Capitulo Quince

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El más bajo llevaba armadura, un casco, y cohetes en la muñeca y la rodilla. Obi-Wan podía desviar el fuego láser con su sable, pero eso significaba que tendría que seguir girando, y lo único que podría protegerlos del cañón láser sería correr. Afortunadamente, sus perseguidores habían sido de alguna forma cuidadosos.

Demasiado fuego del cañón
podría derrumbar el túnel sobre todos ellos. No había usado su sable láser en muchos largos meses. Pero lo sentía perfectamente equilibrado en su mano, y sus movimientos eran rápidos y gráciles. Fue capaz de correr y girarse para desviar el fuego, capaz de saltar y dar vueltas, moviendo su sable láser en un
controlado arco, y no tener que pensar cómo realizarlo. Estaba luchando de nuevo como un Jedi.

Ferus corría rápido, pero Obi-Wan pudo detectar una leve dificultad en su paso,
prueba de que su pierna no estaba lo suficientemente curada para mantener un paso constante. Necesitaban perder a sus perseguidores, no correr más que ellos.

—¿Lo hueles? —Dijo Ferus por encima del sonido del fuego láser—. Agua.

—No podemos ir directamente hacia ella —dijo Obi-Wan girando su sable láser—.
Necesitamos conseguir una ventaja.

—Uno o dos de esos túneles laterales deben conducir también allí —dijo Ferus—. Sólo es cuestión de elegir el correcto.

Obi-Wan accedió a la Fuerza. El olor del agua, de la humedad, era débil. Estaba
sorprendido de que Ferus lo hubiese captado, pero también podía sentir la presencia de la Fuerza en él. Mientras corría y mantenía su sable láser girando, se concentró en el olor hasta que este llenó una parte de su conciencia tan completamente que pudo rastrearlo.

—Tercer túnel a la izquierda, ahí adelante —dijo—. Después de la curva. Intentemos una distracción.

Ferus lanzó una granada hacia atrás con tal puntería que impresionó a Obi-Wan. La había programado para explotar en poco tiempo, pero los dos atacantes no sabían eso. La granada golpeó, volando un enorme agujero en el duro suelo y enviando al  cazarrecompensas más joven volando hacia atrás. El cíborg era más fuerte y absorbió el impacto, pero se tambaleó hacia delante y cayó en el agujero.

El humo y las partículas de suciedad llenaron el túnel. Ferus y Obi-Wan lo usaron como cobertura para precipitarse hacia el túnel lateral. Se alejaron silenciosamente por el pasaje más estrecho. Apenas podían discernir el sonido de sus perseguidores corriendo
por el túnel principal. Los habían perdido… por ahora. El oscuro y estrecho túnel se había deteriorado durante años. Se abrieron paso entre charcos de agua y tuvieron que pasar por encima de vigas caídas. La oscuridad era completa. Era como si hubiesen sido enterrados en el corazón de la montaña. Pero al menos no estaban esquivando fuego láser. El olor a humedad se hizo más fuerte. Al fin Obi-Wan vio un resplandor adelante. El lago.

Emergieron en una enorme caverna arqueada de oscura piedra roja. Imponentes agujas de roca les rodeaban como un bosque. Un lago con agua tan negra como el petróleo lamía las suaves piedras del suelo. Al otro lado del lago podían ver la continuación del túnel, con su entrada parcialmente bloqueada con soportes caídos.

—La buena noticia es que lo hemos encontrado —dijo Ferus—. La mala noticia es que tenemos que cruzarlo a nado.

Obi-Wan le tendió a Ferus un respirador aquata.

—Tendremos que compartir este. Tendremos que quedarnos bajo el agua para evitar que nos detecten. Por el aspecto del agua, no podremos ver nada. ¿Crees que puedes acceder a la Fuerza?
Ferus sacudió su cabeza.

—Lo he intentado, pero… —Obi-Wan metió la mano en su cinturón y sacó el cable de ascensión. Dejó salir un trozo corto del fuerte filamento y enganchó el agarre al cinturón de Ferus

The Last of the Jedi : The desesperate missionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora