Obi-Wan caminó hacia delante. La visión de Ferus le golpeó como algo ligeramente
irreal.—Pensé que estabas muerto —dijo Ferus.
—Tal vez lo estaba —respondio Obi-Wan.
Para sorpresa de Obi-Wan, Ferus fue hacia él y le abrazó. Ferus, que siempre había sido tan correcto. Había pasado tanto tiempo desde que Obi-Wan había sentido una emoción como esta que temió quedar abrumado. Tragó saliva y abrazó a Ferus a su vez.
La oleada de sensaciones era como agua fresca bajando por una garganta deshidratada. Ferus estaba vivo, y eso quería decir que el pasado no había muerto. No completamente. Ferus dio un paso atrás y sonrió abiertamente.
—Y yo que pensaba que era inmune a las sorpresas —se giró hacia Dona—.
Entonces, ¿qué dices? ¿Crees que deberíamos invitarle a entrar? Tú eres la jefa.La mujer no sonrió, pero Obi-Wan pudo ver que disfrutaba con el buen humor de
Ferus.—Parece que podría usar un descongelante —dijo ella—. Pero no dejes charcos en mi suelo.
—Te diré una cosa —le dijo Ferus por lo bajo a Obi-Wan—. Sé que habrá sopa.
Ferus le metió al calor de la casa. Ahora que estaban a la luz, Obi-Wan pudo ver los cambios en él. Estaba más delgado, más musculoso. Su cara había madurado; sus rasgos estaban más marcados. Todavía estaba en el inicio de los veinte, pero el ancho mechón
dorado de su oscuro cabello se había vuelto plateado. Daba la impresión de ser un hombre que había pasado por cosas sobre las que no querría hablar.
Pero también había holgura en él, lo que era nuevo. Incluso su forma de andar era
diferente. Una vez, Ferus se había movido con la rígida seguridad que se consigue con una mente disciplinada. Ahora enganchó una silla con su pie y la arrastró frente al fuego y le hizo un gesto a Obi-Wan para que se sentara. El viejo Ferus nunca habría hecho algo
tan casual, y tan… grácil. Y Obi-Wan nunca antes había escuchado bromear a Ferus. Había cambiado en maneras que Obi-Wan todavía no había descubierto.—Me estas mirando fijamente —dijo Ferus.
—Lo siento, es que pareces tan diferente.
—Tú también. Has encanecido completamente. Pareces más viejo. De hecho, no pareces estar nada bien.
—Gracias.
Tan pronto como Dona se deshizo de las cosas mojadas de Obi-Wan, y estuvo
sentado en frente del cálido fuego, Ferus dejó que surgiera su ansiedad.—Dijiste que te envía Roan —dijo Ferus.
—Él está bien —dijo Obi-Wan—. Fue sacado a escondidas de la clínica médica y llevado con los Once. Le… dieron algunas neurotoxinas mientras estaba en prisión. Ferus asintió torvamente. —Pero fuimos capaces de descubrir cuáles eran, y ahora ya está despierto. Haciéndose más fuerte a cada minuto. Me pidió que te dijera que no regreses a Ussa. Hubo arrestos en masa el día que me marché. No es seguro estar allí.
Ferus suspiró y se hundió en una silla en frente de Obi-Wan.
—Odio el Imperio. Y odio este exilio.
—No puedes quedarte aquí —dijo Obi-Wan—. Los imperiales están comprobando vuestra lista de clientes. Roan piensa que estás a salvo, pero no estoy seguro…
—Dona no está en la lista de nuestros archivos del ordenador.
—Me siguieron desde Ussa. No sé por qué o por quién. No sé si tiene algo que ver contigo, pero no podemos arriesgarnos.
Ferus asintió, frunciendo el ceño.
—¿Dónde está tu transporte?
—Enterrado bajo un banco de nieve.
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The Last of the Jedi : The desesperate mission
FantascienzaEl Imperio se ha alzado. La Orden Jedi ha sido destruida. Hasta donde sabe el Emperador, los Jedi están completamente extintos. Pero en el remoto planeta Tatooine, queda un maestro Jedi: Obi-Wan Kenobi. Devastado por la pérdida de sus camaradas J...