—Estás aquí —dijo Obi-Wan. Las palabras se atascaban en su garganta. Sintió un arrebato de emoción al escuchar de nuevo a Qui-Gon. Obi-Wan se había metido en un edificio libre en frente de la cantina. El refugio abandonado no tenía tejado, así que las estrellas brillaban claramente por encima.
—Siempre he estado aquí —dijo Qui-Gon—. Estar preparado es decisión tuya, mi
Pádawan.—Pero yo lo elijo —dijo Obi-Wan—. Quiero empezar el entrenamiento. No entiendo a qué te refieres.
—Cuando sepas por qué no estás preparado, estarás preparado —dijo Qui-Gon.
—Ahora suenas como Yoda.
—Gracias por ese cumplido —replicó Qui-Gon, su voz provenía de las estrellas y del interior de la propia cabeza de Obi-Wan—. Ahora estoy aquí, viéndote cazar un eopie, que está justo detrás de la cantina por cierto, en lugar de prestar atención a tus sentimientos.
Obi-Wan suspiró. Se sentía viejo, mucho más que viejo. Aun así parecía que todavía tenía mucho que aprender.
—La Fuerza Viva, mi Pádawan —dijo Qui-Gon—. Eso incluye conocerte a ti mismo al igual que a los otros.
—¿Qué me estás preguntando?
—Simplemente esto: ¿Cómo te sientes?
—Abrumado de oírte.
—Es un comienzo.
—Enfadado con el eopie…—Nada de eso. Prueba de nuevo.
—Irritado por tus acertijos…
—¡Bien! Ahora estamos llegando a alguna parte.
—Enfadado conmigo mismo —estalló Obi-Wan.
Qui-Gon no dijo nada. El corazón de Obi-Wan estaba muy lleno. No pudo hablar durante un momento. Los recuerdos lo inundaban, años de misiones, de conversaciones,
de las muchas maneras en las que Qui-Gon le había ayudado y guiado. Después de su muerte, Obi-Wan había echado de menos a su Maestro cada día de su vida.—Dime —dijo Qui-Gon amablemente.
—Estoy enfadado con mi propia confusión —dijo Obi-Wan finalmente—. Solía tomar decisiones fácilmente. Sabía que rumbo tomar y lo tomaba. Si otro Jedi estaba en peligro, iba. Y ahora, aunque mi misión está clara, mi mente no lo está. Quiero ir. Pero me encargaron permanecer aquí. Luke es la nueva esperanza para la galaxia, y debo
proteger eso.—Todo eso es cierto —dijo Qui-Gon—. Pero no es la única verdad. La esperanza no florece de una raíz.
—¿Significa…?
—Si Luke tiene un destino, Ferus también. Si el Imperio tiene que ser derrotado, si el equilibrio tiene que regresar a la Fuerza, la resistencia vendrá de muchos lugares. Todo
esto junto marcará la diferencia.—¿Crees que debería ir?
—Es decisión tuya, Obi-Wan. Debes seguir a tus sentimientos. Yo sólo puedo decirte lo que veo. Puedo asegurarte esto, marcharte ahora no pondrá en peligro al chico. Eso lo sé. Lo otro es algo que tú también sabes, que si Luke va a crecer, debe de tener algo a lo
que unirse.—Así que Ferus podría ser parte de eso.
—Habla de lo que sabes sobre Ferus, no de lo que puedes especular.
—Él era el aprendiz más dotado, sólo inferior a Anakin.
—Con tantos dones, es un oponente formidable del Imperio.
—Pero tendría que dejar solo a Luke —dijo Obi-Wan de nuevo. Era una misión que Yoda le había encargado, y sabía que era vital.
—No lo estarías dejando solo. Yo le vigilaré. Estará a salvo por un tiempo. Hay peligro para Luke, un peligro que está cerca. Puedo sentirlo pero no puedo verlo. Siento que Ferus es la clave.
Obi-Wan estaba alarmado.
—¿Ferus sabe algo sobre Luke?
—No, no es tan sencillo. Siento una conexión… aunque Ferus no sabe que está ahí.
La certeza inundaba a Obi-Wan. Certeza y alivio. Todos sus sentidos habían señalado eso. Quería ayudar a Ferus si podía.
—Entonces debo ir.
—Al fin —dijo Qui-Gon—, hablas con el corazón.
Había mucho más que quería decir, e incluso más que quería preguntar, pero la presencia de Qui-Gon se desvaneció. Dejó a Obi-Wan sintiéndose tembloroso, pero al menos tenía una dirección.
Esperó fuera en el frío, sin sentirlo más. Los clientes emergieron de la cantina,
muchos de ellos tambaleándose. Se quedó aliviado cuando Weasy salió solo. Incluso mejor, caminaba con paso decidido. Estaba sobrio, al menos.
Obi-Wan le siguió. Después de haber dado unos cuantos pasos, Weasy sintió que alguien estaba detrás de él y se dio la vuelta.—¿Quién anda ahí?
Obi-Wan se acercó un poco más. Había dejado deliberadamente que Weasy supiera que alguien le seguía; como Jedi, podía seguirle fácilmente sin ser visto si quería.
—Oh, eres tú —Weasy aún le miraba con cautela—. Creo que no he oído tu nombre, pero te he visto en la cantina.
—Ben.
—Bien, Ben, ¿qué puedo hacer por ti?
—Pasaje para Ussa. —Los ojos de Weasy se estrecharon.
—Peligroso lugar, Ussa —Obi-Wan esperó—. Sin embargo, no es asunto mío, si tienes los créditos —Weasy dijo un precio.
Obi-Wan le dio los créditos, casi los últimos que trajo con él de Coruscant, y Weasy se giró y comenzó a caminar, sin esperar a ver si Obi-Wan le seguía.
—Mi transporte está en el espaciopuerto. Espero que no te importe, pero no quiero
ninguna charla en el viaje a Ussa. No necesito saber la historia de tu vida, o tú la mía. ¿Entendido?—No creo que eso sea un problema —dijo Obi-Wan. —Weasy le mostró el camino hasta la plataforma de aterrizaje. Señaló a un yate estelar corelliano.
—Sube a bordo mientras hago las comprobaciones previas. — Obi-Wan subió a bordo y tomó asiento. En pocos minutos Weasy subió abordo y se
sentó en el asiento del piloto. Los motores cobraron vida con un zumbido, y salieron disparados hacia la oscuridad. Dejaron la atmósfera de Tatooine, y Weasy fijó curso hacia Bellassa.
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The Last of the Jedi : The desesperate mission
Science FictionEl Imperio se ha alzado. La Orden Jedi ha sido destruida. Hasta donde sabe el Emperador, los Jedi están completamente extintos. Pero en el remoto planeta Tatooine, queda un maestro Jedi: Obi-Wan Kenobi. Devastado por la pérdida de sus camaradas J...