VII

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Mi cuerpo se ha calmado, ya no tiemblo. Ya no siento miedo, angustia, desesperación. Me siento tranquila. Me siento bien, muy bien.

Los brazos de Luhan aun rodean mi cuerpo, apegándome a él y sosteniéndome con fuerza. Estando allí junto a él puedo sentir aquella calidez, que recorre cada rincón de mí, haciéndome sentir confortada, protegida, segura. Y haciéndome sentir que, aquel vacio en mi interior, el cual me atormentaba día a día... había desaparecido por completo.

El brazo derecho de Luhan rodea mi cintura y su mano esta posada en un costado. Con su brazo izquierdo, rodea la parte superior de mi espalda, recargando su mano en mi hombro. Y mantiene su cabeza inclina, de lado para apoyarla junto a la mía, mientras yo mantengo mi rostro enterrado entre su cuello y hombro, el cual he dejado empapado por las lagrimas.

Perdí la noción del tiempo. No sé cuánto llevamos abrazados, pero de seguro ha sido bastante. Y si fuese por mí, me habría quedado allí para siempre, entre sus brazos, sintiéndolo allí conmigo, no permitiendo que se aleje nunca más. Desearía que aquel momento fuera eterno, sino fuera porque sentía la necesidad de mirarle a los ojos otra vez, de ver su rostro, apreciarlo y contemplarlo. Y también, me veía en la necesidad de recibir muchas respuestas de su parte.

Comienzo a desprenderme lentamente de Luhan, bajando mis manos hasta dejarlas en su cintura, y separando escasos centímetros mi rostro de él, lo suficiente para mirarle a la cara. Luhan hace lo mismo, con la diferencia que sus manos suben hasta mi rostro y lo sostiene delicadamente, para mírame fijamente.

Esos pequeños ojos color café, brillan al momento de clavarse con los míos, y una tierna sonrisa en sus labios, haciendo que las ganas de llorar vuelva a mí.

— Estas hermosa— susurra emocionado— Has crecido tanto, mi pequeña...

Y basto con esa última palabra para que los recuerdos volvieran a mí y las lágrimas comenzarán a caer sin control.

"Pequeña", volver a escuchar esa palabra de él, hacia que mi corazón volviera a latir con fuerza. Desde que nos conocimos, la primera vez que nos vimos cuando yo apenas me había mudado a esta ciudad y Sehun me había invitado a conocer su casa. Aquel día también conocí a Luhan, Sehun me lo presento como su hermano mayor y él me saludo diciendo; "Hola, pequeña". Y desde entonces me decía así y no por mi nombre. Eso me molestaba, ya que pensaba que no recordaba cómo me llamaba, y también, me molestaba que me dijera pequeña cuando solo era un año y ocho meses menor que él. Pensaba que no me tomaba enserio, y un día se lo hice saber;

¡No me llames más pequeña, no lo soy! dije molesta ¿Por qué no me tomas enserio?, solo soy un año y ocho meses menor que tú. ¡Ya pronto cumpliré quince!

Y él esbozo una gran sonrisa, y comenzó a reír, y yo no entendía por qué. Pensaba que se estaba burlando de mi, y eso me hizo molestar más, estaba tan furiosa aquel día que incluso quise golpearlo. Pero luego, él se acerco tiernamente a mí y me tomó por el rostro para acariciar mis mejillas y decirme; " Te digo pequeña, porque eres MI pequeña"

Desde ese entonces, todo cambio. Y comencé a amar que me llamara así, porqué lo decía con cariño, y solo me lo decía a mí, haciéndome sentir suya.

Anhelaba tanto volver a escuchar aquella palabra salir de sus labios. Muchas personas podían llamarme así, incluso Lay, pero de ninguno significaba lo mismo que con Luhan. Con él era diferente, era especial.

— Ya no llores— pide, y seca con sus pulgares las lagrimas que se deslizan por mis mejillas. Yo intento contenerme, y asintiendo obediente.

