XII

124 17 0
                                    

Mirándolo fijamente y boquiabierta; me he quedado atónita ante la ultima pregunta de Lay. Lo que acaba de decir realmente me ha tomado por sorpresa y no se como contestar. Me sorprendía que pensará eso, y yo siquiera podía pensar en que decir o como reaccionar. Estoy muda.

Él esta sentado frente a mí, mirándome a los ojos, con el ceño semi-fruncido y la expresión de su rostro es triste. Luce dolido.

—Iseul...—vuelve a llamarme, sacándome de mis pensamientos. Parpadeo fuerte y trato de volver a fijar mí vista en él, queriendo concentrarme en lo que estábamos. —Dime, ¿hay alguien más? —vuelve a cuestionar y la pregunta golpea fuerte, otra vez.

—Lay, yo...—titubeo e intento decir algo, pero –por suerte- soy interrumpida.

— ¡Yixing! —grita de pronto un chico de cabello negro, que viste un traje de color azul claro como el del personal; y que viene corriendo hacia nosotros hasta entrar en la cafetería.

Yixing se voltea a ver cuando ha sido llamado y yo hago lo mismo. El chico que venia corriendo hacia nosotros se frena en seco y hace una mueca de lamento al darse cuenta de que interrumpía "algo".

—L-Lo siento—se disculpa haciendo una pequeña reverencia, y ambos asentimos; restando importancia.

— ¿Qué sucede? —le pregunta Lay.

—Te necesitamos en la sala tres. Es urgente— el chico informa y Lay vuelve a asentir.

—Enseguida voy—contesta y es ahora el chico quien asiente, para retomar su camino y retirarse de ahí. Lay me mira haciendo un gesto con al cabeza de que se tiene que ir, y se pone de pie. Yo imito su acto. — Ya oíste, me tengo que ir—dice y se dispone a retirase, pero yo lo retengo; sosteniéndolo de la mano.

—Lo sé, sé que tienes que irte ahora, pero no podemos dejar esto así—le digo, hablando rápido para tratar de no quitarle más tiempo—Tenemos que hablar, Lay. Por favor.

—Mi turno termina a las siete. Podemos juntarnos luego.

— ¿En el restaurant de siempre?, podemos cenar, también. —propongo, mostrando una sonrisa la cual el devuelve, y asiente; aceptando mi oferta. —Bien, te estaré esperando.

—Ahí estaré. Nos vemos. — se despide con una última y pequeña sonrisa, para luego retirarse.

* * * * * * * * * * * * * * * * * * *

Salgo del hospital a eso de las tres de la tarde luego de hablar con Lay y me dispongo a volver a mi hogar. Camino en dirección a la parada de autobús que quedaba a media cuadra, y busco dentro de mi bolso mi móvil para poder escuchar algo de música mientras. Cuando por fin logro encontrar mi teléfono dentro de mí desordenaba bolsa, me doy cuenta de que tengo 3 llamas perdidas y dos mensajes de Luhan.

Reviso de que tratan los mensajes y ambos son preguntándome a que hora nos juntaremos y que lo llame cuando este disponible. Con todo lo ocurrido hace un instante con Lay, me había olvidado por completo de que había quedado de juntarme con él, así que opto por llamarlo para acordar lo que habíamos planeado;

La llamada entra, suena dos veces y él contesta;

— ¿Bueno? —dice con voz ronca, sonando diferente a como de costumbre.

— ¡Luhan! —digo, alzando la voz y sonando emocionada.

—Oh, Iseul...—musita al momento de darse cuenta que soy yo— ¿Cómo fue todo? —pregunta y su voz suena mucho más relajada.

—Más o menos—contesto, cabizbaja—Te contaré luego. ¿Dónde nos juntamos?

— ¡Para eso te llamaba!, la mudanza o bueno, los muebles que acabo de comprar—ríe torpe— llegaron hace un rato atrás y ¡necesito ayuda! ¿Podrías venir? —me pide y yo rio divertida de sólo imaginármelo a punto de colapsar por tener todas las cosas apiladas. El desorden lo desesperaba.

EL REGRESODonde viven las historias. Descúbrelo ahora