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—¿Tú diste el primer beso?

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—¿Tú diste el primer beso?

Aquello lo descompuso un poco pero luego reaccionó enseguida.

—Sí, más o menos.

—¿Más o menos?—ladeó un poco mi cabeza.

—Fue solo un pico, ¿tú lo hiciste ya?—cambió de tema.

—Nop, nunca surgió la oportunidad.

—Bueno, ya surgirá—me animó.

—Ujum.

Se quedó pensativo mientras que continuaba
con los deberes de matemáticas. Unos minutos pasaron y el pelinegro murmuró en bajito lo siguiente:

—¿Y si me besas tú?

—¿Qué?—se quedó confuso.

—Piénsalo. El primero al menos es alguien de confianza.

—Yo no soy gay.

—No hace falta serlo para darse un beso—rodó los ojos.

—Bueno...,—suspiró, tardó varios minutos en decidirse— pero que quede entre tú y yo.

—Hecho—sonrió alegre.

—¿Y cómo lo hacemos?

—No sé, nunca lo he hecho.

—Dejemos que entonces...fluya.

—Vale..—murmuró ya distraído.

Por un momento se miraron en los labios contrarios, el pelinegro anheló sentirlo, saborearlo y quizá morderlos.

Draken cogió la nuca de Luka y lentamente, juntó sus labios contra los de este. Gimió el castaño al sentirlos. Por un momento dudó en corresponderle pero de alguna manera le gustó aquel sabor, se animó a seguir, comenzó chupándole el labio inferior, adentró lengua con la contraria, siendo cada vez más profundo e intenso. El castaño cogió las caderas del pelinegro incitando a que se subiera su regazo cosa que hizo, y mierda, su mejor amigo besaba de maravilla. Otro gemido sonó entre los chasquidos. Sus manos se posaron en la cadera, apretando aquella tierna carne. Se percató del bulto y sonrió de manera inconsciente. El castaño se dio cuenta de que su miembro se había despertado y se avergonzó porque mierda, él es hetero.

Puede que si estuviera enamorado de su mejor amigo...desde el primer momento que le vio, pensó Draken.

Las cosas iban a ir a mayores hasta que la madre del pelinegro entró.

—Oye Drak-...en...—cortó nada más verlos, tragó muy fuerte y enseguida se cabreó.

Ambos chicos tenían la ropa algo arrugada, labios hinchados y los ojos muy dilatados.

Draken miró al amor de su vida y susurró «corre» con el miedo corriendo por su cuerpo.

Cuando salió, el primer golpe llegó. La habitación comenzó a oscurecerse y algunos gritos del pelinegro se seguían oyendo desde muy lejos.

Despertó de golpe con la respiración muy agitada, rápidamente miró la hora en el móvil y marcaba las cinco y cuarto de la madrugada.

Por suerte dejó la luz encendida y Mushu seguía durmiendo en su camita. Sin darse cuenta, las lágrimas bajaron su rostro, sollozó ante el miedo que ella volviese, por no saber defenderse y quizá por no luchar por él. Joder, lo echaba tanto de menos. Sintió un peso en su pecho, provocando que al aire le faltase en sus pulmones.

Aquella pesadilla no dejaba de perseguirlo noche tras noche. Estar a oscuras se convirtió en su mayor miedo.

Más de dos horas tardó en calmarse, comió algo y bebió muchísima agua. Pero al ver que día era casi de atraganta. ¡Había estado durmiendo por un día completo! Abrió los ojos como plato y madre mía. Lyra la iba a asesinar cuando se entere. Y realmente le dio igual.

Y volvió a pensar en él, llorando porque no luchó. Y ahora no quiere ni verle, con razón la verdad. Se sorbió la nariz y cogió un papel. Ya pensará en qué hacer.

Esta vez no hubo ninguna canción reproduciéndose en su mente.

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Hoy es el cumpleaños de una personita que amo mucho, felicidades Mar <3

Denle a la estrellita <333

Sueños blancosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora