Una vez, hace mucho tiempo, Obi-Wan y Qui-Gon habían estado caminando bajo una tormenta torrencial. La lluvia parecía golpear a Obi-Wan con implacables capas de agua. Forcejeaba con cada paso, mientras delante de él la espalda ancha de su Maestro se movía
hacia delante firmemente. Obi-Wan se había sobresaltado por el embate, se había quitado la lluvia de los ojos para poder ver, y había patinado en las resbaladizas piedras del camino que estaban siguiendo. Qui-Gon jamás se sobresaltaba.Había forcejeado durante kilómetros, esperando que su Maestro no se diese cuenta de su dificultad. Cuando por fin se detuvieron para descansar, Obi-Wan se había apoyado contra la pared de la cueva que habían encontrado para resguardarse. Todo estaba mojado, su túnica y su capucha, su mochila, sus botas. Sentía como si hubiese estado
llevando piedras en los bolsillos.
Todavía recordaba a Qui-Gon mirando la lluvia cayendo del metálico cielo.—Debes ser el dueño de la lluvia, Obi-Wan. Debe ser parte de ti, una extensión de ti. Si luchas contra ella, ganará. La aceptación es la clave de todas las dificultades.
Había tenido catorce años entonces. Había aprendido aquella lección, y como todas las lecciones de Qui-Gon, se había extendido a muchas cosas. Calor, viento, frío, había aprendido cómo aceptarlos, no a combatirlos.
Ahora, llevaba puesto el uniforme de un oficial imperial, y le pertenecía. Su cara
estaba recién afeitada, su expresión impasible. Avanzó a grandes pasos por las calles, y no le importó que los Bellassanos se encogiesen cuando le veían, que se apartasen ante él
como si fuese un viento tóxico. Desde el momento en que se lo puso, no se encogió por el contacto con su piel. No traicionaría, por una mirada o un gesto, que odiaba cada fibra, pues representaba todo contra lo que luchaba.El cilindro de códigos imperial le permitió pasar la puerta principal de la guarnición sin problemas. Eso significaba que el dueño no había informado del robo. Aun así, tenía
que trabajar rápido. Obi-Wan avanzó pasillo abajo. Sabía que los clones eran crueles y poco imaginativos. Los oficiales imperiales eran o brutos u oportunistas, o ambas cosas. Todos ellos se movían con la seguridad arrogante que da el poder absoluto. Todos ellos había sido parte de la traición del Emperador Palpatine a los Jedi… pero Obi-Wan tenía
que bloquear eso para seguir adelante. No podía dejar que la rabia o la tristeza se apoderasen de él. Ni ahora, ni nunca.Nadie le detuvo o le echo un segundo vistazo. La guarnición estaba ocupada, con tropas llenando los corredores y oficiales caminando enérgicamente, intentando no apresurarse. El Imperio había ampliado sus rangos, y notó que la mayoría de los seres no eran clones sino astutos oportunistas reclutados desde todos los rincones de la galaxia. Los soldados de asalto iban vestidos con la armadura antidisturbios, llevando bastones aturdidores y escudos blindados. ¿Se estaba preparando algo? Obi-Wan no estaba seguro,
pero quería asegurarse de conseguir la información y marcharse antes de que ocurriese algo.Siguió los signos en Aurabesh de UNIDAD de INTELIGENCIA/SEGURIDAD y
encontró una oficina vacía. Obi-Wan cerró rápidamente la puerta, y usando el cilindro de códigos, accedió a la base de datos del ordenador. Introdujo el nombre ROAN LANDS. Archivos de vigilancia se desplegaron. Obi-Wan había tenido suerte. El cilindro debía
haber pertenecido a un comandante. Tenía acreditación de seguridad de alto nivel. El descubrimiento de Inteligencia por pago operativo indica que Lands es un miembro fundador de los Once junto con Ferus Olin… considerado peligroso para los intereses del Imperio…¿Pago operativo? ¿Un espía? Obi-Wan investigó, pero no pudo encontrar más
referencias del operativo. Sólo una dirección a los ficheros de los Inquisidores. Cuando intentó acceder a ella, le denegaron el acceso. Su oficial no tenía acreditación tan alta. Sujeto deja la oficina, se dirigió hacia el distrito Lago Piedra Azul. Sujeto perdido después de entrar en el gran mercado. Sujeto sale de casa, se dirigió hacia el Parque Gree. Sujeto perdido entre los senderos
forestales de excursionismo.
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The Last of the Jedi : The desesperate mission
Fiksi IlmiahEl Imperio se ha alzado. La Orden Jedi ha sido destruida. Hasta donde sabe el Emperador, los Jedi están completamente extintos. Pero en el remoto planeta Tatooine, queda un maestro Jedi: Obi-Wan Kenobi. Devastado por la pérdida de sus camaradas J...