Flashback
-¿¡Que hay del niño, no piensas hacerte cargo de él!? ¿¡Acaso yo sola lo hice!? ¡No! Tú también ayudaste a traerlo al mundo,
¿Acaso olvidas lo que hicimos?-¡Mujer como rompes las pelotas! Lo nuestro fue una equivocación, al igual que traer a ese engendro al mundo, quiero seguir con mi vida, pero no permitiré que un niño nos amarre. Debiste haberlo abortado cuando era el momento, ahora esa cosa viene en camino y tendremos que hacernos el maldito cargo mental de que si le falta esto o lo otro, no estoy para cuidar niños, Andrea ¿Entiendes eso?
-¿¡Qué impudencias dices!? Es nuestro hijo es tanto tuyo como mío ¿Acaso piensas que yo también quería esto? ¡No, claro que no! Tengo dieciséis años y aún no termino el secundario y tú apenas encuentras empleo un hombre de treinta que no sabe dónde caerse muerto ¡Eso es lo que eres!
- Sabes qué mujer, Has lo que quieras con el engendro si quieres venderlo o abórtalo pero "ese"no será mi hijo te lo aseguro- dijo Leandro apuntando a mi estómago.
-¿¡Q-que!?...
Fin del flashback
Al poco rato me levanté, mire la hora en el móvil y este marcaba las tres en punto, mire a ambos lados a ver si estaba mi abuela pero al parecer no había entrado al departamento, no me preocupe por qué seguramente estaba con Candy.
Tomé el móvil, lo guardé en mi bolsillo trasero más las llaves del auto y salí del departamento, vi a mi abuela que seguía hablando con la vecina, no les di importancia pasando a su lado, mi abuela me detuvo.
-¿A dónde vas Alfa? - dijo mi abuela, mientras yo seguía bajando las escaleras - Alfa te he hecho una pregunta respóndela, jovencito.
- Saldré, tengo cosas que hacer - dije gritando -No me esperes despierta.
- Dios mío, es increíble el temperamento que pueda llegar a tener Alfa.
- Señora no se sienta triste, él es así. Créame que también en algunas ocasiones me ha hablado mal - comento Candy tomando a su pequeño cachorro entre sus brazos, que se había acercado para hacerle compañía.
(*)
Mientras iba manejando pensaba en lo que mi jefe tendría para decirme aún que ya me imaginaba de que se iría a tratar, no quise hacerme tanto la cabeza pensando eso. Llegué aparqué el auto en el estacionamiento y justo estaba Santiago apoyado sobre el capo de otro auto, fumando un habano.
-¿Me está esperando, no es así?-dije mirándolo a los ojos.
-¿Tú qué crees? - contraatacó.
- ¿Yo qué creo?, Creo que está esperándome y de muy mal humor, conociendo como es el Chacal, seguramente me va a dar varios golpes y patadas - hablé intentando reírme del asunto.
Subimos a la oficina pasando por el bar, era de día, todavía no estaban las bailarinas ni el resto de los mafiosos que suele venir a este lugar. Entramos por un pasillo largo que estaba cubierto por alfombras color rojo típico de un club nocturno. Allí llegamos hasta la oficina, tocamos varias veces la puerta color dorado hasta que una voz ronca nos hizo entrar.
- Siempre llegando tarde ¿No es así Alfa? Acostumbras ir a todos lados tarde - hablo el Chacal, su voz ya me genera asco al momento de escucharlo.
- Estaba ocupado - dije mirando a Santiago.
-¿Ocupado con qué? ¿Podría ser con mi juguete? - expreso girando su silla de cuero color negro, Dama estaba al lado observando como una fiera a punto de atacar a su presa.
-No es eso, es una larga historia- hablé.
- Tengo todo el tiempo del mundo para escuchar tus pretextos Alfa, así que vamos, dime que carajos fue lo que hizo que te demoraras en venir a ver a tu jefe, por qué cuando uno da una orden querido Alfa lo tiene que sí o si obedecer, si no es así el trabajo es corta un disparo y listo - dijo el Chacal con una sonrisa cínica en el rostro, te preguntas si estaba asustado no claro que no lo estaba.
Unos gritos comenzaron a escucharse provenientes de la zona x o como el Chacal prefiere decirle la zona prohibida, mi jefe suspiro amargamente mirando directamente a los ojos a dama está le devolvió el gesto con una sonrisa.
- Santiago, dile a Máximo que se encargue del pequeño asunto que tenemos allí abajo - comento, Santiago me miró y simplemente asintió, el Chacal le hizo una seña a su dama de compañía para que saliera dejándonos solos.
Dama cerró la puerta detrás de mí y el Chacal nuevamente fijo su maldita sonrisa en mí, estaba jodidamente nervioso, no sabía que era lo que me iba a decir.
- Si yo te golpeó ahora, ¿irás a quejarte con la policía o mantendrás tu palabra de mafioso en pie? - dijo con voz gruesa.
No supe qué decir.
- ¡Por la mierda habla de una vez Alfa! - su paciencia estaba comenzando a ser consumida por sus propios enojos.
- No iré a la policía - dije
- Usted me encargó un trabajo, y lo voy a hacer solo necesito tiempo.-¿Cuánto tiempo necesitas para secuestrar a una simple niña? Quiero recordarte que llevas más de dos meses diciéndome lo mismo, estoy comenzando a impacientarme, si no la traes para fines de este mes considérate despedido y muerto, por qué así como llegaste vivo a este lugar te irás de aquí en un cajón.
Las amenazas ya no hacían ningún tipo de efecto en mí, estaba tan acostumbrado que me comenzaba a dar igual el simple hecho de que tarde o temprano no saldre vivo de este lugar.
Continuará...
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-Doctor ¿Usted en verdad quiere ayudarme? - dijo ella con una voz temblorosa algo que me lleno de satisfacción.
-¿Por qué la pregunta querida?, Sabes que los doctores estamos para ayudar a los pacientes, y creeme que lo que más quiero es ayudarte a que estes mejor con tu miserable vida - eso último lo susurré solo para ella, pero tal parece no se dió cuenta.
- Quiero que me quite este dolor, que siento aquí - apunto directamente a su corazón, ahí sería dónde clavaría el bisturí.
- Perfecto querida, en un par de segundos estarás abrazando a la dulce muerte.
-¿Que?.
¡Doctor Smiley! Próximamente.

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Alfa
RomanceAlfa tiene la difícil misión de secuestrar a una jovencita, pero la vida tiene diferentes planes para ellos. ¿Podrá Alfa mantener su reputación? ¿O morirá en el intento?.