Alfa, era lo único a lo que se podría describir que olía esa habitación, o más bien, ese enorme gimnasio que se encontraba en un área de la mansión Han.
Y mejor dicho, “dominante” era la mejor palabra para: describir el aire que se respiraba, donde las feromonas de Jisung, eran las únicas que se alcanzaban a percibir por encima de los alfas.
Todos ejercitaban, dejaban sus cuerpos empaparse en el sudor para después limpiarlos con una toalla y volver a llenarse de sudor.
Cada uno en lo suyo, soltando de vez en cuando quejidos al hacer un sobreesfuerzo en alguna rutina o cargando peso de más.
—¡Jisung! — llamo Minho desde el otro extremo de la habitación.
El omega dejó caer al piso las dos mancuernas de quince kilos con las que estaba ejercitando, causando un ruido sordo al impactar contra el piso de cemento.
Giró la cabeza para mirarlo y Minho casi retrocede al chocar contra los ojos verdes del omega. Supuso que era por su ciclo de celo inestable y que por eso mismo, su omega lo estaría, así que decidió no darle mucha importancia por el momento.
El castaño caminó hasta donde Minho, dejando una estela de su aroma dominante detrás de él.
Se quitó los tenis y subió a la colchoneta de pelea que había en medio del gimnasio, se acercó hasta él y le sonrió por fin.
Minho carraspeó levemente para asegurarse que su voz saldría normal. —Muy bien, has avanzado mucho y podría decir que ya eres capaz de defenderte por ti mismo — dijo con una sonrisa para su omega, quien sonrió aún más. Aún recuerda la primera vez que Minho le enseñó las cosas básicas de la pelea, era pésimo, pero aprendía rápido y siempre trataba de practicar para mejorar. —Por lo que hoy pelearas conmigo.
Jisung alzo ambas cejas y aplaudió emocionado como un colegial al que le traen flores después de clases.
Todos los presentes, al escuchar las palabras de Minho ser pronunciadas dejaron lo que estaban haciendo, tiraron las mancuernas y dejaron caer en varios estruendos los discos de cientos de kilos que cargaban las máquinas con las que trabajaban.
Definitivamente tenían que ver eso.
La parejita que se mira con tanto amor que casi desparraman miel por los ojos, estaban a punto de pelear.
—Pero Hyung, es tu omega… — dijo preocupado Jongho.
Minho se giró para la verlo. —Y con justa razón, es mi omega, no mi abuela. —Todos soltaron una carcajada, incluido Jisung. —No puede depender de mí todo el tiempo y esperar a ser rescatado. Es un omega dominante, no enseñarle a pelear es como quitarle los colmillos a un león.
Jisung se ruborizó como un adolescente enamorado, le encantaba que Minho lo viera de esa forma y por lo que era realmente, no como alguien débil a quien hay que proteger todo el tiempo. Sin duda merecía ser recompensado al terminar el día.
—Cien grandes a que gana Minho — dijo Changbin mirando a Mingi.
El alto le alzó una ceja. —Doscientos grandes a que, Han lo derriba — respondió el altanero.
—¿Estás loco? Son pareja… Apuesto dos y medio a que ni siquiera se van hacer cosquillas — intervino Hongjoong.
—Trescientos, por Minho y que lo derriba en menos de un minuto— dijo San extendiendo la mano para cerrar el trato.
Jongho y Bangchan decidieron quedarse ajenos a la pequeña sala de apuestas que se había formado sin querer en medio del ring con la pareja de por medio.

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WATERFALLS [Minsung]
Ficção GeralJisung lo tenía todo en la vida, o más bien, lo único que necesitaba en ella: Sus padres. Pero una serie de sucesos lo empujan a la orilla de un puente donde se ve obligado a terminar con su vida. Sin embargo no sabía lo que el destino y madre luna...