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Jisung despertó con un horrible dolor de cabeza.


Sentía que ese tumulto de emociones estaban siendo retenidas 

innecesariamente, tenía que soltarlo y comenzar con el duelo que, estuvo postergando por el mero hecho de que no había tenido la oportunidad de hacerlo.


Sin embargo ¿Cuándo podría? 


Tuvo la oportunidad de hacerlo, sin embargo las lágrimas parecían no querer salir de él. O eso fue hasta ayer.


La noche anterior lloró hasta quedarse dormido en los brazos de Minho. Quien gustoso lo cargó hasta su catre y lo cobijó con su manta no sin antes marcar aún más con su aroma.


Así que a la mañana siguiente despertó oliendo completamente a canela y con una terrible migraña por haber llorado.


Se levantó tarde sin saberlo y todos ya estaban en la cocineta desayunando.


Camino hasta ahí arrastrando los pies mientras sostenía un lado de su cabeza, como si tratara de evitar que se cayera de su lugar.


—Buenos días — murmuró apenas entró al lugar.


Los Alfas iban a responder al saludo pero se giraron a ver acusatoriamente a Minho.


Realmente se había pasado. 


Jisung era una bola de feromonas andante que ya no olía a Omega sino a Alfa.


Minho ignoró las miradas de sus amigos y se dirigió hasta llegar con el Omega. Y moviéndose más rápido que él, le sirvió un vaso con agua mientras le extendía la aspirina que ya había preparado previamente para él.


Jisung acepto las cosas sin dudar, se puso la pastilla en la boca y le dio un gran trago al vaso con agua para lograr tragarla.


Minho miraba atentamente a Jisung, quien una vez terminó el vaso con agua, se lo arrebató de las manos y lo dejó en el trastero, Jisung solo atinó a susurrar un “gracias” por la atención del Alfa.


El Omega masajeó sus sienes, siempre que lloraba le dolía la cabeza al día siguiente.


Ya había llorado mucho, no lo suficiente para calmar su pena, pero esta se iría solo cuando tenga su venganza.


Y eso debía ser cuanto antes.


—¿Quieres desayunar? — pregunto dulcemente Minho mirándolo con un brillo en los ojos.


Jisung negó con la cabeza, se giró sobre sus talones para mirar a los demás del grupo.


Estos miraban sorprendidos el actuar tan considerado de Minho. Pero al ver que Jisung se volteo a verlos, fingieron no haber visto nada y siguieron comiendo con naturalidad.


—Vamos a salir… ¿en una hora esta bien?— hablaba pausadamente, no queriendo aturdirse a sí mismo.


Todos asintieron de acuerdo.


—Preparen los archivos… y sus cosas— agregó.


Ninguno quiso preguntar porque debían hacerlo pues notaban el estado de Jisung y no quisieron perturbarlo con preguntas. Solo se limitaron a asentir de nuevo en respuesta.


Una vez terminaron su desayuno, uno a uno fueron dejando la habitación quedando solo a Minho, Jisung y Bangchan.


—Iré a darme un baño — dijo volteando a ver a Minho.


WATERFALLS [Minsung] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora