20.- Pateando el avispero

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Japón

Basta de lloriqueos, Miranda anima a su amiga para que hagan lo que deben.

Miranda, al sentir una terrible impotencia, su primera acción es acudir con alguien que les pueda asesorar en cuanto lo que se puede hacer con respecto a la custodia de Elliot.

Llamando y pidiendo ayuda del amigo del conocido, es que encontraron a un abogado que venía de Nueva York y que al menos les daría una guía, ya que según los comentarios que obtuvo con respecto a su reputación, él solía enfrentarse con los grandes en la gran manzana.

...

—Tomen asiento, pónganse cómodas. Me dieron un panorama general del tema, de una vez les informo que no es mi fuerte, pero intentaré ayudarles.

—¡Gracias! De hecho, tampoco es que nuestra intención sea ir de inmediato a enfrascarnos en una batalla. Primero queremos saber nuestras posibilidades y lo que podemos hacer. —Aclaro Miranda.

—Entiendo que firmo un documento en donde cedía la custodia del menor —Sisa asintió.

—No se mortifique, se puede revocar pidiendo la anulación del acuerdo previo, pero debemos demostrar que el bienestar del menor es aún mayor con usted que con el padre.

—Es allí donde tenemos problemas, económicamente el padre tiene ventajas, — le pasaron documentos en donde se señalaba el perfil de Prescott. — Además, mi amiga tiene déficit de atención por llamarlo de alguna forma. —El abogado siguió dándole un vistazo al dictamen del neuropsicólogo.

—Podemos apelar ante el juez sobre el deseo del menor de permanecer a su lado, eso también lo consideran ellos.

—Eso también es otro tema, es que el niño busco a su padre y por el momento se niega a volver con su madre. —El pobre abogado suspiro y sus hombros se hundieron.

—Lo que queda hacer es mejorar sus condiciones de vida señora, y de no obtener la custodia compartida, al menos pueden pedir visitas.

Sisa que había estado callada, concentrándose en lo que decían, se decepcionó un poco más.

—Pero no todo está perdido, les daré la información del bufete de abogados allá en California, uno de mis sobrinos es experto en divorcios, y custodias, para todo lo familiar él les será de mayor ayuda.

Una vez más las palabras de la prometida de Prescott resonaron en la cabeza de Sisa, el que alguien que sabía de esos procedimientos legales les confirmara su mayor temor, solo le infundieron un renovado interés por cambiar todo.

En la casa ella y Miranda platicaron sobre las opciones, ella se sorprendió en cuanto Sisa le contó sobre todo lo que planeaba hacer. Era mucho mejor de lo que esperaba.

Miranda se puso a investigar una vez más para encontrar a los mejores profesionales que le pudieran a ayudar a su amiga para reacondicionar su conducta.

San Francisco

El pobre asistente andaba a la carrera de un lado a otro y con unas ojeras que denotaban lo mucho que Prescott le explotaba y todo porque tenían que darse prisa con respecto a los negocios que mantenían con la familia Levenfort.

Lo que restaba en unos días más sería finiquitar el asunto con Ava.

Algo que ocurrió mucho antes de lo que tenía planeado, porque una mañana Ava se presentó a las oficinas como de costumbre, solo que esta vez fue detenida en el lobby.

Las recepcionistas, así como el guardia, le impidieron el paso, lo que propicio que allá abajo se armara un alboroto, Ava gritaba furiosa.

—Ustedes ¡idiotas! Me encargaré de que sean despedidos en cuanto entre a hablar con Prescott. —Señorita, solo seguimos órdenes. Ya avisamos de su presencia, solo aguardamos a que nos den una respuesta.

Leo tuvo que informarle al CEO que la señorita Levenfort estaba armando un escándalo, todo por querer ingresar.

—Sabes que, déjenla subir. Esto se acaba hoy, prepara todo, en cuanto llegue la haces pasar junto con su cómplice.

Y eso pasó, Ava iba feliz, ya estaba ensayando mentalmente todo lo que le contaría a Pescott para que despidiera a esos ineptos que habían osado interponerse en su camino.

Leo le abrió la puerta de la oficina, Ava se confundió un poco, ya que ese maldito asistente siempre había sido áspero con ella, mostrándole su desagrado, pero hoy estaba siendo muy servicial.

—Prescott, no sabes lo que me acaba de pasar... —Él levantó una mano indicándole que esperara, ni siquiera la miraba.

La puerta una vez más se abrió y entro Lin, una de las secretarias —¡buen día! ¿Me llamaba?

Prescott giró su silla para que él pudiera mirar hacia la pantalla que estaba descendiendo de su lado derecho.

—Denme un momento, les quiero mostrar algo —enseguida el proyector comenzó a reproducir el video en donde eran descubiertas, ambas mujeres perdieron el color y la quijada se les caía. Ava parecía no creerlo, porque estaba segura de que había dado la orden de borrar esas imágenes.

—Señorita Lin, no es necesario que explique nada, el video es muy claro y dado que escogió el lado equivocado, queda despedida y por supuesto que será muy agradable para mí difundir su falta de sensatez. No deseo que alguien más sea víctima de usted.

—Pero, yo solo ayudaba a su prometida.

—Lo cual no estaba dentro de las especificaciones de su trabajo y su falta de sentido común y criterio le han llevado a este resultado. Salga, Leo le aguarda para que terminen de finiquitar el procedimiento de su despido.

El golpe seco que dio la puerta cuando se retiró hizo saltar a Ava, que en aquel instante, mientras escuchaba lo calmado que sonaba Prescott, supo que no tendría mucho que refutar.

—En cuanto a ti Ava, creo que sabes perfectamente lo que sucederá.

—Yo..., debes entender que me sentí celosa, ese niño y esa mujer llegaron a tu vida para alejarte de mí.

—Para empezar, nunca estuvimos tan cerca, la relación era meramente de apariencia.

—No creo que tus padres estén de acuerdo.

—Ava, deberías ser sincera, ambos sabemos que no hay sentimientos entre nosotros. Esta es tu oportunidad para buscar a alguien que te ame. Retírate, y por favor no vuelvas más.

—No Prescott, esto no terminará solo porque tú lo dices. —Ava salió furiosa, cuestionándose como era posible que todo hubiera salido tan mal, había pagado mucho para que se hiciera con absoluta discreción.


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