Capitulo 18

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Después de que Santiago me golpeara en el estómago, mi jefe salió de su oficina dejándome ahí tirado sobre la alfombra roja que además de eso se encontraba llena de sangre, las llenas se habían ido junto a mi jefe, seguramente tenía algún atraco, ya que todos salieron con armas. No me hacían parte de sus asuntos desde hace un tiempo debido a que tenía la difícil misión de secuestrár a una chica, que no tenía lo más mínimo de culpa.

Mientras tosía y escupía coágulos de sangre, Santiago entro por la puerta, traía un poco de alcohol con un paquete de algodones «No mierda por favor no», exclame sintiéndome nuevamente un niño.

— ¿Quieres pasar tu finde semana con la cara llena de sangre? — pregunto incrédulo mi amigo.

— Muy gracioso, me diste una sola golpiza en el estómago y ya estás alardeando semejante tontería ¿Qué mierda te pasa? No estás conforme — dije desinteresadamente.

— Como quieras, si quiere oler a sangre cuajada haya tú, deberías ser más agradecido ante un amigo como el que tienes que se preocupa por tu bienestar.

— Si claro, tanto es la preocupación por mi bienestar que ni siquiera midió su fuerza al golpearme — comenté escupiendo un poco de sangre en la chamarra de Santiago, como parte de burla.

— ¡Qué asco! Sabes que esto no se quita, que hijo de la chingada eres Alfa, te aseguro que si tuviera mi arma aquí te daría un solo disparo en tu jodida cara — Siguió mientras se sentaba en una de las sillas que había en la oficina.

— ¿Y? — pregunto colocando la silla en mi dirección para mirarme

— ¿Y qué? — contraataque poniéndome de pie, me dolía todo.

— Hay Alfa, no te hagas, sabes bien por quién te estoy preguntando. ¿Qué tal la chica? ¿Es linda? — pregunto Santiago sonriendo de una manera pícara.

— Que mierda te importa, no son asuntos tuyos, métete en tu vida mejor, Santiago suficiente tengo ya con sentirme una mierda — nuevamente escupí sangre.

— Cielos, no será qué tienes una hemorragia interna que estás dele y dele escupir, me da asco que hagas eso, ahí hay un balde escupe en eso — señaló el balde.

— Gracias, pero no lo creo, estoy tan golpeado que ya nose bien lo que pueda ser. Con respecto a tu pregunta, Candy es una chica hermosa, creme que no se merece estar en manos del Chacal, es muy joven. Santiago tiene todo una vida por delante, sabes cómo sus padres arruinaron su vida. No quiero que termine en este lugar siendo una prostituta y mucho menos que se acueste con cualquier viejo que entre aquí dentro — informe con preocupación.

— Ni que lo digas sus padres arruinaron toda su vida, hay una cosa que debo decirte Alfa y es importante– Comento Santiago levantándose hasta mí, se sentó en el suelo mirándome de una forma sería.

— Ok... pero no empieces con tus cosas cursis, por favor — alarde.

— Esa chica… Alfa, está sola en París y me atrevo a decir que está sola en el mundo, no tiene a nadie más que a su simple perro — expuso Santiago tomándose la cien.

— ¿Que quieras decir? — hable preocupado.

— Alfa, lo que quiero decir es que, el día en que viniste a hablar con el jefe sabes bien y lo viste con tus propios ojos, que sus manos estaban manchadas con sangre, resulta que El Chacal encontró a los padres de Candy y…



Santiago no pudo testicular ninguna palabra más.



— ¿¡Y que Santiago habla!? — dije casi gritando.


Continuara...

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