Prefacio

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PREFACIO:

Camino a grandes pasos por las calles colapsadas de personas y me introduzco en el tumulto que hay esperando en la parada de autobús. Si consigo subir en el siguiente será un milagro, ya que me encuentro en el horario en que la mayoría de las personas y estudiantes regresan a casa.
A mis 25 años, se podría decir que soy una feliz maestra de primaria. Adoro a los niños y aún más poder enseñarles, pero eso no quiere decir que estar a cargo de ellos no sea agotador. Lo es y bastante, pero, ¡al fin es viernes! y luego de un largo y agitado día puedo volver a casa.
Aquella noche había quedado para cenar con Yixing o como yo le digo, Lay. Un viejo amigo de la adolescencia, una de las primeras personas que conocí cuando me mude a esta ciudad. Él me ha llamado cuando yo salía del trabajo y me dice que no podremos salir debido a que uno de sus compañeros de trabajo se enfermo y le ha pedido que cubra su turno de la noche en el hospital. Si algo me encanta de ese chico es la gran persona que es, siempre dispuesto a ayudar a los demás. No tendríamos otra opción que posponer la salida. Tendré que quedarme sola en casa haciendo nada.

El autobús se detiene y es mi parada. Avanzo con dificultad por entre las personas, intentando no golpear a alguien y también, que no me aplasten. Logro bajar rápidamente y me siento ganadora, baje y sobreviví a aquel tunel humano sin morir aplastada o asfixiada en el intento.
Cuando por fin llego a mi hogar, un pequeño departamento en el centro de la ciudad. Me descalzo en la entrada y cierro la puerta tras de mí para luego dejar caer mi bolso al suelo y mi cuerpo en el amplio sofá. Allí me quedo por varios minutos, descansando y mirando televisión para después ir a tomar una relajante ducha tibia, y pedir algo para cenar. Esa noche sólo comería algo rápido.

Mi cena llegó pasada las ocho y quince de la noche. Pollo y papitas fritas, los cuales disfrute y comí rápidamente. Luego de haber terminado mi cena, me vuelvo a fijar en la hora y apenas eran las nueve de la noche. Demasiado temprano para irme a dormir pero tampoco era una buena hora para salir sola, por lo que decido ir a pasar un rato en la computadora.
Lo primero que hago al entrar es revisar mis redes sociales por sí hay alguna novedad, pero aquella noche no era la excepción, era lo mismo de siempre. "«A Kris Wu, Park Chanyeol y 19 personas más les gusta tu foto» «Zhang Yixing te ha etiquetado en una publicación» «Min Ji Kim te ha agregado al grupo cerrado CHICOS LINDOS». Veo que esta ultima, mi compañera de trabajo MinJi se encuentra conectada y decido enviarle mensaje;

"¿Algún chico lindo para mí?" - Le escribo y me rió para mis adentro. MinJi, siempre pensando en hombres. Doy "enter" y luego cierro el chat para seguir curioseando por internet. A los pocos minutos recibo un mensaje de vuelta. «Debe ser MinJi» es lo primero que pienso y me apresuro a ver el mensaje. Pero no, no era ella.

Un mensaje de un remitente que no conozco. Su nombre se encuentra escrito en letras chinas y no logro descifrar que dice. Nunca aprendí chino por más que "él" intento enseñarme.

"Hola, Iseul"
"Ha pasado mucho tiempo"

«¿Ha pasado mucho tiempo?» repito para mi misma confundida. De seguro esa persona me conocía, aunque yo no tenía la más mínima idea de quien podría ser. Decido entrar a su perfil para averiguar de quien se trata, pero no encuentro absolutamente nada, No hay fotografías, no hay información, no hay nada y eso se me hace extraño. Comenzó a inquietarme.

"¿Quién eres?" -Escribo y envió. Mala idea. Sólo debí ignorar y dejarlo pasar.
La persona a la cual escribí tarda en contestar y por un momento pienso que se ha ido, lo cual habría sido mejor para mí, pero no lo fue. Él sonido de un mensaje nuevo suena otra vez.

"¿Cómo has estado?"
"Te he extrañado"

Trago un poco de saliva con dificultad, siento mi boca bastante seca. Aquella persona ignora mi pregunta y sigue hablándome como si nada.

"¿Quién eres?"
"¿Nos conocemos?" - Insisto. Comienzo a jugar con pequeños mechones de cabello y envolverlos en mi dedo. Cosa que solía hacer cuando sentía ansiedad.

"Claro que nos concomemos"
"Nos conocemos muy bien"

Un escalofrío recorre mi espina dorsal y me hace incorporarme derecha en la silla. ¿Aquella persona intenta asustarme? No me agrada eso. Tampoco me agrada su misterio.

"No sé quien eres y si no me lo dices tampoco lo sabré" - le envió. Algo dentro de mi me decía que lo dejara, que parara allí e ignorara. Pero no lo hice.

"Veo que tú también te has olvido de mi"

Suficiente. No estoy para juegos. Es momento de cerrar e irme a la cama.

"Bien."
"Si no me dirás quien eres creo que no tenemos nada más que hablar."
"Adiós" - Es lo ultimo que escribió y envió para así poner fin a aquella conversación y cerrar el chat. Aquella persona me lo impide, es más rápida. Tres mensajes nuevos.

"NO"
"No lo hagas"
"Por favor"

"¿Me dirás quien eres?" -pregunto ya cabreada. No quiero seguir hablándole. No debí seguir hablándole. Esa persona me contesta.

"Iseul, soy Luhan".

EL REGRESODonde viven las historias. Descúbrelo ahora