Capítulo 9: Consecuencias

49 5 2
                                    

Capítulo 9: Consecuencias.
Noviembre 1, 2020.
Reese.

Al levantarme con un poco de dolor de cabeza recuerdo todo y quiero golpearme a mi mismo.

No debí tomar esas decisiones erróneas o tomar en sí.

Ha decir verdad, no creí que el ver a papá tan desilusionado me causara algún tipo de sentimiento, pues lo cierto es que las únicas veces que veía a mi familia durante los últimos diez años de mi vida fueron en navidades y no son lo suficiente para conocerlos a fondos. Todos cambiamos, yo cambié, y el que ellos esperen algo de mí que quizás no pueda hacer, me provoca un dolor desconocido.

A pesar de lo que pueda pasar, sé que Dereck está mejor preparado e incluso tiene mejor relación con cada empleado, yo aquí soy un extraño que solo rige por mero nepotismo en vez de por talento, así que si deciden que a partir de ahora él sea el presidente no habrá vergüenza en perder.

—Buenos días.—murmuro al llegar a la recepción de la empresa.

—Buenos días, señor, su padre me pidió anunciarle que ya está esperando por usted en su oficina.—dice Kate, quien espera el elevador.

Suspiro.—No me gustó la forma en la que te expresaste ayer, pero de igual forma estoy obligado a decir gracias, pudiste dejarme tirado en alguna cuneta.

Trata de evitar reír presionando sus labios, formando una línea recta.

—Ojalá se me hubiera ocurrido esa idea.—dice seria.

No modulamos alguna otra palabra hasta llegar a nuestra oficina.

—Tráenos café, Kate.—ordeno.

—¿Que yo no te enseñé las palabras mágicas y cuando debes hacer sus respectivos usos?—me reprende mamá, a quien inmediatamente le regalo una sonrisa.—Buenos días, cariño.

Besa mi mejilla y luego desvía su mirada a Kate.—Buen día, querida.

—Buenos días, Arizona.—dice con cariño y calidez que ya se caracteriza entre ellas.

—¿Podrías traernos café, por favor?—dice mientras me fulmina.

—Por supuesto, hasta que por fin algo de amabilidad.—murmura cuando pasa cerca de mí.

—Te oí.

—¿En serio?—dice con sarcasmo.

Mamá sonríe.—¿No es linda?

—Es odiosa, fastidiosa, grosera, malagradecida, egoísta y podría continuar todo lo que resta de año.—mamá frunce el ceño y golpea suavemente mi brazo.

—No hables de esa forma de ella si no la conoces.—me regaña y parece realmente indignada.—Katherine es una de las personas más valientes, dulce y trabajadora, así que si no te interesa conocerla realmente entonces tampoco digas cosas de las que no tienes conocimiento.

—Parece que la amas.

Suspira.—Es una chica que merece muchas cosas y quizás solo te está dando un poco de tu propia medicina.

Ruedo mis ojos, molestándola.—Cásate con ella entonces.

—Grosero. Ahora, entra ahí porque tu padre está realmente molesto.—me empuja hasta mi oficina.

Inhalo con fuerza antes de poner un pie dentro.—Buenos días, papá y Dereck.

—Buen día.—dicen ambos. Señalo la silla principal para que papá tome asiento y él niega.

—Siéntate.—pide y parece calmado, pero eso logra consternarme.—Tú también, Dereck.

Él se queda de pie, observándome fijamente.—Te di una responsabilidad sin consultar primero, creí que estabas listo para tomarla, dejé que vivieras una vida lejos, con todas las comodidades, que hicieras lo que quisieras, dejé que crecieras, te educaras lejos, dejé que fueras libre porque así lo pediste...

Peligroso para míDonde viven las historias. Descúbrelo ahora