X

145 15 3
                                    

Luhan aceptó quedarse esa noche a dormir en mi casa, pero claro, él lo hizo en uno de los amplios sofás que mantenía en mi habitación. Juntos preparamos su "cama", estiramos el sofá por completo, sacamos los cojines de sobra y le di un par de mantas para que se cubriera.

Iban a ser las cinco de la mañana cuando por fin nos acostamos. Aún nos quedaban un par de horas para poder dormir y descansar, pero yo no logré hacerlo. No pude cerrar los ojos, ni conciliar el sueño en toda la noche-o lo que quedaba de ella-. Me quede despierta, observando a Luhan como dormía plácidamente, parecía un bebe. Su expresión suave y relajada al momento de descansar, ó de vez en cuando arrugaba su rostro por algún sueño que estaba teniendo, todo en él era adorable.

Me quede despierta, porqué tampoco podía sacar sus palabras de mi cabeza. El secuestro, lo que vivió luego de ello, tener que mentirles a sus padres. Tener que hacerme a la idea de que no volvería a ver a Sehun y tampoco a Luhan, si no que ahora sería; Shawn Lux. Pensar en todo eso, analizarlo y reflexionarlo, me mantuvo completamente despierta hasta que amaneció.

A primera hora de la mañana, llame a mi trabajo y me reporte enferma, diciendo que no podría asistir ese día. Quería pasar algo más de tiempo con Luhan, recuperar lo perdido, así que mentí para poder hacerlo.

Me levante pasada las nueve, con un gran dolor de cabeza que parecía iba a explotar. Luego de haber pasado por tanto, necesitaba dormir un poco, pero ya era tarde para eso.

Me dirigí al cuarto de baño, con cuidado y tratando de no hacer ningún ruido para no despertar a Luhan, quien seguía durmiendo, de seguro iba por su tercer sueño. Me di una ducha rápida y tibia, y eso me ayudo a despertar por completo. Después volví a mi habitación a buscar algo de ropa, tenía que ser muy cuidadosa ya que mi armario estaba al lado del sofá en el que Luhan dormía. Casi sin respirar y apenas moviéndome, logré sacar un conjunto cómodo para el día; jeans y camiseta. Me encantaba usar esas prendas en mis momentos libres, ya que en mi trabajo tenía vestir formar y usar tacones.

Cuando por fin terminé de vestirme; fui hasta la cocina. Quería preparar algo delicioso para el desayuno, lo que a Luhan más le gustaba; hotcakes con salsa de frambuesa. Aunque no soy muy buena cocinera, quería hacerlo y sorprenderlo.

Busque la receta en internet, y seguí al pie de la letra las indicaciones. Hasta ese momento todo iba bien, la mescla de los hotckaes estaba lista y sólo me falta llevarlos a la sartén.

Luhan se despertó a eso de las diez. Comencé a sentir ruidos desde mi habitación; el sonido del cuero del sofá mientras alguien se movía, unos cuantos bostezos, y un par de pies que pisaban el suelo y lo hacían crujir.

— ¡Iseul! —me llama desde la habitación. Su voz ronca y adormilada por las mañanas es algo realmente adorable, que me hace sonreír como una tonta.

— ¡Estoy en la cocina! —le informo.

A los pocos segundos él aparece por el pasillo, arrastrando sus pies y fregando sus ojos con pereza, aun no despierta por completo. Al verme, se queda parado y apoyado en la pared de la cocina y una sonrisa tierna brota de sus labios.

—Hola—dice, sonriendo dulcemente y con los ojos aun entrecerrados.

—Hola—le contesto, devolviéndole la sonrisa. — ¿Cómo dormiste?

—Bien, bastante bien —contesta, mientras asiente con la cabeza.

—Me alegro.

— ¿Qué hora es? —pregunta de pronto, algo confundido mirando en todas las direcciones; intentando encontrar un reloj.

—Las diez—contesto.

— ¡¿Qué?! —dice sorprendido, aclarando su voz y abriendo esta vez sus ojos por completo—¿Por qué no me despertaste?,

EL REGRESODonde viven las historias. Descúbrelo ahora