamente con su piel. Además de que ella tenía una piel sedosa parecida a la de un bebé.
— Yo pienso lo mismo joven – habló la vendedora colocándose justo a mi lado, me sentí un poco incómodo.
—¿Entonces te lo llevas? – pregunté impaciente porque quería irme de ese lugar.
— Claro que sí, creo que hice una buena elección, solo me faltan los zapatos y estoy lista – dijo, feliz.
(*)
Finalmente, mi abuela pagó el vestido, y nos fuimos de esa tienda. Mi nana me había propuesto que podíamos comer algo mientras tanto en el centro comercial, así pasábamos el rato juntos, me pareció una idea increíble, así que sin más acepté la propuesta. Fuimos hasta un pequeño bar que tenía la fachada de ser un restaurante bonito y sencillo. Entramos y nos sentamos en unas de las mesas, al poco rato se nos acercó una mujer que vestía un traje de blanco y negro, el típico vestuario de camarera, esta se nos acercó y nos entregó el menú.
— Cuando estén listos, tomaré su orden – dijo.
Mi abuela y yo comenzamos a mirar el menú, había una gran variedad de platos y postres. Finalmente, me decidí por un plato de espagueti y ella se decidió por una ensalada —Solo eso querida – comentó mi abuela entregando el menú de ambos. Esperamos unos minutos y nuestra comida finalmente llegó a nuestra mesa, comenzamos a probar nuestra comida. Además de eso ordenamos una buena botella de vino rojo.

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Alfa
Storie d'amoreAlfa tiene la difícil misión de secuestrar a una jovencita, pero la vida tiene diferentes planes para ellos. ¿Podrá Alfa mantener su reputación? ¿O morirá en el intento?.