XV

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Ha pasado una semana desde el incidente con Lay. He intentado explicarle lo ocurrido, pero él se niega a contestar mis llamadas y mensajes. Aún debe seguir muy molesto por el mal entendió, lo conozco, sé que no sedera tan fácilmente. Menos si continúa creyendo que estoy con otra persona.

Luhan ha vuelto a insistir en hablar con él y explicarle todo, pero me he negado nuevamente a que lo haga. Tal vez si Lay se entera de él y otras personas también lo hacen; las cosas se pondrán más difíciles para Luhan y podría tener serios problemas.

Extrañaba demasiado a Lay, pero no puedo permitirme traicionar a Luhan y abandonarlo otra vez. Sólo necesitaba más tiempo y hacer que las cosas funcionen de la mejor forma para los tres.

— ¡Hey, Iseul!, ¡Tierra llamando a Iseul! — chilla Luhan agitando su mando frente a mi rostro, sacándome de mis pensamientos.

— Oh, Luhan. ¿Qué pasa? — pregunto perdida y Luhan me mira arqueando una ceja.

— Te preguntaba que te pareció la película.

— ¿La película?...bien— mentí.

Era media tarde y nos encontrábamos con Luhan viendo películas en mi apartamento, como lo hacíamos en los viejos tiempos. Aunque claramente esta vez no había prestado atención alguna a la película que Luhan había escogido, ya que mantenía mi cabeza llena de pensamientos...

— Iseul, no pusiste nada de atención a la película. ¿Te sucede algo?

— No. No sucede nada. —intento mostrar una sonrisa pero solo sale una falsa mueca.

— Iseul...—habla en tono de regaño y yo vuelvo a negar.

— Es enserio, Luhan. No pasa nada, todo está bien. —rio torpemente. Luhan se queda mirándome con el ceño fruncido y cruzado de brazos. Me mira fijamente y no dice nada, esperando a que diga toda la verdad y la desesperación me gana. Le cuento todo: — ¡Ya!, extraño y me preocupa Lay. Eso pasa. —suelto de una vez y tapo mi rostro con ambas manos.

— Oh...—música algo sorprendido. — Ya veo.

— Me siento mal al saber que él está pensando lo peor de mí y no poder explicarle. No contesta mis llamadas ni mensajes. Nunca se encuentra en su casa cuando voy a buscarle. No sé qué hacer, Luhan. Temo que me odie de verdad.

— Ya te lo dije, puedo hablar con él para solucionar todo el mal entendido de una vez. —vuelve a proponer.

— ¡No! —me niego— Yo debo solucionar esto, es algo entre nosotros. Hablare con el este viernes, lo visitaré en el hospital y no podrá negarse a hablar conmigo.

Luhan me mira detenidamente un momento y guarda silencio, luego inclina la cabeza hacia abajo y titubea antes de hablar:

— ¿Lo quieres? —dice de pronto, sorprendiéndome.

Estúpida, me regaño para mis adentros. Había hablado de más, estaba claro.

— C-Claro que lo quiero, es Lay, es mi amigo, como tú, y-y— me interrumpe.

— No me refería a si lo quieres como amigo. Sé más clara, Iseul. ¿Estás enamorada de él?

Guardo silencio en ese minuto, sintiéndome la persona más miserable de la tierra. No sé qué contestar a su pregunta pues ni siquiera tenía la respuesta clara. No quería herir sus sentimientos, ni los míos... Todo era confuso a esas alturas.

Mi silencio ha respondido a la pregunta de Luhan. Quien calla otorga.

— Me lo imaginaba. —contesta para ambos Luhan, esbozando una sonrisa triste.

EL REGRESODonde viven las historias. Descúbrelo ahora