III

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El cronometro de la cocina comienza a sonar y eso quiere decir que ya han pasado cuarenta minutos, es momento de sacar la carne asada del horno. Estoy preparando una cena especial para esa noche porque Lay vendría y no debía de tardar en llegar.
Todo estaba casi listo, la comida, yo, con mi ajustado vestido de encaje en color crema y zapatos de tacón que le hacían juego. Sólo me faltaba preparar la mesa. Un largo mantel blanco junto con velas rojas y en medio rosas del mismo color, para dar un toque elegante al ambiente.
Termino de poner los últimos utensilios en la mesa, mientras tarareo la nueva canción de Kim Sunggyu que estaba pasando por la radio. Luego de eso, todo estaba listo dentro de mi casa y por fuera, el timbre comienza a sonar.

«¡Lay ya esta aquí», es lo que susurro emocionara y luego grito; "-¡Enseguida voy!".

Antes de abrir la puerta, corro hacia mi habitación para mirarme una vez más en el espejo una vez más y asegurarme que todo estuviera en orden. Estiro un poco mi vestido hasta las rodillas y paso un mecho de cabello tras mi oreja. Estaba lista y el timbre volvía a sonar.

"-¡Ya voy! -grito otra vez y salgo de mi habitación para ir a encender las velas. Aquella seria una cena a la luz de la velas. Todo estaba perfecto y sólo me faltaba apagar las luces, hasta que oigo tres fuertes golpes tras la puerta;

«Es tan impaciente», pienso y me rio para mis adentros.

Los fuertes golpes tras la puerta continúan y me desconcierta un poco, pero decido abrir. Me aproximo hasta la entrada y giro de la perilla, esperando encontrarme con Lay pero, me encuentro con más que eso. Me llevo una gran sorpresa, una gran y aterradora sorpresa. Es Luhan.
Luhan esta de pie frente a mí, cubierto de sangre desde la cabeza hasta los pies. Me mira fijamente a los ojos y sonríe con malicia. Yo intento dar un paso hacia atrás y no puedo. Intento gritar pero mi voz no sale por mi boca. No puedo moverme, no puedo hablar, no puedo hacer nada. Luhan comienza a acercarse lentamente y yo lloro.

"-Tú me mataste, Iseul" - me dice y yo niego entre lagrimas.

Intento huir pero me es imposible. Luhan se abalanza sobre mí y me toma por el cuello;

"-Ahora, he regresado por ti"

Grito con todas mis fuerza... y despierto. Estaba soñando. Era una pesadilla. Una horrible pesadilla.

Me siento en la cama agitada y jadeando. Estoy temblando mucho y sudando. Doy un rápido vistazo al lugar en donde me encuentro y agradezco que sea mi habitación, donde estoy absolutamente sola.
Salgo de mi cama en dirección a la computadora, al parecer aquello se iba a convertir en mi rutina diaria desde el día que él apareció. Lo primero que hago es entrar a mi cuenta y ver si Luhan se encontraba en línea o al menos me había dejado un mensaje, pero no fue así. ¡Maldición!.
M e levanto frustrada de la silla y comienzo a caminar sin sentido por la habitación. Sus palabras venían a mi mente; "No es momento de hablar sobre eso", y me pregunto porqué. ¿Por qué no era el momento?, ¿Por qué Luhan no me quería hablar de ello?, ¿Cuándo lo haría?, yo necesitaba saberlo y pronto.
Empiezo a angustiarme y desesperarme. Mi cabeza se llenaba de tantas preguntas que necesitaban con urgencia una respuesta; ¿Por qué Luhan no quería que los demás supieran que estaba vivo? La policía debía saberlo. Sus amigos debían saberlo. ¡Sus padres debían saberlo!, pero, yo no era la persona indicada en decírselos, aunque... había una persona a la cual yo necesitaba decirle; Lay.

Tomo mi celular y marco rápidamente su número. La llamada entra, él tarda en contestar y yo pido al cielo que se apresuré, hasta que por fin lo hace;

"- ¿Hola? "- dice al momento de contestar. Su voz suena adormilada, de seguro lo había despertado.
"- ¡Lay!" -digo emocionada, y a la vez algo desesperada.
"-¡Oh, Iseul eres tú!. ¿Cómo estas? ¿Sucede algo?"
"-Yo-yo..."-comienzo a titubear. No sabía como empezar a explicarle lo que estaba sucediendo.
"- ¿Qué pasa, Iseul?, ¿Sucede algo malo? -insiste, y yo me ahogo en mis palabras. -"Iseul..."
"- ¡Tengo que decirte algo! "-suelto de pronto y cierro mis ojos con fuerza. Enseguida de ello, las palabras de Luhan vuelven a resonar en mis oídos; "Nadie puede saber de esto", NADIE.
"- ¿Qué es?, ¡habla ya, me estas asustando! -contesta exaltado y yo tomo una gran bocanada de aire antes de animarme a hablar;
"-Te extraño..."- miento, y puedo escuchar al otro lado de la línea un "Oooh" de emoción. Apostaría que en aquel minuto Lay tenía una gran sonrisa en su rostro con esos bellos hoyuelos que se marcaban en sus mejillas.
"- ¡Yo también te extraño!" -se le oye contento-"Me alegró que llamaras. Yo pensaba que estabas molesta conmigo por lo del viernes. Me haces sufrir mucho cuando no me hablas, ¿sabes?-al oír sus palabras no pude evitar esbozar una pequeña sonrisa.
"-Claro que no estaba enojada, no seas tonto" -digo suevamente y él ríe.
"-Entonces, ¿te parece si dejamos de extrañarnos, vamos a almorzar juntos y luego al cine?" -propone y me incomodó. No es el mejor momento para salir, Luhan podría aparecer y yo necesitaba hablar con él. Pero, si no accedía, Lay sospecharía y eso no seria para nada bueno.
"-Esta bien..."
"- ¡Bien!, pasaré por ti al medio día y te llevaré a tu restaurant favorito. ¿De acuerdo?
"-De acuerdo"
"- ¡Todo listo! Nos veremos luego pequeña, bye bye"
"-Hasta pronto" - Cuelgo.

EL REGRESODonde viven las historias. Descúbrelo ahora