II. 🔮

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—Buenos días, llevaré estos tres libros —doy la vuelta en la silla para ver quien interrumpe mi lectura.

—Doug, no has regresado los cuatro que te presté, recuerda que son solo cinco —explicó mientras observó los ejemplares.

—Gill, por favor, estoy en medio de una investigación y necesito estos —ruega señalándolos.

—¿Por qué llevas dos libros de física y uno de ficción?

Los hijos de Yoren, trata de viajes en el tiempo —explica sonriendo muy emocionado y acomodando las gafas en el tabique de su nariz.

—Es solo ficción, Doug —me burlo.

—La ciencia ficción es un género respetado que invita a la reflexión —defiende su punto y realmente me causa curiosidad.

—Lo siento Doug, pero solo puedo darte uno —acepta sin más y elige el de física cuántica que leí hace unos días.

{...}

Llevo varios días sin dormir, mi mente parece estar en distintos lugares, no tener mis habilidades hace que todo sea más complicado.

Leí el libro de ficción que Doug quería llevar de la biblioteca, él estudia en la universidad así que el registro lo hace con su carné estudiantil, siempre que lo veo está solo. Busco la hoja de datos con el fin de obtener la dirección de su casa y afortunadamente no es lejos de aquí.

Siento que puedo confiar en él, quizá las cosas que le cuente sobre mí no sean una locura en su percepción y deseo que me pueda guiar de alguna forma a ese propósito que todavía no entiendo.

Tarde un poco en encontrar su casa, toco el timbre ubicando el 214 en donde creo que es, es un edificio de apartamentos algo deteriorados, no muy diferente a la casa donde vivo con Charlie.
—¿Hola, quién es? —la voz de Doug sale del intercomunicador.

—Hola, soy Gill, trabajo en la biblioteca —no responde nada, corta la comunicación y lo siguiente que escucho es el portón abrirse.

Subo las escaleras y ubico la puerta, antes de poder golpear de nuevo Doug abre muy apresurado.
—¿Qué te trae por aquí? —su semblante siempre es algo acelerado.

—Te quería traer esto —le entregue un ejemplar de Los hijos de Yoren —tienes razón: la teoría de las líneas temporales y los viajes en el tiempo la explica muy bien.

—¿Leíste todo el libro en 5 días? —lo recibe muy sorprendido, sonrío asintiendo.

—¿Me invitas a pasar?

—¡Claro, sigue! —me abre paso, veo a mi alrededor y me encuentro con un montón de libros, una pared llena de notas, algunos aparatos electrónicos que asumo son experimentos, cables y herramientas. Más que un apartamento parece un laboratorio científico.

—¿Vives solo? —cuestioné sin dejar de detallar el lugar.

—Si, estoy solo desde hace 8 años, escapé de Vietnam por llamarlo así —rasca su nuca al decirlo, sé perfectamente los conflictos que existen en esa parte del mundo —logré una beca en la universidad pública y soy maestro en la escuela primaria así que puedo sobrevivir.

—¿No sabes nada de tu familia? —sé que esos vínculos son importantes, algo parecido a lo que Charlie y Danna me brindaron.

—No sé nada —baja la mirada, su expresión cambia a una triste —¿Te gusta el café?

—Si, gracias —cambia el tema y lo permito.

Me siento en un pequeño escritorio, Doug sirve dos tazas de café y estoy segura que está esperando una explicación de porque estoy aquí.
—Me gustaría saber en qué estás trabajando —me ve extrañado —se lo que has buscado en la biblioteca y puedo deducir que es algo sobre los viajes en el tiempo.

PRISONER - Eddie MunsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora