EL REGRESO

IX

El silencio se asienta dentro de la habitación. No sé como, ni en que momento, ó cuanto tiempo ha pasado desde que termínanos con Luhan recostados en la cama. Ambos de espaladas, completamente estirados y con la vista clavada en el techo. Aquello nos servía para tranquilizarnos, había funcionado. Siento que cada musculo de mi cuerpo se ha relajado, calmando toda la tención que sentía hace un instante. También, nos sirve para intentar reflexionar y asimilar todo lo que Luhan acababa de confesar.

Aquel momento se había vuelto un momento sereno y de paz, pero, eso no duro por mucho...

— ¿Estas más tranquilo? —pregunto a Luhan, sin quitar mi vista del cielo colro marfil, de mi techo.

—Sí... —musita— ¿Y tú? —pregunta también, ladeando un poco la cabeza para poder mirarme.

—Sí, ó eso creo...—contesto poco segura, haciendo una mueca y él esboza una leve sonrisa.

—Ha sido demasiada información en tan poco tiempo. Demasiadas cosas por reflexionar y asimilar—dice calmado, y yo asiento con un movimiento de cabeza. — Lamento haber vuelto a revolucionar todo.

—No digas eso, Luhan—le digo, y me incorporo de la cama lo suficiente para poder verle a los ojos. —Es sólo que, han pasado tantas cosas, sobre todo para ti. Y no puedo creer que a pesar de todo, estés aquí. —las ultimas palabras sale con dificultad, debido al nudo que se estaba formando en mi garganta.

—Iseu, todo eso, todas esas cosas horribles; ya pasaron. No pienses más en ello, sólo enfoquémonos en el ahora y tratemos de olvidar. —propone, con una sonrisa cálida y confortadora en el rostro. Me cuesta creer que ha pesar de todo, se mantenga así de fuerte, es admirable, siempre lo ha sido.

— ¡Bien!—digo, algo emocionada e hincándome en la cama para mirarlo por completo—Ahora debemos ir con tus padres, con la policía y decirles que estas aquí—propongo esta vez, alegrándome de sólo imaginar que todo volvería a ser como antes, pero, Luhan no pensaba así. Al escucharme decir aquello su rostro se desfigura, y de inmediato se incorpora en la cama, quedando sentado de golpe;

—No, no haremos eso —dice con voz baja y titubeante, mirándome con el ceño fruncido.

—Luhan, la policía y tus padres te han buscado...

—¡No, Iseul! —me interrumpe, alzando la voz y sorprendiéndome con su reacción. Él se da cuenta de ello, y relaja un poco su voz; —No debemos hacer eso...

—Pero, Luhan...

— ¡No! —reitera—No podemos hacer eso, traería grandes consecuencias—comienza a decir, nuevamente alzando la voz, alterándose. Se pone de pie y empieza a caminar agitado por la habitación: —Si hacemos eso, tendré que decirle todo a la policía. Tendré que contarles lo del secuestro, ¡lo de Sehun!. Si hago eso, ¿te imaginas que pasará?, ellos comenzarán a buscarlo y él no quiere eso, me lo pidió.

—Pero, Lu... —intento decir algo, pero ni siquiera soy capaz. Estoy atónita ante lo que dice Luhan.

— ¡Y también!, tendré que decirle que tengo una identidad falsa, qué la conseguí gracias a un tipo de la mafia. Sabrán lo de Zach, que trabaje para él y tú sabes que no era en algo bueno. ¡La policía al saber todo eso lo buscará, y yo lo traicionaría!, no puedo hacerle eso.

Esta casi al borde de la histeria, agitando sus manos con desesperación y moviéndose de un lugar a otro frente a mis ojos. Verlo así, termina por sorprenderme. No sé que decir o hacer. Me quedo en la cama, en la misma posición sin siquiera moverme, sólo intentando calmar mi irregular respiración.

Luhan, al parecer se ha dado cuenta de ello, y al momento de volver a mirarme cierra sus ojos y una mueca de lamento se dibuja en sus labios. Luego vuelve a clavar su vista en mi, esta vez su expresión se ha relajado y el frota un poco de su cabeza, para comenzar a acercarse hacia la cama y quedar frente a mi.