Me encuentro arriba de un taxi, de camino a la casa de Lay. No sé que cara he de tener ya que el taxista es la tercera persona que me pregunta si estoy bien, si me sucede algo.
Aún sigo asustada y temblando por lo ocurrido unos minutos atrás.
Luego de recibir el "regalo" de Luhan y llevarme uno de los sustos de mi vida, al darme cuenta de que sabia donde vivía y que podía estar muy cerca de mi; decido escapar.Baje rápidamente al primer piso de mi edificio, en búsqueda de Luhan pues creía que él aún podía estar allí, pero no fue así. No lo encontré por ninguna parte.
Me dirigí a hablar con el conserje. Le pregunte si había llegado alguien preguntando por mí, o si había visto a un chico de mi edad subir a mi piso, pero me aseguró que nada de eso había pasado.
Comencé a desesperarme más y le pedí de favor si podía revisar las cámaras de seguridad, él se negó. Me dijo que sólo las personas autorizadas del edificio podían hacerlo. Yo le rogué. Le dije que se trataba de algo sumamente importante. Él, me cuestiono y dudo por un momento, y al darse cuenta de que mi estado no era el mejor y estaba siendo bastante sincera, accedió.
Fuimos hasta el cuarto de vigilancia. Una habitación rodeada de monitores que enfocaban cada parte del edificio y sus alrededores. El señor me mostró los vídeos de las dos cámaras que enfocan hacia mi puerta. Comienzo a ver desde el momento en el que yo vuelvo con Lay y subo a mi departamento. Allí me percato de que alguien me sigue. Mientras miro la pantalla, atónita, me aterro más. ¿Cómo era posible que no me diera cuenta de ello? ¡Estaba atrás de mí!.
Una persona que vestía Jean y sweater negro, junto a una gorra del mismo color que le tapaba hasta por los ojos, deja las rosas tras mi puerta. Toca el timbre y luego se va a toda prisa. Desaparece de allí en cosa de segundos y luego se le pierde el rastro. Nunca se le ve el rostro, pero por su silueta se podía distinguir que era la de un hombre... ¿Realmente había sido Luhan? –pienso-. Era lo más probable.
Al terminar de ver el vídeo, corro hacia mi piso en busca de mis cosas. No quería quedarme allí sola, estaba demasiado alterada, nerviosa y asustada. Él, Luhan tal vez podría volver y no estaba preparada para ello, no ahora. Decido irme con Lay un par de días, aunque... me sentía tan estúpida por estar huyendo de la persona que tanto quería volver a ver. Pero soy una cobarde, y lo hice.El taxista comienza a bajar la velocidad y me percato de que ya nos encontramos frente al edificio en el que vive Lay. Busco el dinero dentro de mi bolso y cancelo el viaje sin siquiera esperar mi cambio.
Bajo a toda velocidad y camino a grandes pasos, mirando en todas las direcciones, viendo si alguien me seguía. Me estaba volviendo una paranoica total.
Una vez dentro del edificio, apresuro mi andar y tomo el elevador hasta el quinto piso, en el cual se encuentra el departamento de Lay.
Busco las llaves que él me había dado, dentro de mi bolso. Él no debía encontrarse en casa, me había dicho que iría a la biblioteca y aún debía estar allí. Así que entraría por mi cuenta.
Cuando por fin logro dar con las llaves, me apresuro en abrir la puerta y entrar. Al momento de conseguirlo, dejo caer mi bolso y una pequeña maleta con mis cosas que había traidor desde casa. Apoyo mi espalda en la puerta ya cerrada y cierro mis ojos, para así dejar salir un suspiro de alivio. En aquel lugar me iba a poder sentir tranquila, y a la vez, segura.— ¿Iseul? —oigo que me llama una voz muy conocida, haciendo que abra mis ojos y de un pequeño brinco.
— ¡Lay! —digo emocionada casi gritando, al verlo parado a mitad del pasillo.
—P-Pero qué...—no lo dejo continuar. Le interrumpo en el momento que corro hacia él y me abalanzo para abrazarlo con todas mis fuerzas. Lay se sorprende, su cuerpo esta rígido y le toma unos segundos corresponderme.
—Me alegra que estés aquí —mascullo, con la cabeza enterrada en su pecho.
— ¿Ha pasado algo? ¿Todo está bien? , ¿Por qué estás aquí, Iseul? —me cuestiona y yo me desprendo del abrazo para mirarle a los ojos.
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EL REGRESO
Fanfiction"La muerte no nos roba los seres amados, al contrario. La vida sí que nos los roba muchas veces y definitivamente." - François Mauriac. (frase editada) ******************************* ADVERTENCIA: Esta his...