– Mamá, hice algo realmente tonto. – dijo Izuku apenas atravesó la puerta. Al ver su expresión triste y derrotada, Inko inmediatamente se sintió preocupado.
– Oh, cariño, ¿qué sucede? – preguntó amablemente.
– Le dije a Melissa que la amo. – dijo Izuku.
– ¿Qué? – dijo Inko cautelosamente. Su preocupación se evaporó en un instante, y tuvo que esforzarse por no dejar escapar una risa divertida.
– Pensé que volvería a I-Island. – dijo Izuku rápidamente. – Y que ya no la volvería a ver. Así que le dije que la amaba. ¡Y peor todavía, me puse a murmurar todas las razones!
Izuku dejó salir un chillido mortificado, y se dejó caer en el sofá.
– ¿Y qué te dijo? – Inko se sentó en el otro lado.
– Me dijo que volverá en dos semanas, y que se quedará a vivir aquí para asistir a la UA. – dijo Izuku. – Y también, que usará ese tiempo para pensar en lo que le dije. Pero luego me besó. Fue en la mejilla, pero aun así.
Los ojos de Inko se ensancharon ligeramente, y no pudo evitar sonreír.
– ¿Qué hago? – preguntó Izuku. – Quiero decir, no debería hacer nada, ¿verdad? No quiero presionarla o tratar de influenciarla. No más de lo que ya lo hice.
– Deberías pensar en lo que tú quieres, y en lo que harás dependiendo de la respuesta de Melissa. – le dijo Inko. – Si ella te dice que no está interesada, ¿estarás bien con eso? ¿Querrás seguir siendo su amigo?
Inko dudaba que eso sucediera, basándose en la interacción que había visto entre su hijo y la chica norteamericana. Pero si Melissa rechazaba a Izuku, Inko tendría algunas palabras para la rubia por darle falsas esperanzas a su hijo.
– O si Melissa dice que siente lo mismo, ¿cómo cambiará eso su relación? – continuó Inko. – ¿Qué es lo que buscas, y qué harás por ella, si Melissa quiere ser tu novia?
Izuku frunció el cejo.
– Tienes razón en que no deberías presionarla. – dijo Inko. – Pero eso no significa que debas quedarte en silencio y no hacer nada. Ella ciertamente merece tiempo, y el derecho de tomar su propia decisión. Pero eso no significa que debería dejarte colgando para siempre, o que no puedas cambiar de opinión. Y mientras tanto, deberías actuar normal. Igual que como estaban antes de esto.
Izuku asintió, y dijo suavemente: – Pero no voy a cambiar de opinión.
– No esperaría que lo hicieras. – dijo Inko, habiéndose anticipado.
...
Luego de su entrenamiento matutino en Dagobah, Izuku se dio una ducha en el vestidor del Centro de Mando, y se cambió a sus ropas de calle. Toshinori regresó de su patrulla matutina (dos robos y un gran danés que se subió a un árbol, de alguna manera), y los dos se fueron en auto al aeropuerto.
Melissa llegó para encontrarse con ellos. Esta vez no sólo trajo su mochila, la cual Izuku se dio cuenta que no se había llenado a toda su capacidad cuando la trajo aquí el día seis. Ahora la mochila estaba a punto de reventar, y además venía arrastrando un par de maletas con ruedas grandes y pesadas tras de sí.
La chica le dio a su tío un abrazo rápido, y luego se giró hacia Izuku. Al principio parecía que también iba abrazar al chico, pero de pronto se detuvo. Dudó por un momento, y finalmente extendió su mano, e Izuku la aceptó dándole un apretón.
Ambos adolescentes se sonrojaron, y Yagi frunció el cejo.
Levantaron su equipaje y lo metieron en la cajuela, y ataron su mochila en el techo. En el tiempo que había pasado con Izuku antes, había ajustado sus sensores para evitar que reaccionaran a Izuku o al Echo Morfer.
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El Echo Ranger
FanficUn encuentro fatídico con una misteriosa moneda en una tienda de antigüedades conectará a Izuku Midoriya con los héroes que precedieron a la época de los Quirks: los Power Rangers. Pero ¿qué sucedió con los Power Rangers, y acaso su remanente de pod...