— Es inevitable— digo entre sollozos.

— No pensé que te alegraría verme— dice de pronto, y aquellas palabras me sorprenden ¿Por qué creería eso? — Ya que las veces anteriores, huiste.

Y siento como mis mejillas comienzan a arder debido a la vergüenza. Me sentí completamente tonta, ridícula, estúpida. Él solo estaba tratando de acercarse a mí, y yo huía.

— ¡Es que, no podía creer que fueras tú!, ¡No podía creer que fuera verdad, que estabas aquí, que estabas vivo! — comienzo a decir, algo alterada y afligida, mientras camino sin sentido por la habitación. Luhan se queda de pie en el mismo lugar, y sólo me observa riendo, mientras yo tengo mi pequeño ataque de desesperación.

— ¡Fue todo tan extraño, tan irreal, tan imposible! — sigo diciendo, y él asiente.

— Lo sé, Iseul, y no te juzgo. Fue mucho tiempo, luego de diez años. — contesta, y la última frase resuena en mi cabeza.

"Luego de diez años". Guardo silencio y me volteo de golpe a verle. La voz dentro de mi cabeza comienza a gritarme "¿Dónde estuvo durante diez años?". Y es allí donde nuevamente la desesperación se apodera de mí.

— ¡Luhan!—le llamo, y me acerco rápidamente a él para tomarlo de las manos y que me mire. Él lo hace, y su mirada es confusa — Luhan,¡¿dónde estuviste estos diez años?!,¡¿Qué fue lo que te paso?!, ¡¿Por qué no volviste antes?! — digo rápidamente, las palabras salen solas de mi boca, con desesperación y urgencia de saber las respuestas. Luhan solo me observa y asiente, riendo divertido.

— Calma, calma...— dice relajado, intentando que yo me calmara, pero no puedo hacerlo y continúo con las preguntas;

— ¡¿Qué hiciste todo este tiempo?!, ¡¿Quién más sabe que estas aquí?! ¡¿Tus padres ya lo saben?! ¡¿Hablaste con ellos?! — continuo diciendo, y él ríe más fuerte. Mis pequeños ataques siempre le causaron gracia.

— Tranquila, Iseul. Te contaré todo, pero con calma. — Y yo intento obedecer y calmarme, pero, la voz dentro de mi cabeza vuelva a hablar y preguntar; "Sehun"

Sehun, si Luhan estaba aquí, lo más seguro que Sehun, mi mejor amigo también lo estuviese. Necesitaba saberlo, necesitaba verlo a él también y abrazarlo muy fuerte.

— Luhan, ¿Dónde está Sehun? — pregunto emocionada, y solo basto con aquella pregunta para que la expresión de Luhan diera un cambio radical.

Luhan ya no sonreía. Estaba serio, pálido, y sus ojos comenzaron a cristalizarse debido a las lágrimas. Luhan no me contesta, no habla y desvía mi mirada agachando su cabeza. Comienza a negar lentamente, musita algo, pero me es imposible entenderle. Luce extraño, luce mal. Su cuerpo esta temblando, y comienza a tambalearse hasta caer sentado en una esquina de la cama. Allí se queda, no me dice nada, no habla. Esta llorando.

Su reacción me sorprende, y comienza a perturbarme. ¿Qué paso? ¿Qué dije mal? ¿Por qué reacciona así?.

Comienzo a temblar también, tengo miedo. Siento como mi pecho se oprime, y mi boca se seca, haciendo que trague con dificultad. Tengo un pésimo presentimiento.
Comienzo a caminar lentamente hacia él, hasta quedar parada enfrente. Coloco ambas manos en sus hombros, e intento hacer que me mire, pero él no lo hace. Ya no puedo más, me estoy desesperando, necesito una respuesta, así que vuelvo a insistir;

— Luhan, dime, ¿qué paso con Sehun?.

EL REGRESODonde viven las historias. Descúbrelo ahora